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'The handmaid's tale': guía para principiantes

¡Bendito sea el fruto! La serie creada por Reed Morano y protagonizada por Elisabeth Moss ya puede verse en abierto en España. Si eres novata en criadas y distopías, aquí tienes las claves para comentar ‘The handmaid’s tale’ como una profesional.

Nosotras parimos, pero nunca decidimos. / hbo

Rosa Gil
ROSA GIL

En 2017, la plataforma on line Hulu (y, en España, HBO) estrenó ‘ The handmaid’s tale’, una serie basada en la novela homónima de Margaret Atwood , ' El cuento de la criada'. La trama nos situaba en un Estados Unidos futuro en el que Dios lo es todo, las mujeres, nada y los bebés, prácticamente un milagro. En el centro de esta sociedad represiva hasta el detalle está June/Defred ( Elisabeth Moss), convertida por el nuevo sistema en una “criada”, destinada a concebir hijos para la casta superior a través de un ritualizado sistema de violaciones.

La serie, durísima y maravillosa, cosechó cinco premios Emmy en su primera temporada; los fans acérrimos están acabando de ver la segunda temporada en HBO España; pero, si acabas de descubrirla en su emisión en abierto en Antena 3, te damos las claves que te convertirán rápidamente en una experta.

1. El origen de Gilead

La escritora canadiense Margaret Atwood empezó a escribir ‘The handmaid’s tale’ (‘El cuento de la criada’, en su versión en español) en 1984, tras una visita a la Alemania del este. Quería describir una sociedad igualmente oprimida y obligada a un pensamiento único. Pero tenía claro que, para ambientarla en Estados Unidos, ese totalitarismo tenía que tener una base puritana, acorde con las raíces culturales de su población. Así nació la República de Gilead.

Las criadas, necesarias pero sumisas. / hbo

2. Distopía teocrática

Oirás mucho estas palabras cuando se hable sobre ‘The handmaid’s tale’. “ Distopía”, naturalmente, es el opuesto de “utopía”: una sociedad tan aterradora como perfectamente organizada. La que vemos en la serie tiene en su cúspide al mismísimo Dios. Los ' ojos', agentes secretos de Gilead, vigilan sin descanso a la población, y todas las acciones que condena la Biblia (homosexualidad, adulterio, desobediencia) reciben terribles castigos que van desde la mutilación hasta la horca, pasando por el destierro a las aterradoras colonias.

Los ojos, "hombres de negro" de Gilead / hbo

3. El hábito hace al monje

En esta nueva sociedad, los hombres viven reprimidos, pero las mujeres se llevan la peor parte, ya que se las reduce a una única función y se las obliga a vestirse de acuerdo con ella. Las esposas, señoras absolutas del hogar, visten de azul; las marthas (limpadoras y cocineras), de verde; las criadas, encargadas de concebir y parir hijos para las clases dominantes, de rojo con cofias blancas; las tías (maestras y guardianas sádicas de las criadas), de marrón; las econoesposas, mujeres de clase baja que cumplen con todas las funciones a la vez, de gris.

June (Elisabeth Moss), con una de las Marthas / hbo

4. El bebé anhelado

En el origen de Gilead, estuvo la fertilidad. O, mejor dicho, su vertiginoso declive por culpa de la contaminación, que hizo que la población disminuyera hasta niveles alarmantes. Ciertos grupos religiosos vieron en esto un castigo divino y encontraron apoyo popular. Por eso, en esta sociedad teocrática los bebés son ardientemente deseados. Las pocas mujeres que han demostrado ser fértiles se ven convertidas en criadas e instaladas en los hogares de los jerarcas del sistema. En sus días fértiles, son violadas sobre el regazo de la señora de la casa (siguiendo el ritual que Jacob, Raquel y su criada Bilah ejecutan en el Antiguo Testamento), para dotar de descendencia a las élites del sistema.

El comandante Waterford, su esposa... y su criada / hbo

5. En busca de la identidad perdida

Todos los miembros de Gilead viven constreñidos por modelos de comportamiento sofocantes, pero las criadas pierden incluso su nombre. June, la protagonista, solo recibe este nombre en los flashbacks en los que la vemos antes del golpe de Estado que alumbró la república de Gilead, cuando era una mujer normal, casada y con una hija. En el presente, es solo Defred ( Offred en la versión en inglés), una denominación que hace referencia a su “señor”, el comandante Fred Waterford(Joseph Fiennes). Si muere o es trasladada, la criada que la sustituya será la nueva Defred.

June y su marido, la vida antes de ser Defred / hbo

6. Marginados

No hay nada peor para una criada que ser declarada “ no mujer” (incapaz de concebir), lo que implica un destierro inmediato a los campos de trabajo de las colonias, páramos sembrados de basura tóxica donde la esperanza de vida es ridículamente corta. Tristemente, incluso las mujeres fértiles dan a luz con regularidad “ no bebés”, niños no viables que mueren al poco de nacer. También fuera del sistema quedan los 'outsiders' del Jezabel, un burdel donde los altos mandos de Gilead pueden dar rienda suelta a sus instintos más bajos... con la colaboración de hombres y mujeres que se consideran ya condenados por sus muchos pecados. Y, por supuesto, está la misteriosa organización Mayday, la resistencia que lucha, en la clandestinidad, para derrocar a los Hijos de Gilead. De momento, por cierto, con muy poquito éxito.

Las colonias, peores que la muerte / hbo

7. ¿Feminismo? Abramos el debate

Margaret Atwood es feminista hasta la médula, pero no cree en la divinización de la mujer, y asegura que ‘The handmaid’s tale’ es una novela feminista si entendemos como tal que, en ella, hombres y mujeres reciban personalidades completas y complejas, no que la trama esté pensada para retratarlas a ellas como víctimas del patriarcado o moralmente superiores. Elisabeth Moss también dudó a la hora de llamarla “feminista”, diciendo que era una historia de represión sobre hombres y mujeres (después, sin embargo, matizó sus palabras). Sin embargo, cuando hablamos de derechos reproductivos, cultura de la violación y mujeres confinadas al ámbito del hogar, no podemos dejar de hablar de feminismo. Muchos colectivos feministas, de hecho, han usado el atuendo de las criadas (vestidos rojos y cofias blancas) para manifestarse contra leyes que limitaban sus derechos o sentencias que imponían condenas suaves a violadores. Chicas, nolite te bastardes carborundorum (si entiendes esta referencia, estás ya en el nivel 'pro' de esta 'The handmaid's tale').

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