Primera visita oficial a Japón como Reyes

Coincide con el proceso de abdicación del emperador, más largo que el que vivimos en España con don Juan Carlos.

Almudena Martínez-Fornés
ALMUDENA MARTÍNEZ-FORNÉS

La floración de los cerezos es todo un acontecimiento en Japón, y los emperadores Akihito y Michiko han querido que la visita de Estado de los Reyes de España coincidiera con ese momento tan especial. Por ello, cuando en abril del año pasado hubo que aplazar el viaje de don Felipe y doña Letizia como consecuencia del bloqueo político que se vivía en España, los Emperadores prefirieron esperar todo un año para retomar la visita y que se produjera en plena fiesta de la floración.

Este acontecimiento, conocido como hanami en el país del sol naciente, forma parte de la tradición japonesa de contemplar la belleza de las flores y condiciona los viajes de millones de turistas, que consultan a la Asociación Meteorológica de Japón para hacer coincidir sus desplazamientos con la explosión primaveral. Aunque los cambios de temperatura pueden adelantar o atrasar unos días la floración, las últimas previsiones apuntan a que en Tokio, el destino principal de los Monarcas, el fenómeno empezará el 28 de marzo y alcanzará su momento álgido el 5 de abril. La visita aun no ha sido anunciada oficialmente por los Gobiernos de España y Japón, pero las fechas que se manejan para el viaje de los Reyes coinciden plenamente con la floración.

Este será el segundo viaje oficial que don Felipe y doña Letizia realicen juntos a Japón, el primero como Reyes. En su anterior visita, en junio de 2005, la floración de los cerezos ya había terminado, pero los Príncipes se encontraban muy ilusionados, porque doña Letizia estaba embarazada de la Princesa Leonor, que vino al mundo cuatro meses y medio después. Fue precisamente en Tokio donde la actual Reina exhibió sus primeras prendas premamá.

Su visita coincide con otro hecho excepcional: el proceso de abdicación del emperador

En esta ocasión, el viaje de Estado de los Reyes coincide con otro hecho excepcional: el proceso de abdicación del emperador, algo que no ocurría desde hace 200 años en Japón. El propio Akihito, que tiene 83 años y una delicada salud, anunció el pasado agosto su deseo de retirarse de la Jefatura del Estado y dejar paso a su heredero, el príncipe Naruhito, que tiene 56 años y es un gran admirador de España. Naruhito ha visitado nuestro país en seis ocasiones, pero siempre solo, sin su esposa.

Masako, de 53 años, está afectada por una depresión supuestamente motivada por no haber traído al mundo un varón que garantizara la continuidad de la dinastía más antigua del mundo. A diferencia de España, donde los varones tienen preferencia, pero las mujeres también pueden reinar, en Japón están excluidas de la línea de sucesión al trono. Los príncipes herederos solo tienen una hija, Aiko, de 15 años, que también ha sufrido problemas de salud difusos, como fatiga, mareos y falta de apetito, que la mantuvieron apartada de la escuela. Nuestros Reyes han tratado en muchas más ocasiones a Naruhito que a Masako, con la que coincidieron en su primer viaje a Japón y en la proclamación del rey Guillermo Alejandro de los Países Bajos.

En su último viaje a España, en 2013, Naruhito visitó, además de Madrid, Salamanca, Santiago de Compostela y, en Sevilla, la localidad andaluza de Coria del Río, donde hace cuatro siglos se asentó una expedición diplomática japonesa que echó raíces en esta tierra. Algunos de sus descendientes siguen viviendo en ese pueblo de 30.000 habitantes y llevan el apellido Japón. Naruhito estuvo conversando con algunos de ellos.

A diferencia de la abdicación de don Juan Carlos, que se hizo en un tiempo récord, la del emperador Akihito va muy despacio. Todo apunta a que tendrá que esperar hasta el 1 de enero de 2019 para ver cumplido su deseo, ya que la constitución no recoge ese supuesto y habrá que aprobar una ley especial que lo permita.

La abdicación también ha abierto el debate sobre la restrictiva ley de sucesión al trono, que podría llevar a la extinción a la dinastía más antigua del planeta. Ahora, todas las esperanzas están puestas en el sobrino de Naruhito, el príncipe Hisahito, que tiene diez años y vino al mundo después de cuatro décadas en las que solo nacían mujeres en la familia imperial.

19 de febrero-20 de marzo

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