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'Dating Show': cuando se acaba el amor, llega el sexo

Un nuevo programa israelí propone que los participantes busquen el amor, pero empiecen conociéndose en la cama. ¿Llegaremos a verlo en España?

Jesús Puente fue uno de los pioneros en conducir la búsqueda del amor a través de la pequeña pantalla, presentando el espacio 'Lo que necesitas es amor', legado de Isabel Gemio.

CORAZÓN TVE

¿Dónde se fue el romanticismo? Los nervios de una cita, las primeras miradas furtivas, el cortejo, las risas tontas, las sonrisas arrobadas, las mariposas en el estómago, las margaritas deshojadas, el entornado de ojos, el champán para perder el miedo, el primer beso en el coche, la carrerita a casa, el saludo desde la puerta… Eso, señores, se ha acabado. Como decía la canción, los tiempos cambian que es una barbaridad. La igualdad entre hombres y mujeres es –a Dios gracias– un hecho, los modelos de familia han cambiado, las fórmulas para conocer gente también, el sexo es –afortunadamente también– libre, la sexualidad es plena, hay apps en el móvil para conocer a gente, incluso –o mejor dicho, sobre todo– bíblicamente… Todo es posible. Todo ha cambiado. Ese pecho que se escapa a la luz en la oscuridad del dormitorio, ese trasero que acaricia la luna… son ya frases de un libro de poemas, reductos del pasado, porque hoy lo que puede molar es conocerse al revés. Es decir: en la cama.

Más difícil todavía

Así nace –obviamente nunca mejor titulado– 'Cita al revés', un nuevo formato que empieza donde las películas de los años 50 sobreimpresionaban 'The End', o 'Fin' en su defecto. Sí, sí. Atrás quedaron Lo que necesitas es amor, cuando Jesús Puente o Isabel Gemio recorrían esta piel de toro en su caravana del amor haciendo de cupidos contemporáneos entre hombres y mujeres con más miedo que vergüenza. O Jorge Javier Vázquez y sus cartas de amor con carteros celestinos. Cita al revés convierte en un juego de niños a Adán y Eva, donde los participantes aparecían desnudos y sus atributos sexuales eran tan conocidos como la oreja del vecino. Y qué decir tiene que hasta deja como mojigato el 'First Dates' no una, sino dos millones de veces…. La productora Armoza Formats da un giro de tuerca al género del dating y cronológicamente se adapta a lo que, seamos rigurosos, sucede hoy en cualquier discoteca, no seamos pacatos.

El formato, originario de Israel, consiste en que cada semana dos solteros comenzarán buscando el amor no en los ojos ni en la conversación del otro a la luz de las velas, ni siquiera en la caricia de una mano con un diamante como un garbanzo de Pedrosillo. No, esta vez la historia comenzará... ¡Bajo las sábanas! Así, en lugar de mantener una primera cita, conocerse, quedar, enamorarse, casarse y acabar juntos en la noche de bodas, Cita al revés plantea que todo arranque por el tejado. Que después del sexo, la pareja atraviese, o no, la senda que la conduzca a una relación formal.

Experimento social

Es decir, que de la cama den el salto a la vicaría. Si la experiencia no funciona, se habrán ahorrado, seguramente, un sinfín de disgustos y quebraderos de cabeza, pero eso sí, la noche de bodas, se la llevan consigo. Como ven, la estructura recuerda bastante a Casados a primera vista, aunque en este caso el punto de partida es diferente. Primero, arrancan en una cama. O sea, el trabajo de que haya conexión sexual o no ya está saldado y, por supuesto, no hay periodo de convivencia ‘forzado’ a ver si sí o sí no. Aquí es que sí. Ahora, sin boda. La boda es el gran paso tras las batallas continuadas en el somier.

Según Nick Rigg, artífice de esta pequeño gran salto en el mundo de la telerrealidad –en Gandia Shore también había cama, mucha, pero sin pretensión ni de boda ni siquiera de pareja–, el programa presenta un experimento social diferente. ¿El sexo lo es todo? ¿O lo es el amor? Creemos que eso ya lo dijo Neruda: "Nosotros, los de entonces, seguimos siendo los mismos".

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