La seducción empieza en la cabeza

Sucedío en 1990, en una sesión de fotos de Patrick Demarchelier para el Vogue británico. La princesa Diana, aún con su emblemática media melena rubio ceniza, le preguntó al peluquero: "¿Qué le harías a este pelo, si pudieras hacer cualquier cosa?". "¡Cortarlo!", dijo él. Dicho y hecho, Lady Di inauguró su look a lo garçon, engominado y chic, que se convertiría en la metáfora perfecta de sus sucesivas rupturas con el pasado.

El peluquero en cuestión era Sam McKnight, responsable del look de más de 190 portadas de Vogue, artista con 40 años de experiencia, cómplice de pasarela de firmas como Chanel, Fendi, Dries Van Noten o Balmain, y artífice, entre otros, del look Bowie de Tilda Swinton, la melena alborotada de Madonna en Bedtime stories o las extensiones que acompañaron el celebérrimo vestido de carne de Lady Gaga.

Sin embargo, Hair by Sam McKnight, la exposición londinense sobre el artista del pelo escocés -y el libro del mismo título que, al hilo de la muestra, edita Rizzoli- son mucho más que una hagiografía. A través de maniquíes, salas que imitan el backstage de un desfile y miles de fotos e imágenes de making of, nos ofrece un vistazo clandestino a los entresijos del mundo de la moda y una reflexión sobre lo imprescindible del trabajo en equipo. Estará en Somerset House (Londres) hasta el 12 de marzo.