actualidad

“Convivir con los chimpancés es como vernos en el pasado”

Lleva más de 10 años devolviendo a su hábitat natural a primates que han sufrido violencia y cautividad. Jane Goodall la fichó para dirigir su instituto en la selva del Congo. La suya es, sin duda, una auténtica historia de amor

La doctora Rebeca Atencia, directora de The Jane Goodall Institute del Congo / fernando turmo / instituto jane goodall

Beatriz González
BEATRIZ GONZÁLEZ

Hace algo más de una década, la famosa primatóloga Jane Goodall se adentró en la selva congoleña en busca de una mujer de la que había oído historias extraordinarias. Le habían contado que allí vivía una veterinaria gallega, Rebeca Atencia, una especie de genio de la lámpara con un don: devolver la libertad. Su trabajo consistía en reintroducir en la selva a chimpancés víctimas de la caza furtiva y el tráfico de especies, proporcionándoles la autonomía suficiente para poder regresar a su paraíso. Y sí, Jane encontró a Rebeca.

Atencia vive y trabaja desde hace 12 años en medio de la jungla, un lugar sin carreteras asfaltadas y donde todo el horizonte es verde. Comparte su vida con gorilas, elefantes, cocodrilos y, sobre todo, chimpancés, de quienes ha aprendido su lenguaje. Son ellos quienes la avisan cuando hay peligros y con ellos comparte paseos en busca de comida. Estos primates la llevaron desde su Ferrol natal hasta la selva para cumplir lo que muchos creían una utopía.

Sin embargo, consiguió hacer realidad sus sueños, y de ellos habló recientemente en La Casa Encendida, en Madrid. Hoy, esta veterinaria es la mayor esperanza para 150 chimpacés que viven en Tchimpounga, el centro de rescate de esta especie más grande que hay en África, desde el que dirige el Instituto Jane Goodall en la República del Congo. Allí han crecido sus dos hijos, unos mellizos de seis años que comparten peluches con las crías de chimpancé.

  • Mujerhoy ¿Cómo acaba una veterinaria ferrolana en mitad de la selva congoleña? Rebeca Atencia De niña vivía en una casa de campo y una vez hubo un incendio en el monte. Cuando pasamos por la casa del guardabosques, descubrimos que tenía un zorro pequeñito, una polluelo de águila y otros muchos... Había ido corriendo a salvarlos. Después los crió y los devolvió al bosque. Eso me marcó.

  • Mujerhoy Por eso estudió Veterinaria... Rebeca Atencia Sí, creí que era la forma más fácil de ayudar, así que me fui formando en animales salvajes. Trabajé en un zoo y en centros de rescate y, al tratar con animales en cautividad, me quedé con la espinita de que eso no era lo que realmente querían.

  • Mujerhoy Rebeca Atencia Quería darles la libertad. En esa época conocí en el centro madrileño de rescate de chimpancés Rainfer al que luego sería mi marido y, entre los dos, empezamos a buscar cómo cumplir ese sueño. El único sitio en el mundo donde se estaban reintroduciendo chimpancés era en la República del Congo, donde trabajaba una veterinaria española, Carmen Vidal. Es una mujer increíble y nos abrió las puertas de Help Congo. Tras una temporada, nos ofrecieron dirigir el campamento de reintroducción.

  • Mujerhoy ¿Cómo fue su llegada a la selva? Rebeca Atencia Impactante. [Risas] Estábamos incomunicados. Vivíamos en casas de madera; para ir al baño tenías que vigilar que un elefante no se te cruzase por el camino.

  • Mujerhoy ¿Son diferentes los chimpancés en espacios abiertos? Rebeca Atencia Sí, yo tenía la visión del otro lado de la reja, cuando son peligrosos porque la mayoría de las veces han sufrido maltrato. Una chimpancé, Emily, fue la primera en aceptarme e introducirme en el grupo, me enseñó a comportarme. Aunque yo mantenía la distancia, me cogió de la mano y me acercó a ella para que le hiciese grooming [despulgamiento], que es uno de los métodos que usan para comunicarse. Fue como estar en otro planeta.

"Despulgarla fue la manera en que Emily me abrió las puertas del grupo"

  • Mujerhoy ¿Qué ha aprendido de ellos? Rebeca Atencia Es como vernos a nosotros mismos en el pasado. Tienen en su cabeza un mapa de su territorio y viven en comunidades que, a su vez, se dividen en grupos pequeños, aunque van cambiando diariamente. En realidad, se parecen mucho a los humanos. Por ejemplo, esta mañana me desperté junto a mi marido, luego fui a ver a mis hermanas, después me reuní con un montón de gente y ahora estoy en esta sala, charlando un rato contigo. Vamos cambiando de grupo a cada momento, y los chimpancés hacen lo mismo que nosotros. Pero además ellos son muy territoriales y, si un chimpancé de otra zona entra en su territorio, le atacan entre todos.

  • Mujerhoy Eso debe ser un problema para la reintroducción... Rebeca Atencia Sí, porque los liberados pueden pasar el límite de otra comunidad. Pero podemos protegerlos porque ya conocemos todos sus territorios.

  • Mujerhoy ¿Cómo convenció a Jane Goodall de que la reintroducción era positiva? Rebeca Atencia En el santuario de Jane, en Congo, tenían un problema de exceso de chimpancés y un día la vimos aparecer en mitad de la selva diciendo que quería ver lo que estábamos haciendo. Para nosotros fue surrealista, pero aprovechamos la oportunidad. Le expliqué que la reintroducción no solo era posible, sino que algunos chimpancés salvajes se integran en el grupo de los reintroducidos. Entonces apareció Kutu, un chimpancé muy grande y fuerte. Jane preguntó qué le dábamos de comer. Cuando contestamos que había sido reintroducido hace años y comía lo que encontraba en la selva, se convenció y me ofreció ir a trabajar a su santuario.

Rebeca, en una captura de vídeo, liberando a un ejemplar adulto con Jane Goodall. / d. r.

  • Mujerhoy Con ese chimpancé tiene usted una relación especial... Rebeca Atencia Sí, pasé un tiempo curándole a diario una herida. Meses más tarde, cuando estaba marcando unos árboles, un chimpancé que creyó que amenazaba su territorio me atacó mordiéndome en la cabeza. Después hizo un sonido que conocí: estaba diciéndoles a los otros que yo era la presa. Pensé que todo había terminado. Pero, un chimpancé le plantó cara e indicó a los demás que yo no era la presa, sino quien me atacaba. Me salvó la vida. Cuando se dio la vuelta, reconocí a Kutu. En agradecimiento, uno de mis hijos lleva su nombre.

  • Mujerhoy Lleva más de una década trabajando para el Instituto Goodall. ¿Qué problemas se ha encontrado en este tiempo? Rebeca Atencia La sobrepoblación de chimpancés era agobiante; en aquella época los vendían en plena calle, venían en muy malas condiciones y había que invertir muchísimo tiempo en salvarles la vida. Era como un cubo de agua lleno de agujeros. Necesitábamos más espacio, más selva virgen para ellos. Encontramos unas islas inmensas e intentamos comprarlas, pero no fue posible, así que ampliamos la reserva, de 7.000 a 50.000 hectáreas, gracias a un decreto presidencial por el que estuvimos luchando durante muchos años.

  • Mujerhoy Pero también han tenido que luchar contra la caza furtiva. Rebeca Atencia Sí, solo así se podía reducir la llegada de chimpancés. Hicimos una campaña de sensibilización muy simple con paneles que decían: "Chimpancés y gorilas + dinero = prisión", porque mucha gente no sabía que cazarlos era ilegal. También intentamos dar relevancia al animal. Por extraño que parezca, en Congo no había empatía con ellos. Nosotros la hemos adquirido sin darnos cuenta: los anuncios, lo que te enseñan en el colegio, reflejan empatía hacia los animales, pero en Congo no existe. En aquel tiempo, nadie creía que fuéramos a conseguir nada, pero ocho años después estamos viendo resultados: antes llegaban 14 chimpancés al año y en los últimos dos años, solo uno.

"Kutu me salvó la vida. En agradecimiento uno de mis hijos lleva su nombre"

  • Mujerhoy La caza es salvaje, además... Rebeca Atencia Los cazan por la carne, y lo triste es que no es una necesidad, simplemente un lujo. Pero al cazar a una madre, los bebés ven cómo la despedazan a machetazos. Luego son vendidos como mascotas, cuando ya nos odian, claro.

  • Mujerhoy ¿Cómo se ganan su confianza? Rebeca Atencia En los primeros dos meses, ponemos cuidadores para hacerles compañía, darles la mano, hablarles... Después, cuando se dan cuenta de que les puedes abrazar y dar cariño, no te quieren soltar, duermen agarrados a un dedo y poco a poco cogen confianza. Una vez superada esa fase, están con otros chimpancés jóvenes y luego los integramos en un grupo más grande. Por último, se les permite que elijan dónde vivir: en la selva, las islas, el vallado...

La labor de Jane Goodall

La ciencia reconoce a tres mujeres como las madres de la primatología: Dian Fossey, Biruté Galdikas y Jane Goodall. Esta última, antropólaga británica de 82 años, creó en 1977 el Instituto Jane Goodall para investigar y conservar las poblaciones de chimpancés salvajes. Su equipo en España (www.janegoodall.es) financia, mediante el programa de apadrinamiento Chimpamig@s, sus proyectos en África. Además, han puesto en marcha una campaña de reciclaje de móviles para luchar contra la minería ilegal que provoca millones de víctimas y desforesta la selva (www. movilizate- porlaselva.org).

  • Mujerhoy ¿No a todos se les deja libres? Rebeca Atencia En Tchimpounga aprendí que la libertad no siempre significa selva. Cuando empecé a hacer reintroducciones, me di cuenta de que a algunos les da pánico ese espacio mientras otros están encantados con volver. La libertad es darles la opción a cada uno de ellos de elegir cual es su espacio.

  • Mujerhoy ¿Podemos hacer algo desde aquí para ayudar? Rebeca Atencia Por supuesto. La deforestación está destruyendo a los chimpancés porque hay demanda de madera. Muchas veces contribuimos al problema sin darnos cuenta, al comprar una mesa sin saber de dónde viene. Comprando solo de plantaciones haces mucho. Otro problema es el aceite de palma. Están talando selvas en Sumatra o Borneo para plantar palmeras, y eso acaba con la conservación de los ecosistemas y afecta especialmente a los orangutanes.

  • Mujerhoy ¿Se ve viviendo en la selva durante toda su vida? Rebeca Atencia Mis hijos Kutu y Carel tienen seis años. Lo ideal sería llevar una vida entre Europa y Congo: ni dejar a los chimpancés ni quedarnos allí para siempre.

21 de marzo-19 de abril

Aries

Como elemento de Fuego, los Aries son apasionados y aventureros. Su energía arrastra a todos a su alrededor y son capaces de levantar los ánimos a cualquiear. Se sienten empoderados y son expertos en resolver problemas. Pero son impulsivos e impacientes. Y ese exceso de seguridad en sí mismos les hace creer que siempre tienen la razón. Ver más

¿Qué me deparan los astros?