Mi querida niña

Una semana más, Anne Igartiburu nos ofrece una reflexión.

Anne Igartiburu
ANNE IGARTIBURU

Permíteme que, por esta vez, te haga ‘mía’ en esta columna y sentirte más cerca y llamarte querida, porque lo eres, así como respetada. Y en segundo lugar, permíteme que te llame niña, porque como bien dice tu madre, aunque seas ya toda una joven sensata y mayor de edad, para ella, y también para mí, que soy madre, eres aun una niña. Ella lo dice con todo el cariño, ese que te tiene y que es infinito, para explicar el porqué de esta petición de tranquilidad para tu vida.

Has sido testigo de muchas cosas, quizá demasiadas para una chica tan joven como cabal

Y lo explica bien, porque defiende tu felicidad y ello pasa por tu deseo. Ese que has dejado expresamente claro a tu familia a través de los años. Estos años que te han dotado de conocimiento de causa. Porque has sido testigo de muchas cosas, quizá demasiadas para una chica tan joven como cabal. Me gusta comprobar que hay una generación, a la que perteneces, llamando a nuestras puertas, que prioriza y conoce su entorno más de lo que podemos imaginar. Y me gusta más confirmar que rompéis estereotipos y que estáis por encima de muchas cosas, entre ellas, los comentarios que no llevan a ningún lugar más que a autoretratarse.

Calláis bocas, abrís ojos y nos hacéis reflexionar con vuestra actitud. A tu alrededor no han pasado las cosas de soslayo, qué va. Han calado en ti lo suficiente para ser determinada. Y tus padres se han encargado (cada uno a su manera, imagino –y sé que a tu madre esto quizá no le convenza tanto– de que seas consciente de la jungla que hay ahí fuera. Te hemos visto crecer de cerca. Y gracias a unos pixeles, tu rostro ha sido protegido como manda la ley, para que el anonimato que ahora exiges te sea dado. Tu carita estaba tapada pero tus primeros pasos, tus vestidos, tu vida entera se plasmaba en imágenes que hoy pides que te sean devueltas simbólicamente, como gotas, como parte de un mar llamado vida. Tu vida, tus circunstancias que, por cierto, no elegiste, pero que a partir de ahora tienes en tus manos y optas por preservar. Lo haces por ti misma, por tu futuro y el de los tuyos. Por esa tranquilidad de vivir la vida que a partir de ya eliges vivir. También seguro, por tus amigos, por tu círculo más cercano, ese que te permite tener los pies en la tierra.

Bien podrías crear un hashtag que diga algo así como ‘hija de personas conocidas que aspira a ser alguien por méritos propios’. ¡Olé tú! Ojalá puedas cumplir tu parte de esta petición y seas consecuente, porque como puedes comprobar por la nuestra el mensaje está recibido y entendido además de aplicado.

Has sido educada con unos valores en familia, de los que seguro tu abuelo materno estaría orgulloso

Cuentas con toda mi admiración y respeto. Hasta ahora has sido educada con unos valores en familia, de los que seguro tu abuelo materno estaría orgulloso. Ahora, te toca a ti seguir tu rumbo. Una vida llena de cosas bellas que te mereces y que estoy segura que, de seguir así, trascenderán para bien en tu futuro. No dejes de luchar así por lo que crees que merece la pena como hacen los supervivientes, que aprenden en la batalla y se hacen sabios, además de convertirse en ejemplo para los que le rodean. Te felicito a ti, pero si me dejas, a toda tu familia por amarte y enseñarte que mostrando cariño y atención verdaderos, un niño crece casi siempre de manera feliz y coherente. Haces honor a tu nombre, que significa ‘valiente’. Y no me extraña, viniendo de quien vienes, que defiendas lo tuyo en esta plaza como mujer de futuro que eres.

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