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Famosos estafados. ¿Dónde está mi dinero?

¿Sabían que Belén Esteban y Nicolas Cage tienen mucho en común? ¿Y que Carmen Maura y Macaulay Culkin más aun? pues resulta que el mundo de las ‘celebrities’ está lleno de asesores devotos del filme ‘Toma el dinero y corre’

Marta sánchez, Ben stiller y uma thurman son solo algunos rostros conocidos estafados por su cículo más cercano.

ANDRÉS GUERRA

El culebrón de Belén Esteban y Toño Sanchís no deja de generar abultados titulares, respuestas airadas y salpicaduras inmorales, sobre todo de exrepresentada a antiguo representante. Del ‘dónde está mi dinero’ a insidiosas insinuaciones que afectan a la vida doméstica. En ese fangoso terreno se encuentra ahora la disputa. La televisiva ha acusado públicamente –afirma también que ya ha acudido a los juzgados– a quien fue su persona de máxima confianza de haberle estafado miles de euros en los últimos años. Acaso cientos de miles, a tenor de las cifras que genera la vecina más estentórea de Paracuellos. No ha sido la única. Personas de todo nivel y profesión han sufrido la misma –presunta– canallada en su lealtad y sus cuentas.

Sin movernos de nuestro país, debemos referirnos al episodio de shock, rabia y decepción vivido por Luis del Olmo; en comparación, el asunto de Belén Esteban suena a calderilla. El veterano locutor vio volar los ahorros de toda una vida dedicada a la radio. Para ser precisos, ni siquiera supo que a sus muchos euros les salieron alas; cuando se dio cuenta del desfalco era tarde. Su administrador, Rogelio Rengel, consiguió volatilizar entre el 50 y 75 % de su fortuna, que no era poca. Unos cinco millones de euros, según diversas fuentes. Rengel conocía a Del Olmo desde hacía 40 años y disfrutaba de plenos poderes sobre sus negocios, que llegaron a ser boyantes: el locutor fue dueño de la cadena de emisoras Onda Rambla, que cubría en exclusiva la frecuencia de Onda Cero para Cataluña.

Amarga Jubilación

Editor de la extinta revista Don Balón, Rengel estuvo sangrando las cuentas del radiofonista para alimentar su deficitaria publicación hasta que se vio obligado a clausurar el tinglado por la intervención de los Mossos d’Esquadra. Al administrador no le fue difícil falsear unas cuentas que Del Olmo ni siquiera miraba a diario. De hecho, fue su propia familia quien se apercibió de la irregularidad y quien se lo comunicó, acudiendo a su domicilio y rotos de dolor, al propio Luis del Olmo. En EE.UU. ha sucedido tantas veces que el rosario de famosos resulta inacabable. Y las cifras alcanzan categorías astronómicas. Quizá el cantante Billy Joel se lleve la palma del desplume: 90 millones de dólares desvió su gerente, Frank Weber, con objeto de financiar sus propias inversiones. No se sorprendan por el volumen del que hablamos, porque aunque en España es menos conocido que Bruce Springsteen, en América es una leyenda viva que ha vendido más de 150 millones de discos. Además, figura en sendos Salones de la Fama del Rock and Roll y de los Compositores, y el caché por sus actuaciones en el Madison Square Garden de Nueva York no baja de los dos millones. Joel demandó a Weber en los 90 y tras pasar por los tribunales, recuperó la ridícula cifra de 5 millones. Moraleja: no conviene fiarte de tu cuñado para llevar tus negocios, y más si te has divorciado de tu hermana. Nicolas Cage acudió a un tribunal de Santa Mónica (California) para denunciar a su 'incompetente' gestor, Samuel J. Levin, por mover el dinero que puso en sus manos en 2001. ¿Resultado? Torpes inversiones que le acarrearon 'pérdidas catastróficas', según reza la demanda. No solo eso, el retraso en el pago de impuestos supuso al actor una deuda de hasta 14 millones de dólares con el fisco. Tampoco es que el protagonista de Leaving Las Vegas sepa administrarse solo. Es conocido por sus ingentes gastos, muchas veces estrafalarios: tiene 15 casas –una, encantada– y dos castillos en Europa, un avión privado, cuatro yates, 30 moto, 50 coches… Por tener, tiene hasta el primer cómic de Superman y una cabeza de dinosaurio. Síndrome de Diógenes bajo cifras de seis ceros.

Estrellados

En Europa, la medalla de oro de los estafados se la lleva Elton John. Alrededor de 30 millones de dólares asegura que le hicieron perder sus asesores financieros por negligencia contable. Lo cierto es que John gasta a mayor velocidad que Nicolas Cage y la demanda, que incluyó a Price Waterhouse como auditores de John Reid Entreprises, su agencia de gestión, le salió peor que mal. El cantante llegó a dilapidar en abogados casi la misma cifra que reclamaba y la sentencia –138 páginas firmadas por un juez inglés– eximió a su agente, Andrew Haydon, de haber actuado con negligencia. Cuando le fue comunicado el fallo, en abril de 2001, Elton John se encontraba de gira por EE.UU. con Billy Joel y el amigo de Lady Di decidió dejarlo correr.

El caso más paradigmático de ambición paternofilial descarnada de progenitores ejerciendo como administradores nos la ofrece Macaulay Culkin. El intérprete de Solo en casa consiguió forrarse a los 12 años con las secuelas de la cinta que le dio fama: cobró alrededor de 87.000 euros por la primera entrega pero más de tres millones y medio por la segunda.

Papá, ¿tú también?

A los 14 años dijo que no quería trabajar más, harto de la presión filial, y a los 15 solicitó la emancipación, harto de ver cómo los señores Culkin se acuchillaban mutuamente por un quítame allá esos millones. Tras el divorcio de sus padres, la fortuna del joven fue administrada por un albacea hasta que alcanzó la mayoría de edad. Sea por su infancia traumática o por que los directores de casting no vieron más talento en él, siendo ya adolescente cayó en las drogas y no ha vuelto a trabajar en el cine. Otra niña prodigio, Drew Barrymore, corrió parecida suerte aunque supo rehacerse. En su libro de memorias 'Flor silvestre' cargó contra sus padres retratándose como una niña perdida y sin amor que se volvió alcohólica a los 11, adicta a las drogas a los 12, a los 13 trató de suicidarse y a los 14 se emancipó de sus padres. Al parecer, y por si fuera poco, también le sisaban. Drew consiguió reconducir su vida y alcanzó el éxito en el cine. Aunque acaba de divorciarse por tercera vez, su estabilidad no corre peligro. De hecho, siendo ya mujer adulta buscó la reconciliación con sus padres. Más recientemente, Beyoncé despidió al señor Knowles, su padre, ahíta de discutir por la administración de sus nutridas ganancias. Mathew Knowles dejó su empleo de representante farmacéutico para ser su mánager en tiempos de Destiny’s Child y fue despedido por la cantante en 2011. Al principio no hubo otra razón que la de ser dueña de su propio destino. Después los tabloides airearon que cierta cantidad inconcreta pudo haber sido distraída. Pero el caso más grave es el de Leigthon Meester: la protagonista de 'Gossip Girl' demandó a su madre en 2012 acusándola de despilfarrar el dinero que periódicamente enviaba para pagar las costosas facturas médicas que generaba su hermano menor, aquejado de distintas dolencias. Unos 7.500 dólares al mes que la señora Meester se fundía en bótox, cirugía plástica y extensiones capilares.

Volvemos a nuestro país para señalar al representante artístico Carlos Pancracio Vázquez ‘Tibu’, gerente de la empresa Tiburón, suponemos que por su modo de administrar las finanzas ajenas. El tal Tibu llevó los contratos de Hombres G y de El canto del loco. Ambos grupos musicales acabaron escaldados. En 2014 Tibu fue condenado a dos años por el Tribunal Supremo: defraudó a dos miembros del grupo de Dani Martín una cantidad próxima a los 70.000 euros.

Los otros estafados

La pena vino a sumarse a una anterior de dos años por apropiación indebida sobre las ganancias de la misma banda. No hay constancia de delito contra el grupo de David Summers, pero sí sabemos que acabaron echándolo. También Marta Sánchez se vio afectada por Tibu; al menos, eso fue lo que sugirió Carlos Baute, con quien la artista logró el éxito internacional. "Solo recibí 6.000 euros por Colgando en tus manos. Fui a preguntar por el contrato y me dijeron que me callase. No sé dónde está el dinero", dijo en televisión. En la correspondiente réplica, Carlos Baute se quitó el muerto de encima: "Creo que su mánager, ‘el Tibu’, la estafó. Tanto a ella como a El Canto del Loco, Dani Martín y a mucha otra gente. No sé si él llegó a darle lo que nosotros habíamos negociado".

Una estafa de altura, de mucha altura, ha sido la sufrida por los hermanos Pau y Marc Gasol. En septiembre de 2014 presentaron una querella contra cuatro personas: su agente, Arturo Ortega; el encargado de gestionar su imagen, Enrique Rodríguez, y los empresarios Raúl Esteban y José Manuel Castillo, en un texto que incluía "delitos de apropiación indebida, administración fraudulenta, imposición de acuerdos abusivos, impedimento del ejercicio de derechos sociales y cuantos otros pudieran derivarse de la instrucción". En total, volaron 14 millones de euros.

La chica Almodóvar

Pero sin duda, el caso más despreciable de apropiación de lo ajeno, mala gestión y tocata y fuga ha sido el vivido por Carmen Maura. En 1993 se supo que su pareja y agente, Antonio Moreno, con quien llevaba 13 años de relación, le había estafado –se especula– alrededor de 200 millones de pesetas. Maura tenía cedidos a su pareja poderes universales para administrar sus ingresos, boyantes por aquella época, en que era la ‘chica Almodóvar’ más prolífica. Cuando estalló el escándalo, Carmen ya había rodado con el director manchego Pepi, Luci, Bom y otras chicas del montón y Mujeres Al borde de un ataque de nervios, entre muchas otras. La actriz se vio obligada a vender varias propiedades para salir del apuro, que incluía grandes deudas con el fisco. Incluso le llegaron a cortar el teléfono. Afortunadamente, este volvió a sonar y, tras rodar varias películas en Francia, regresó a España para demostrar en La comunidad, de Álex de la Iglesia, por qué siempre será una de las más grandes.

21 de marzo-19 de abril

Aries

Como elemento de Fuego, los Aries son apasionados y aventureros. Su energía arrastra a todos a su alrededor y son capaces de levantar los ánimos a cualquiera. Se sienten empoderados y son expertos en resolver problemas. Pero son impulsivos e impacientes. Y ese exceso de seguridad en sí mismos les hace creer que siempre tienen la razón. Ver más

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