La serie sobre el caso Asunta saca los colores a las tertulias

Antena 3 ha confiado totalmente en Bambú Producciones, la factoría responsable de 'Velvet', 'Cazadores de trolls' o 'Las chicas del cable', a la hora de confeccionar los tres capítulos de esta miniserie sin concesiones al morbo: no hay voz en off que saque conclusiones de lo mostrado ni concesiones a la opinión ni elucubraciones conspiratorias sin base en hechos comprobables. Un compromiso impecable por ambas partes.

El trabajo de investigación del equipo de Bambú ha tardado más de dos años en producir la historia, que cuenta con imágenes inéditas, testimonios nuevos y visitas a los lugares relacionados con el suceso. A lo largo de la grabación, son los propios entrevistados los que desmontan teorías pergeñadas por algunos medios de comunicación con el simple objetivo de satisfacer el morbo, como la razón de ser de una foto de Asunta maquillada y con medias de rejilla y minifalda que se aprovechó televisivamente para llevar el caso por el camino de una posible pedofilia. En realidad, se trataba de una función teatral del colegio.

'Caso Asunta' apunta otros agujeros negros del relato del caso, como el ilógico anonimato del amante de Rosario Porto, un hombre casado que no fue llamado a declarar como testigo pese a que podía haber sido clave a la hora de abundar sobre el estado anímico de Porto en aquellos momentos. Sin embargo, los platos fuertes son los testimonios vía carta o conversación telefónica de los padres de la niña, cada uno en su burbuja de inocencia. De hecho, uno de los periodistas del equipo llego a grabar a Rosario en la cárcel, pocos días antes de que intentara suicidarse.