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Los niños, seguros en el mar y las piscinas

Son muchas las precauciones que hay que tomar para que los chapuzones de los niños no acaben en disgusto

Una niña en la piscina. / adobe stock

Joaquina Dueñas
JOAQUINA DUEÑAS

Estamos comenzando a disfrutar de los primeros chapuzones en el mar y en las piscinas por lo que un año más no nos cansaremos de ofrecer consejos para que estas ocasiones de disfrute familiar no se trunquen en tragedia. Lo primero y principal, vigilar a los niños y procurar educarlos para que no comentan imprudencias que puedas acarrear consecuencia irreversible.

Consejos:

  • Siempre acompañados: Los niños siempre deben estar acompañados en el agua aunque sepan nadar. En el caso de los niños mayores, lo normal es dejarles su espacio para que naden y jueguen sin estar a su lado pero sí suficientemente cerca como para asegurarnos que podemos alcanzarlos en segundos si hay algún percance.

  • Normas de seguridad: Tanto en las piscinas como en las playas se pueden encontrar carteles con las normas de seguridad para el baño. Lo mejor es leerlas y comentarlas en familia. Los niños deben entender el significado de los colores de las banderas en las playas así que no te canses de explicárselo tantas veces como sea necesario.

  • Clases de natación: Cuanto antes aprenda a nadar un niño mejor. Si todavía no ha aprendido, en verano hay campañas de natación en piscinas municipales y campamentos acuáticos en los que los niños aprenden a nadar y otros deportes relacionados con el agua como el waterpolo o el surf.

  • Inflables también con vigilancia: Si el niño no sabe nadar debe bañarse con algún tipo de protección o inflable que le mantenga a flote. Sin embargo, los flotadores, manguitos o chalecos no son infalibles. Los niños deben estar siempre vigilados aunque los utilicen. También es muy importante utilizar el flotador adecuado a su edad y peso.

  • Entrar despacio: Los niños deben entrar en el agua poco a poco para no tener un cambio muy brusco de temperatura, especialmente si han estado jugando al sol o practicando deporte. Siempre que sea posible pueden ducharse antes de entrar al agua.

  • Enseñarles a conocerse: Los niños mayores que saben nadar buscan sentirse independientes por lo que además de a nadar hay que enseñarles a conocerse. Sólo así se darán cuenta de que algo va mal en su cuerpo y notarán cómo empieza un calambre antes de que se haga más fuerte o si están ligeramente mareados por la fatiga mientras juegan en el agua.

  • Prudencia: Nada de saltos arriesgados o de adentrarse en el mar por zonas desconocidas o con oleaje y resaca. Por muy divertido que parezca es lo más peligroso. Por eso el borde de la piscina es para caminar y no para jugar al pilla-pilla.

  • Pedir ayuda: en el agua o en otras circunstancias de la vida, no está de más que los niños aprendan a pedir ayuda a los adultos porque siempre pensamos en protegerlos a ellos cuando vamos a la piscina o a la playa pero, qué pasa si es el adulto el que se marea o el que corre peligro en el agua. Los niños deben conocer los números de emergencias o saber pedir ayuda al socorrista.

  • Protección solar y sombra: El agua no es el único peligro. El sol puede causar graves quemaduras de forma inmediata o enfermedades cutáneas a largo plazo. Así, la rutina familiar debe comenzar por ponerse protección solar una hora antes del baño y seguir por elegir una buena sobra bajo la que instalarse y renovar la protección solar periódicamente.

  • Juguetes: Si tienes piscina y niños pequeños, recuerda siempre sacar todos los juguetes del agua, no hay nada más a tractivo para los más pequeños que un colorido juguete flotando en el agua.

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