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Los mejores aliados para triunfar en Río

Son quienes más disfrutan las victorias y quienes más sufren ante las derrotas; quienes se tragan las lágrimas y alientan el esfuerzo... el principal apoyo de nuestras olímpicas: sus familias.

Realización:Beatriz Navazo. Fotógrafo: Vicens Giménez. Estilista: Sandra Escala. Maquillaje y peluquería: Estrella Elorduy para Dior. Gemma, vestido Essentiel y sandalias Guess. Enric, camisa Santa Eulalia, pantalones Riplay y zapatos Nosolo Barcelona. El niño mayor, sudadera Bellerose, y el menor, camise Sticky Fudge, chaqueta Normandine y zapatillas Zara. / Vicens Giménez

Beatriz González
BEATRIZ GONZÁLEZ

Hay una persona a la que Michael Phelps, el mayor medallista olímpico de todos los tiempos, busca entre las gradas cada vez que termina una prueba: su madre, a quien ha dedicado cada uno de sus 18 oros olímpicos. Pero no es el único.

Teresa Perales dedica sus medallas a su hijo Nano; Garbiñe Muguruza considera imprescindibles a sus padres y hermanos; y hace ocho años, Rafa Nadal escalaba las gradas de Wimbledon para abrazarse a los suyos ante la mirada atónita de los presentes.

Madres, padres, hermanos, parejas... son aliados incondicionales. En unas semanas, los mejores atletas del mundo se darán cita en los Juegos Olímpicos de Río de Janeiro. Cuatro de nuestras representantes desvelan quiénes les ayudarán a mantener la fuerza emocional que necesitan para competir.

Realización:Beatriz Navazo. Fotógrafo: Vicens Giménez. Estilista: Sandra Escala. Maquillaje y peluquería: Estrella Elorduy para Dior. Gemma, vestido Essentiel y sandalias Guess. Enric, camisa Santa Eulalia, pantalones Riplay y zapatos Nosolo Barcelona. El niño mayor, sudadera Bellerose, y el menor, camise Sticky Fudge, chaqueta Normandine y zapatillas Zara. / Vicens Giménez

"Mi madre me echa una mano y Enric está ahí siempre: actuamos como un equipo"

  • Gemma Mengual, competirá en los Juegos de Río en el dúo de natación sincronizada, con Ona Carbonell.

  • Su mejor apoyo es Enric Martín, su pareja.

  • Sus triunfos: es la nadadora española más laureada. Ha conquistado 17 medallas de oro, 18 de plata y 12 de bronce en capeonatos del Mundo, Europeos y Juegos Olímpicos.

Gemma se ganó el respeto de sus contrincantes durante dos décadas. Cuando se retiró, en 2012, la consideraban una de las mejores nadadoras de sincronizada de la historia. Lo había ganado todo: medallas olímpicas, mundiales, europeos... No le quedaba nada por demostrar. Pero hace unos meses decidió que su carrera no había terminado. "Estoy disfrutando de volver a sentirme deportista. Cuando lo dejé, fue un poco forzada", reconoce. Tras dar a luz en 2010 a Nil, su primer hijo, su objetivo era regresar a la competición y acudir a los Juegos de Londres.

"No lo hice porque quien estaba al frente del equipo entonces no me lo puso fácil, así que decidí dejarlo. Nunca pensé poner fin a mi carrera, lo que quería era dejar esa situación que no me hacía feliz. Por eso me quedó esa espinita. Mi familia lo sabía y, cuando me planteé regresar, me apoyaron desde el minuto uno reconoce. Ahora mi madre me echa una mano y Enric está ahí siempre. Entre todos somos un equipo. La logística es como la de cualquier madre trabajadora. Pero lo que tengo me hace feliz: mis hijos me hacen feliz, Enric me hace feliz, aunque haya días que esté al límite", sostiene.

Nunca se lo he dicho a ella, pero lo pasa fatal. Se hacen eternos esos minutos.

Enric Martín

Sin embargo, no niega que la vuelta haya sido dura. "Tengo cuatro años más, dos niños, y soy consciente de que no es fácil. Pero al empezar a entrenar tu cuerpo recuerda. Tengo buenas sensaciones. Llevo 25 años en este deporte y aún aprendo, eso es una gozada". ¿Y la competición? ¿Ha cambiado? "Estoy igual de nerviosa antes de salir, pero ahora relativizo más. No me voy a dormir amargada porque no me ha salido algo y soy capaz de desconectar al llegar a casa". Sobre lo que deparan los Juegos, no quiere adelantar acontecimientos. "Nos vamos a medir con Rusia, que es la mejor del mundo, y está China, muy potente. Y hay que competir contra Ucrania y Japón. Lo que sé es que tengo mucha ilusión por ganar esa medalla y que estoy disfrutando del camino".

Enric la apoya al 100%. "Le dije que, si realmente le apetecía, yo estaba totalmente de acuerdo cuenta su pareja. Es difícil organizarse, pero al final el esfuerzo se hace sin problemas. Ahí tenemos que estar todos".

Enric y Gemma se conocieron cuando ella ya era una deportista de elite, por lo que los horarios de entrenamiento y el poco tiempo de ocio no le pillaron por sorpresa. Además, conocía el deporte de cerca: "Lo viví desde pequeño con un íntimo amigo que era tenista. A mí me parece brutal el esfuerzo. Para los que quieren estar arriba no hay descanso y eso lo pueden hacer muy pocos", asegura.

Él no lleva bien el papel de sufridor: "Esto no se lo he dicho nunca a ella, pero lo paso fatal. Desde casa se vive muy mal, sobre todo si no conoces el deporte a nivel técnico. Se me hacen eternos esos tres minutos en que se lo juegan todo", cuenta Martín, que procura transmitirle que está orgullosísimo de ella. "Soy el primero en decírselo: si no se gana, no pasa nada. Lo importante es el esfuerzo que estás haciendo. Para mí es un orgullo tener como pareja a una persona que ha hecho tanto por el deporte", asegura.

También sus hijos empiezan a entender que su madre es especial. "Cuando Nil me vio en una competición, dijo: "¡Mami salta muchísimo, qué pasada!". Empieza a saber que su madre trabaja en una piscina... El día de la madre, decía que era el día de la madre súper nadadora". Una súper nadadora que puede conseguir su tercera medalla olímpica.

Estilista: Patricia Figueroa. Maquillaje y peluquería: Carminia Albornoz (NYC) para Art Lab-Aveda. Agradecimiento: El Columpio Restobar. Eva y Marta, looks de Bimba y Lola. / Alex Rivera

"Mi hermana es mi gran apoyo, mi mayor aliada"

  • Eva Calvo, competirá por primera vez en unos Juegos, en la categoría -57 de taekwondo.

  • Su mejor apoyo es Marta, su hermana.

  • Sus triunfos: Eva Calvo ha ganado dos medallas en campeonatos mundiales: plata en 2015 y bronce en 2013; además de oro en el Europeo de 2014 y bronce en el de 2015.

Como buenas hermanas, Eva (a la izq. en la foto) y Marta comparten, preocupaciones, tiempo de ocio, inquietudes... Y desde hace nueve años, las sesiones de entrenamiento de un deporte que las llevará a Río de Janeiro: el taekwondo. Eva buscará la medalla en su categoría, -57. Marta, la pequeña, se quedó a dos combates de clasificarse, pero irá como suplente de su hermana. "Vivo en constante peligro teniéndola a ella al lado bromea Eva, no sé si por interés intentará que me lesione", dice entre risas.

Pero confiesa que es una suerte viajar con ella. "Es un apoyo enorme, mi mayor aliada reconoce Eva. Sería raro ir sin ella porque siempre está ahí. Antes de los combates nos preguntamos si estamos listas. Luego, nos abrazamos. Es como dejar preparada a la otra para que todo vaya bien". Marta asiente y le recuerda que esta vez será distinto: "Cuando compites, tienes los nervios del combate pero todo depende de ti, tú controlas la situación. Sin embargo, verla es más difícil porque no puedes ayudarla. Como mucho, gritar, y sirve de poco".

Si no vuelve con medalla, no pasa nada; pero ya que estamos, hay que lucharla.

Marta Calvo

Ambas eligieron el taekwondo tras practicar atletismo y probar el fútbol y el baloncesto. Y aunque destacaron desde el principio, nunca se imaginaron en unos Juegos. "Lo que más ilusión hace es vivirlo. Siempre los hemos seguido por televisión y nos encantará ver cómo es por dentro, cómo es la villa, la competición a lo grande... En los de Londres estábamos en la playa y subíamos corriendo a ver por la tele los combates de taekwondo. Entonces era impensable que llegáramos aquí", dice Eva. "Llevamos menos de tres años arriba, ha sido un salto muy rápido", afirma la mayor de las hermanas.

"Pasamos mucho tiempo juntas. Vivimos con nuestros padres, vamos a entrenar todos los días juntas, tenemos amigos comunes, viajamos juntas... Nos llevamos muy bien, qué remedio", dice sonriendo Eva. Y las dos estudian lo mismo: Matemáticas. Juntas llegarán a Río y harán lo posible porque la primogénita se traiga una medalla, aunque cree que no hay presiones para conseguirla.

"Si no se vuelve con medalla no se hunde el mundo. El sueño era ir a Río, pero ya que estamos allí, la medalla hay que lucharla". En las gradas acompañarán a Eva y a su suplente gran parte de la familia. Pero advierten que no será su única vez: "Ojalá podamos repetir, y esta vez las dos como clasificadas", dice Marta.

Estilista: Patricia Figueroa. Maquillaje y peluquería: Carminia Albornoz (NYC) para Art Lab-Aveda. Ruth, vestido Adolfo Domínguez; Aurora look de Escada. / Alex Rivera

"Mi madre siempre tiene los brazos abiertos para reconfortarme"

  • Ruth Beitia competirá en salto de altura.

  • Asegura que su mejor apoyo es su madre, Aurora Vila.

  • Sus triunfos: ha ganado tres oros, cinco platas y cuatro bronces en campeonatos internacionales, pero cinco de esas medallas las ha conseguido tras volver a las pistas. Además, ha sido la primera española en ganar la prestigiosa Liga del Diamante, que premia a los atletas con mejor puntuación en 16 competiciones internacionales.

En casa de los Beitia, el hobby era el atletismo. El padre de Ruth lo practicaba, como sus cuatro hijos mayores. En cuanto la pequeña se unió, encontró en la pista una aliada, y a ella ha dedicado más de 30 años. Un tiempo en el que ha ido subiendo el listón de triunfos. Literalmente. "Mi primer objetivo era estar en las Olimpiadas de Atenas, pero llegué lesionada. El segundo fue Pekín, y gané un diploma olímpico. Entonces la meta pasó a ser una medalla en Londres. Quedé cuarta y decidí que tenía que despertar del sueño y hacer otra cosa".

Lo dejó y se convenció de que vería los siguientes Juegos desde casa. Sin embargo, regresó a la competición. Y en la mejor forma. Sus rivales dicen que volverá de Río con medalla. "La vida me ha dado otra oportunidad y me toca subir al podio dice. He tenido la suerte de seguir con 37 años, y creo que es de ley que me retire al 100%".

Antes de empezar la competición, la última llamada que hace es a mí.

Aurora Vila

Aurora está de acuerdo: "El deporte es muy esclavo, pero Ruth siempre quiso dedicarse a esto. Lo disfruta". Ella, tras acompañar a sus hijos y a su marido a las competiciones, se hizo juez de esta disciplina, papel que sigue ejerciendo, igual que su marido.

"Mi familia ha sido fundamental dice Beitia. Con mi entrenador, Ramón Torralbo, me han mantenido los pies en el suelo. Solo los despego para saltar". Antes de competir, la última llamada siempre es para su madre: "Siempre lo ha hecho corrobora Aurora. Y cuando vuelve me pide huevos fritos con patatas y jamón. Si no compite en España, lo vemos en la tele. Paso muchísimos nervios. Sé que va a dar el 100%, pero no siempre se está en la misma forma".

Ruth agradece sus ánimos: "Siempre tiene los brazos abiertos para reconfortarte en los momentos malos y apoyarte en los buenos". Ese apoyo le permite seguir una férrea disciplina. A partir de las siete de la mañana, estudia Psicología; luego va al Parlamento de Cantabria, donde es diputada, y por la tarde entrena. "Es el único momento en que desconecto. Cuando haces lo que te gusta, sacas tiempo. Y me apetece seguir disfrutando".

Maquillaje y peluquería: Sara Navarro (Kasteel Agent) para M·A·C y Ghd. Agradecimiento: Club Natació Badalona. Anna, vestido de Sita Murt y pulseras de Thomas Sabo. Luis, polo de Mango. / Vicens Giménez

"Llevo 18 años lejos, pero si estoy aquí es por mi familia"

  • Anna Cruz, integrante de la selección de baloncesto, intentará traer a casa la primera medalla olímpica del equipo.

  • Su principal apoyo es Luis Cruz, su padre.

  • Sus triunfos: con la selección española de baloncesto femenino ha conseguido dos medalles de bronce en los Campeonatos de Europa de 2009 y 2015, un bronce en el Mundial de 2010 y la plata en el último Mundial de 2014.

Es la segunda española de la historia (la otra es Amaya Valdemoro), en lograr un anillo en la WNBA (la NBA femenina y la mejor liga del mundo) con Minnesota Lynx. Y en su palmarés hay también medallas europeas y mundiales. Lo que Anna no había logrado era participar en unos Juegos y este año cumplirá ese sueño.

"Es a lo máximo que puede aspirar un deportista, así que lo tengo en mi lista de deseos", confiesa esta veinteañera de Badalona que empezó a jugar al baloncesto porque quería imitar a su mellizo, Sergi. "Él quería que mis padres le apuntaran. Teníamos seis años y al principio no me interesaba. Pero cuando él se portaba mal, le decían: "Como sigas así, apuntaremos a Anna y no a ti". "Yo quiero", dije. Y hasta hoy", recuerda.

He perdido la cuenta de los kilómetros recorridos, pero ha valido la pena.

Luis Cruz

Luis y su mujer se dividían para verla jugar los fines de semana: "Hemos hecho mucha carretera, pero ha merecido la pena". Hace años ni se les pasaba por la cabeza que su hija llegase a competir en unos Juegos: "Estamos orgullosísimos. ¿Cómo no estarlo si es tan difícil llegar?".

"Cuando era pequeña y todavía pagaba por jugar dice Anna pasamos una mala racha y les dije: "Yo trabajo si hace falta, pero del baloncesto no me borréis". Ellos se reían porque ni estábamos tan mal ni iban a permitir que yo trabajara. Pero mi reacción dice bastante de la obsesión que tenía", cuenta riendo.

"Llevo desde los 18 años lejos de mi familia, pero el esfuerzo merece la pena si tienes recompensa. Si estoy donde estoy es por ellos" agrega. Anna recuerda que pidió a sus padres que no vieran el partido en el que ganó el anillo de la WNBA, porque las últimas veces que habían ido a verla perdieron. El matrimonio obedeció, pero no pegaron ojo hasta que supieron el resultado.

"Siempre ha podido con todo: se ha sacado una carrera, se ha marchado a miles de kilómetros para jugar en los mejores equipos... Lo único que podemos hacer es darle ánimos. Por eso una recompensa así es una alegría enorme. Me imagino que algo parecido a lo que sería volver con medalla de Río", asegura Luis.

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Como elemento de Fuego, los Aries son apasionados y aventureros. Su energía arrastra a todos a su alrededor y son capaces de levantar los ánimos a cualquiera. Se sienten empoderados y son expertos en resolver problemas. Pero son impulsivos e impacientes. Y ese exceso de seguridad en sí mismos les hace creer que siempre tienen la razón. Ver más

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