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Cómo enseñar a mi hijo que el aburrimiento es bueno

No recargues a tu hijo con tarear, a veces es beneficios para su creatividad que se aburra. Toma nota de estas cinco pautas para ayudarle.

Una niña tumbada en la cama. / getty

Joaquina Dueñas
JOAQUINA DUEÑAS

Nos empeñamos en llenar las agendas de nuestros hijos de actividades y sus tardes y fines de semana están llenos de clases extraescolares. A eso se suma que el escaso tiempo libre rellena habitualmente de aventuras virtuales gracias a videoconsolas y a la televisión. Al final, los pequeños no tienen ni un minuto para aburrirse. Sin embargo, aburrirse permite activarse mecanismos que despiertan la creatividad de los pequeños.

Cuando los niños se aburren se favorece la introspección e invita a la reflexión lo que estimula la imaginación y la denominada ‘atención involuntaria’, consiguiendo un pensamiento tranquilo y fresco. Así, el aburrimiento lleva a los niños en muchos casos a escribir, a dibujar o a inventar grandes historias.

Para que un niño se aburra, entendiendo el aburrimiento como no tener ningún tipo de actividad programada con la que ocupar el tiempo, es necesario que esté completamente desconectado. La presencia de móviles o tablets que requieren su atención constantemente con mensajes y alarmas hacen que sea imposible la introspección.

Es mejor ayudarle para que juegue con elementos sencillos como palos o piedras. Por eso, un paseo sin rumbo en un entorno natural será uno de los mejores aliados para que despierte la creatividad de tu hijo desde la relajación y la calma. Además, ayuda al niño a entender que hay también bienestar más allá de la recompensa inmediata.

Cinco pautas para ayudar a tu hijo:

  1. 1

    Fuera estímulos: Procura un espacio en el que no haya juguetes que les lleven a un comportamiento concreto, aunque si puede haber canicas u otro tipo de elementos que le ayuden a imaginar.

  2. 2

    Dale tiempo: Es muy posible que tu hijo proteste y te diga una y mil veces que se aburre. Entonces estarás cumpliendo con tu cometido.

  3. 3

    No intervengas: Puedes facilitarle alternativas, pero no le digas lo que tiene que hacer. Se trata de que él mismo descubra que pensar o divagar es una actividad en sí misma que le puede llevar a imaginar historias llenas de vida.

  4. 4

    Por a su alcance elementos sencillos como papel, lápices, palos… Ellos le pueden servir de apoyo para su creatividad.

  5. 5

    Conviértete en su ejemplo: Aunque procuramos pasar el día haciendo cosas no hay nada como el ejemplo, por lo que si los niños ven que los padres también se aburren lo considerarán algo natural.

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