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Diane Keaton: "Soy muy inmadura para mi edad. A estas alturas no voy a aprender ninguna lección"

Es una leyenda viva de Hollywood, pero a sus 71 años no tiene intención de vivir de las rentas. Al hilo de su nueva comedia romántica, exploramos con la actriz, inquieta, impulsiva (y neurótica confesa), los secretos del amor en la madurez.

La actriz Diane Keaton. / getty

IXONE DÍAZ

Su look forma parte de la historia del cine: los trajes masculinos, los sombreros oversize, la melena plateada, los jerseys de cuello alto de día y el esmoquin para las ocasiones especiales. Pero el uniforme, por glamuroso o transgresor que sea, no convierte a una estrella en un icono. La fórmula requiere, además, una biografía fascinante, un par de amores apasionados (y reñidos), una carrera cuajada de éxitos, una personalidad fuerte e independiente y cierta obstinación por tratar de ser un misterio por resolver. Y a sus 71 años, Diane Keatoncumple con todos y cada uno de los requisitos.

“No creo que nadie piense en mí en esos términos, la verdad. Nunca he sido una gran estrella de cine. Sí, he hecho películas, pero no he protagonizado grandes éxitos”. Esa no es, obviamente, la percepción que el resto del mundo tiene de ella. Keaton es una estrella con todas las letras. Uno de los pocos iconos auténticos (las copias falsas abundan) de la gran pantalla. “Oh, es muy dulce que digas eso... ¡Oh, dios mío! ¡Nooo!”, exclama avergonzada. Puede que sea falsa modestia o puede que ese tipo de halagos hagan aflorar la personalidad algo neurótica que ha interpretado una y otra vez, pero que, como ha confesado tantas veces, también forma parte de su carácter. “Hay mucho de eso en mi personalidad, de otro modo, ¿cómo habría sido capaz de interpretarlo?”, confiesa. En realidad, ese ha sido siempre su gran encanto.

Diane Keaton descubrió que quería ser artista el día que su madre, Dorothy, participó en un concurso para elegir a la mejor ama de casa de Los Ángeles. Verla sobre el escenario, acaparando la atención de todo el mundo, despertó su vocación. Empezó cantando y haciendo teatro en el instituto y con 18 años hizo las maletas y se fue a Nueva York. Estudiaba canto, baile e interpretación, y empezó a hacer pequeños papeles en películas modestas, mientras pagaba el alquiler rodando anuncios de desodorante.

Conoció a Woody Allen durante la audición de 'Tócala de nuevo, Sam'. Convertida en su musa, Allen escribió Annie Hall pensando en ella: sus gestos, su sentido del humor, su colección de neuras… Aunque ganó el Oscar por aquella interpretación, la actriz vivía ahogada en sus propias inseguridades. Ha confesado que, en aquella época, sufrió bulimia, lo que llegó a provocarle 26 caries y un terrible sufrimiento psicológico. Lo superó acudiendo a psicoterapia y recibió tres nominaciones más al Oscar por 'Rojos', 'La habitación de Marvin' y 'Cuando menos te lo esperas'.

En los últimos 15 años, Keaton se ha reinventado gracias a una colección de comedias sobre el amor en la madurez. Inauguró el género junto a Jack Nicholson en 'Cuando menos te lo esperas' y, desde entonces, ha compartido pantalla con Robert De Niro ('La gran boda'), Michael Douglas ('Así nos va') o Kevin Kline ('¡Por fin solos!'). Y ahora, estrena ' Una cita en el parque', sobre la relación entre una viuda y un hombre (Brendan Gleeson) que vive dándole la espalda a la vida moderna en un bosque en mitad de Londres.

"El amor, en esta etapa de la vida, es diferente. Cuando eres joven está muy ligado al sexo".

“El amor en esta época de la vida es muy diferente. Cuando eres joven, está muy ligado al sexo. Es un hecho biológico: estamos diseñados para reproducirnos, tener hijos, propagar el legado… Por eso, ese tipo de amor está muy orientado hacia la fantasía. Pero después hay otros tipos de amor. Algunos te ayudan a ser una persona mejor, más comprometida”, reflexiona. Cumplidos los 50, Keaton adoptó a una niña, Dexter, y más tarde a un niño, Duke. “ La maternidad es mucho mejor que cualquier fantasía que tengamos sobre el amor. Es el amor”, ha dicho sobre su relación con ellos.

Le pregunto si necesita encontrar una conexión íntima con sus personajes para meterse en su piel o si ese es, simplemente, el oficio del actor. “Mi vida siempre ha estado dominada por el hecho de ser actriz. Vives experiencias ficticias que, de alguna manera, terminan formando parte de tu vida. Esa es una de las grandes alegrías que me ha proporcionado este trabajo. Aunque no sea una gran actriz, me ha permitido ser muchas mujeres diferentes. Hay cosas que quizá no me han ocurrido, pero les han pasado a mis personajes y estoy muy agradecida”. Se refiere, quizá, al hecho de que nunca llegó a casarse, algo que siempre ha lamentado. “He tenido muy buenas oportunidades de explorar el amor en la madurez… ¡En las películas!”, dice estallando en una carcajada. Hace más de una década, juró que ya no le interesaba tener pareja y que había renunciado al amor romántico.

Fotograma de la comedia 'Una cita en el parque'. / d. r.

A la actriz le cuesta mostrarse, tanto literal como metafóricamente. De ahí, los jerseys de cuello alto, los mitones, los sombreros demasiado grandes… Y de ahí, que se haya dicho que es la “estrella más esquiva desde Greta Garbo”. Ella misma reconoce que le gusta levantar una muralla a su alrededor para protegerse.

Pero, al mismo tiempo, ha hablado largo y tendido de sus relaciones con los hombres de su vida. De cómo sigue queriendo a Woody Allen, con el que compartió ocho películas y siete años de amor hasta que Mia Farrow entró en escena. Aún son amigos íntimos. “Le repugnaría saber lo grotesco de mi amor por él”, escribió en su biografía. De su romance con Warren Beatty, que fue la comidilla de la época. Y de 'Al Pacino', al que conoció en 1972 durante el rodaje de 'El padrino' y que ha sido el gran amor de su vida.

Rompieron y se reconciliaron decenas de veces, pero estuvieron juntos durante casi dos décadas. Su relación terminó cuando Keaton le dio un ultimátum para que se casara con ella y el actor se negó a comprometerse. “Siempre traté de entender qué podía hacer para que fuera mío. Pero nunca lo fue. Durante 20 años estuve perdiendo a un hombre que nunca tuve realmente”, escribió en su biografía.

Y pese a todo, sigue manteniendo una relación excelente con sus ex. En junio, la actriz recibió un homenaje del American Film Institute en Los Ángeles. Woody Allen, famoso por ser tan huidizo que se niega incluso a ir a los Oscar cuando está nominado, asistió por sorpresa al evento. La homenajeó, riéndose cariñosamente de ella sobre el escenario. “Ha estado liada con media docena de los hombres más talentosos, carismáticos y atractivos de Hollywood. Es muy interesante…

Todos y cada uno de ellos acabaron dejándola”. Beatty la definiño con una lista de adjetivos (“brillante, guapa, apasionada, auténtica, dramática, desternillante, honesta, feminista, independiente…”) y Pacino, escurridizo como Allen, hizo memoria de sus mejores recuerdos juntos. Meryl Streep, que llevó un look “muy Keaton”, y Jane Fonda le dedicaron palabras de admiración. ¿Cómo se sintió aquella noche? “Completamente abrumada. Lo mejor es que siempre tendré el video del homenaje... ¡Podría verlo cada noche!”, dice riéndose.

Esperanza en tiempos de guerra (urbanística)

  • En medio de la megalópolis londinense, el barrio periférico de Hampstead es un pequeño oasis de tranquilidad y el escenario de Una cita en el parque, la nueva película de Diane Keaton. Basada en una historia real, la actriz interpreta a una viuda americana, arruinada por las malas decisiones de su difunto marido. “Me atrajo mucho la historia de esta mujer, que está en un mal momento de su vida, que ha perdido la esperanza, está enfadada, le está dando la espalda a la persona que fue y se está convirtiendo en un alma perdida”, explica. Todo cambia cuando conoce a un hombre que vive de espaldas al mundo, en una pequeña chabola en mitad de un bosque de Hampstead. Una promoción de viviendas de lujo amenaza con expropiarle y, mientras ambos emprenden una cruzada para salvar su casa, encuentran el amor al que ya habían renunciado. “Es una historia que se puede aplicar a la vida de cualquiera. No hay que tirar la toalla. No hay que renunciar a ser feliz ni estar permanentemente enfadado con el mundo, porque hay muchas cosas esperándote ahí fuera”.

Keaton ha cumplido 71 años, pero no los aparenta física ni mentalmente. Y eso que dice que no ha sucumbido al bisturí. “Soy muy inmadura para mi edad. Necesito ser más circunspecta. Como muchos actores, soy demasiado impulsiva y eso nunca me ha ayudado. Pero no sé si, a estas alturas de la vida, puedo aprender ninguna lección”, dice riendo.

Ser blanco de sus propias bromas siempre ha sido la marca de la casa, el tic de cómica que no puede evitar. Es parte de su personaje. La actriz sigue haciendo películas con regularidad. Este año, rodará The book club, en la que Jane Fonda, Candice Bergen y ella forman parte de un club de lectura en el que descubrirán la n ovela erótica '50 sombras de Grey'…

Pero la actriz es mucho más que un icono de Hollywood. Aficionada a la fotografía y a la arquitectura, su pasión es rehabilitar casas y documentar su trabajo en libros de fotografía. “Me encanta tener un proyecto. Es lo que más me estimula del mundo. Estoy a punto de publicar un libro nuevo sobre cómo construí una casa basándome en todas las ideas de Pinterest”, explica entusiasmada sobre su obsesión con la red social. “También me gusta visitar vecindarios o coger el coche y conducir hasta Arizona… De niña solía ir con mis padres de camping, recuerdo lo divertidos que eran esos viajes, descubriendo California, los desiertos, el océano… Creo que, en cierta forma, sigo buscando esas sensaciones. Todo lo visual me atrae mucho”.

También ha escrito dos libros de memorias. En Then again, partió de los diarios privados de su madre, Dorothy, para contar su propia historia. En una ocasión, su madre escribió sobre ella: “A veces, es muy simple; otras, tan sabia que me asusta... Diane es un auténtico misterio”.

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