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Seis superalimentos que no merecen su buena fama

Su atractivo packaging, el uso de celebrities para promocionarlos o sus poco contrastados beneficios para la salud dan buen crédito a determinados alimentos, pero de forma artificial. Los desenmascaramos...

SILVIA TORRES

Nunca antes habíamos estado tan preocupados por lo que comemos. Hoy en día estamos dispuestos a gastar un poco más si nos garantizan que un alimento lo merece. Y de eso se aprovechan algunas marcas. Se estima que uno de cada diez adultos se esfuerza por comer mejor (según datos del Institute of Food Tecnologies) pero la variedad es grande y la información confusa.

Como ejemplo basta señalar el caso de algunos alimentos que gozan de una buena fama que, en realidad, no es del todo merecida, según los estudios de los nutricionistas del blog Mashable, Jennifer Schonborn, Lauren Thomas y Jennifer Calo.

1. Granola. Tiene fama de ser saludable por su alto contenido de fibra. Y si se añade al yogur se le considera un superalimento. Sin embargo, su contenido de azúcar es alto y el grano suele cocinarse en aceite, mantequilla o cualquier otro tipo de grasa. Media taza de granola suponen 210 calorías. Según Jenifer Schonborn la fama de "energéticos" que tienen estos alimentos, por la que se le recomienda como alimento excelente para el desayuno es inexacta. "Es una falsa energía que viene de su contenido de azúcar", dice, y añade: "La mejor manera de obtener energía es con comida integral mínimamente procesada, que sea lo más natural posible. Y sin añadirle azúcares".

2. Helados 'light'. Con los primeros días soleados de la primavera llega la temporada de los helados, y los helados light son perfectos para darnos un homenaje sin sentirnos culpables por saltarnos la dieta. Pero la dietista Jennifer Calo recomienda a sus clientes huir de este tipo de productos pues, según explica, se emplean demasiados agentes químicos en su fabricación.

3. Las barritas energéticas. Cuando tienes prisa parecen una buena solución para no picar entre horas. Sin embargo, los nutricionistas no dan su visto bueno incondicional porque muchas de ellas contienen chocolate y cantidades ingentes de químicos y edulcorantes artificiales. Para picar entre horas aconsejan otras opciones más saludables como las piezas de fruta fresca o frutos secos como las almendras.

4. Pan o pasta multicereales. Si un pan con siete cereales es saludable, podríamos pensar que uno con doce puede ser "ultra saludable". Pero, ¿es esa la ecuación correcta? Según Lauren Thomas, esto no es así pues, según explica, el concepto "multicereales" muchas veces solo significa que se han añadido dos o tres granos diferentes a la harina con la que se ha elaborado la pasta o el pan, pero no hace referencia a lo refinada que pueda ser la masa y mucho menos que se trate de un producto integral. Lo que se recomienda es consumir pan o pasta 100% integral, o lo que es lo mismo, que todos los granos usados en la masa, sean uno o siete, conserven su contenido de fibras y nutrientes.

5. Aguas vitaminadas. Cualquier cosa que contenga la palabra vitaminas adquiere buena fama casi de forma automática. Además, si comparas el agua vitaminada con cualquier otro refresco en principio siempre te parecerá que has elegido bien. Pero de acuerdo con los nutricionistas consultados por Mashable, casi todas las aguas vitaminadas contienen hasta 31 gramos de azúcar, lo que lleva a pensar que siempre será más recomendable el agua natural.

6. Batidos y zumos. Una de las grandes modas que llega cada verano es tomar las vitaminas en su versión líquida, es decir, en forma de zumos y batidos. Sin embargo, los nutricionistas creen que esta forma de consumir verdura y fruta elimina una de sus mayores virtudes: la fibra. Y cuando la fruta se separa de la fibra produce con más frecuencia picos de insulina en sangre. "Beber el zumo de múltiples frutas a la vez implica aportar al cuerpo demasiado azúcar, que en este caso proviene de la fructuosa", dice Jennifer Calo, que recomienda consumir verduras en ensalada o las frutas directamente, con su piel y todo; así como espaciar durante todo el día, la ingesta de frutas y vegetales. "Mi lema es no te bebas las calorías", detalla.

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