Alyson: "Aylén no tiene derecho a llamarme gorda”

Gran Hermano Vip ha encontrado por fin una línea narrativa a su nivel: el triángulo de sospechas, celos y mentiras formado por Aylén, Marco y Alyson. Ayer pudimos ver cómo los ataques de la modelo contra su rival van escalando en intensidad. En un comentario que pretendía ser intrascedente, dijo a Alyson que había engordado. El asunto hirió a la estadounidense, quien reveló sus inseguridades respecto a su cuerpo ("tengo complejo de grande") y se quejó de que “una persona que pesa 30 kilos no tiene derecho a llamar a otra gorda”, especialmente por que “ni le había preguntado ni tenemos la confianza como para que me diga algo así”. Aylén también llamó gorda a Elettra, pero a la italiana no le importó lo más mínimo.

Por su parte, Marco parece harto de tener que estar todo el día reafirmando a su novia y de las restricciones que esta le plantea como necesarias para una relación. Aylén pretende que Marco esté pendiente de ella las 24 horas, cosa que el italiano no entiende. Ayer vimos como este reconocía al fin que la relación “no funciona” y que la trataría como a su novia durante todo el programa, y luego ya se vería. Si Aylén ha entrado con la misión de azuzar esta línea narrativa a pesar de sí misma, podría estar jugándose su relación.

No sabemos si Aylén está interpretando su patetismo o si realmente es tan insegura y tiene tan mal concepto de lo que ha de ser una pareja, pero está consiguiendo que el programa pueda superar mínimamente la mecánica chabacana del grito y el ataque indiscriminado de Aída. Su nivel de violencia contra la presentadora Inma Serrano es impropio de un medio de comunicación, como pudimos comprobar ayer en directo, cuando por poco llegan a las manos debido a la agresividad de Nízar. Aída está fuera de sí y el espectáculo de su desequilibrio mental ya no hace ninguna gracia. Da pena.

Por lo demás, ayer se reunió en plató la otra gran pareja del concurso: Ivonne Reyes fue la expulsada de la noche. En plató dijo corresponder el amor que Sergio, el concejal del PP expulsado la semana pasada, tiene por ella, pero queda la sensación de que lo hace con la boca pequeña. O quizá es la edad, que sabe enfriar las ilusiones para comprobar si cristalizan. En todo casi, cuando Jordi González le preguntó si se iba a llevar a Sergio a casa, respondió que no: su primer amor es su hijo.