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“Lola Montes fue la primera celebrity de la historia”

Fue una de las mujeres más conocidas del siglo XIX. Triunfó como bailarina española, aunque era irlandesa, fue amante de un rey y rompió todas las reglas. La columnista de Mujerhoy nos descubre en exclusiva la apasionante vida de la protagonista de su último libro

Cristina Morató en uno de los salones del Palacio Duarte Pinto Coelho, en Madrid. / Luis Barta

MARÍA JOSÉ BARRERO

Se paseó por el mundo como española, hija de una aristocrática familia sevillana, aunque era irlandesa. No tenía dotes para la danza, pero debutó y triunfó en los más prestigiosos escenarios. Conoció a los grandes artistas de la época, de Franz Liszt a Alejandro Dumas, y fue amante del rey Luis I de Baviera. Pasó penurias, se convirtió en duquesa, pero en realidad quiso ser reina. Recorrió el mundo y se reinventó más de una vez. Fue bailarina, actriz, conferenciante y escribió el primer libro sobre belleza de la historia, que se convirtió en un auténtico best-seller. Lola Montes lo tuvo todo y todo lo perdió.

A esta mujer apasionada, rebelde y contradictoria, que escandalizó a su época y cuya vida fue seguida con pasión por los diarios, ha dedicado Cristina Morató Divina Lola, el libro que presenta esta semana. La escritora y columnista de Mujerhoy ha pasado cinco años siguiendo su rastro y ha recopila artículos de prensa, cartas personales y documentos procedentes de los archivos reales sobre una mujer cuya biografía se mezcla con la leyenda. Tal vez porque así lo quiso la propia Lola.

  • Mujerhoy ¿Cómo se cruzó con Lola Montes? Cristina Morató Fue en mi primer libro, Viajeras intrépidas y aventureras. Es un personaje con muchos facetas, pero la de viajera me llamó la atención. En aquella Inglaterra victoriana, en la que las mujeres se dedicaban a las tareas domésticas y al cuidado de los hijos, dio casi la vuelta al mundo. Llevaba la aventura en la sangre: pasó parte de su niñez en la India; recorrió casi toda Europa con sus danzas españolas; probó fortuna en América, en plena fiebre del oro; y estuvo en Australia con su compañía. Era una mujer indómita, una experta amazona que manejaba el revólver y el látigo.

  • Mujerhoy Desde ese primer encuentro con Lola Montes, han pasado 15 años. ¿Cuándo decidió que sería la protagonista de una biografía? Cristina Morató La aventura comenzó hace cinco años, cuando viajé a California, para recorrer las ciudades mineras de Sacramento, Nevada City y Grass Valley, donde ella actuó. Todavía no tenía claro si podría escribir un libro, pero descubrí que su vida daba para una enciclopedia [Risas]. Me atraía sobre todo esa etapa de pionera en el lejano oeste. Y, para mi sorpresa, en la biblioteca de la Universidad de Berkeley me encontré con 50 cajas que contenían artículos, recortes de prensa, testimonios de personas que la conocieron… Lo había recopilado Bruce Seymour, un abogado que se enamoró del personaje. Para mí, esa documentación y su generosidad han sido fundamentales. Decía que a Lola, falsa española, le hubiera encantado que, por fin, su vida fuera conocida aquí.

  • Mujerhoy ¿Ha sido complicado escribir la biografía de un personaje sobre el que existe documentación real, pero también muchas leyendas? Cristina Morató Sí, porque Lola era una gran embustera. Se llamaba Elizabeth Gilbert y nació en Irlanda, pero siempre mantuvo que había nacido en Sevilla, en el seno de una familia de rancio abolengo. La vida de esta mujer, una de las más influyentes de su época, nos ha llegado a través de sus memorias y de novelas y películas que han creado ese mito y tienen poco que ver con la realidad. En el filme de Max Ophuls de 1955 aparece como una famosa cortesana que acabó trabajando en un circo en Estados Unidos, contando su vida. Pero no fue cierto. Yo he podido reconstruir su vida gracias a los documentos inéditos de Berkeley y, sobre todo, a la correspondencia con el rey Luis I de Baviera, de quien fue amante durante dos años, que se conserva en los archivos reales.

"Lola fue una impostora, pero también una superviviente, siempre se buscó la vida".

  • Mujerhoy ¿Por qué ese personaje de bailarina española? Cristina Morató Lola era una impostora, pero también una superviviente. Pasó su infancia en la India, pero su madre, que mantuvo una relación muy distante con ella, la envió a un internado inglés con cinco años. Su primera boda, a los 16, fue una huida, pero tras dejar a su marido tuvo que buscarse la vida. Quiso ser bailarina, pero no tenía aptitudes para la danza clásica, aunque sí un físico muy potente, de melena azabache y ojos azules, como la Carmen de Mérimée. Su profesora en Londres la animó a hacerse pasar por andaluza, en una época en que los boleros y las cachuchas estaban de moda. Logró debutar en los mejores teatros, aunque su sensualidad hacía olvidar su escaso talento.

  • Mujerhoy ¿Pero alguna vez viajó a España, su teórica patria? Cristina Morató Algunos autores aventuran que pudo estar en 1843, pero no hay pruebas. Pero en 1849, con su segundo marido, sí visitó Barcelona, Valencia, Alicante, Málaga y residió un tiempo en Cádiz. Era ya una celebridad y nadie puso en duda su origen, aunque tuvo la desfachatez de seguir diciendo que era de Sevilla.

  • Mujerhoy Lola también se codeó con grandes personajes de su época. Cristina Morató Conoció a literatos, músicos, aristócratas... Tras mantener un breve y apasionado romance, el compositor Franz Liszt le dio unas cartas de recomendación y le abrió las puertas de París, donde debutó en el Teatro de la Ópera. Allí, Alejandro Dumas la introdujo en los círculos artísticos de la época, y conoció a Honoré de Balzac y a George Sand, que la bautizó como “la leona de París”. Ella se movió siempre en las altas esferas.

Lola, en el retrato de Joseph Karl Stieler que hay en la Galería de las Bellezas del palacio de Nymphenburg (Munich). A la dcha., en 1852, es la primera fotografía de una mujer fumando. / d. r.

  • Mujerhoy Y desde París, continuó su marcha triunfal por Europa... Cristina Morató Lola no hubiera pasado a la historia si no hubiera tenido un romance escandaloso con Luis I de Baviera. Él nunca dudó que fuera andaluza; quizá ciego de amor, no se dio cuenta de que no hablaba bien español [Risas]. Era una mujer con grandes cualidades, pero muy ambiciosa, egocéntrica y con un tremendo carácter, quizá eso le perdía. Podía haber llevado una vida de lujos y privilegios, pero quería más. El rey la nombró condesa de Landsfield, pero ella quiso ser la reina en la sombra y selló su destino, porque comenzó a interferir en los asuntos de estado. El rey se vio obligado a abdicar después de que la aristocracia y el pueblo se levantaran contra Lola y sus caprichos.

  • Mujerhoy Lo tuvo todo y, más de una vez, lo perdió todo. Cristina Morató Creo que el problema fue que se acostumbró a vivir por encima de sus posibilidades. El rey le pasó una generosa pensión toda su vida, pero en sus cartas ella le pedía más y él se quejaba de que no sabe administrarlo. El rey le decía: “No conoces la palabra ahorro” [Risas]. Ganó mucho, pero siempre tuvo problemas.

  • Mujerhoy ¿Pero fue capaz de reinventarse? Cristina Morató Sí, y me fascina. Al final de su vida, alejada de los escenarios, con una salud delicada y una belleza marchita, fue una conferenciante de éxito en Nueva York. Habló sobre su vida y sus secretos de belleza, pero también sobre París y el amor, la moda, las mujeres poderosas de la historia... Y aprovechando ese éxito, escribió el primer libro de consejos de belleza: Las artes de la belleza, o secretos del tocador de una dama.

"Quiso ser la reina en la sombra; sus interferencias obligaron a abdicar a Luis I de Baviera".

  • Mujerhoy ¿Un libro de belleza? Cristina Morató Sí, es una delicia. Fue un best-seller, con 70.000 ejemplares vendidos de su primera edición, en 1848. En él da consejos sobre cómo teñir las canas, mantener el pecho firme… Pero era tan moderna que, en el siglo XIX, recomendaba a las mujeres hacer ejercicio, llevar una dieta equilibrada, usar productos de belleza naturales, no nocivos para la salud…

  • Mujerhoy Lola decía: “Las mujeres fuertes, independientes y apasionadas son un peligro, una provocación”. Cristina Morató Era una adelantada a su tiempo y, aunque no era feminista, sí le gustaba demostrar que podía ser independiente y triunfar en lo que se propusiera. Es quizá lo que más me gusta de ella: su fuerza de voluntad, que fue una trabajadora incansable y supo hacerse valer en un mundo donde una actriz o bailarina era considerada una mujer de dudosa moralidad.

  • Mujerhoy ¿Ha llegado a entender por qué fue así? Cristina Morató No sé si he llegado a entenderla, pero he intentado no juzgarla. Tenía un carácter salvaje y en ocasiones reaccionaba con violencia, pero ella lo justificaba por la falta de cariño materno. Es una excusa, pero sí es cierto que tuvo una infancia muy solitaria. Tampoco tuvo amigas y, a pesar de ser tan seductora y hermosa, fue desafortunada en el amor. Se casó en tres ocasiones, tuvo una larga lista de amantes, pero su gran amor, el periodista francés Alexandre Dujarrier, murió en un duelo. Creo que jamás se recuperó de su pérdida y, a partir de entonces, se convirtió en otra mujer.

Conchita Montenegro, la actriz olvidada que encarnó a Lola

  • Para la portada de su libro, Cristina Morató ha elegido a otra mujer excepcional, la actriz Conchita Montenegro, que interpretó a Lola en la película de Antonio Román, en 1944. “Fue la primera española que triunfó en Hollywood y trabajó junto a los más importantes galanes de la época”. Dicen que hasta se negó a besar a Clark Gable en una prueba. “Tras esa película, se casó con Ricardo Giménez-Arnau, embajador ante la Santa Sede, y se retiró del cine. La llamaban la Greta Garbo española, y su vida también da para otro libro”, asegura Morató.

Portada del libro de Cristina Morató. / d. r.

  • Mujerhoy ¿Lola Montes fue una especie de it girl de la época? Cristina Morató Más que it girl, fue la primera celebritie de la historia: tuvo tres maridos, amantes famosos, triunfó como actriz y bailarina, la prensa siguió sus movimientos, le encantaba provocar… Junto a la reina Victoria, fue una de las mujeres más famosas del siglo XIX, la que más portadas ocupó debido a sus escándalos y excentricidades. Para la prensa sensacionalista de la época, fue un filón, porque rompió todas las convenciones Y si sumamos que conocía muy bien las artes de seducción y tenía ese atractivo exótico e irresistible, era un personaje muy fascinante. Con su ambición, belleza y fuerza de voluntad, hoy hubiera llegado a donde se hubiera propuesto, habría sido un icono.

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