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Cara Delevingne: "Vivo todo al máximo"

De la aristocracia británica al trono del universo fashion; de top imprescindible a actriz en superproducciones. Rebelde, espontánea, ambigua, icono para los millennial... Cara da un giro a su vida y se reinventa a los 25.

Cara Delevingne es imagen del suero Capture Youth Glow-Booster de Dior/jEAN-bAPTISTE mODINO

Cara Delevingne es imagen del suero Capture Youth Glow-Booster de Dior / jEAN-bAPTISTE mODINO

CRISTINA URANGA

No es fácil ser Cara Delevingne. O lo que es lo mismo: una infancia privilegiada, una familia de sangre azul y una madrina famosa no dan la felicidad. Por mucho que tu abuela sea la dama de compañía de la princesa Margarita; tu madre, la compañera de juergas de la duquesa de York; y tu madrina, la mala televisiva más famosa de todos los tiempos: Alexis Carrington, alias Joan Collins. Y sobre todo, si los excesos de tus progenitores te obligan a lidiar con las consecuencias de las adicciones cuando todavía no has cumplido los nueve años.

Más de 41 millones de seguidores en Instagram y el trono de Kate Moss, que el universo fashion le entregó en bandeja hace unos años, tampoco era exactamente lo que buscaba. Cara estaba poco interesada en lo que la moda o la belleza pudieran ofrecerle, pero se vio elevada, de la noche a la mañana, al podio celestial de la modelo más deseada (y mejor pagada) del planeta. Lo que realmente redime a Delevingne -que ahora, a los 25 años, se considera actriz por encima de todo-, es la sinceridad. Algo que, por cierto, ejercita sin constricciones.

"No soy gay, ni mi relación con Annie fue una fase; es otra cosa totalmente distinta".

Con total franqueza, habló por primera vez de su fluidez sexual a los 22 años, aunque no se siente definida por ello. "No soy gay, ni mi relación con Annie [su ex, la cantante norteamericana St Vincent, ahora novia oficial de Kristen Stewart] fue una fase; es otra cosa completamente distinta", insiste. Con absoluta y firme candidez, confesó en Instagram haber sido víctima del depredador Harvey Weinstein. El productor le hizo un encerrona en la habitación de un hotel para obligarle a besar a otra mujer en su presencia y la modelo solo se le ocurrió lanzarse a cantar para salir del entuerto.

Con naturalidad aplastante, explica a su fans en las redes sociales que sabe perfectamente lo que es la depresión porque la ha sufrido desde que era adolescente. Con encantadora espontaneidad, asegura que sigue siendo una eterna fantasiosa que espera "ir al espacio algún día. Quiero sumergirme en las aguas más profundas del planeta. Y explorar el mundo. Y viajar a todas partes". Porque vivir es lo más importante.

Disfrutar cada momento

"Sueño con lograr que las mujeres no solo sean más bellas, sino más felices". La cita no es suya, es de Christian Dior, el maestro. Pero Cara se la apropia porque siente que ese es su verdadero objetivo en la vida, ayudar a chicas como ella a encontrarse a sí mismas: "Lo que importa es la mente y el corazón", les responde en los comentarios de Instagram. También la hace suya porque comparte con el modisto sus iniciales, CD, algo que le hace un ilusión casi infantil. Y porque ahora es la imagen de la nueva línea de belleza de Dior para pieles millennials: Capture Youth. Y no puede estar más contenta. "Fue una sorpresa maravillosa, no me lo esperaba y me siento muy orgullosa de que hayan pensado en mí", asegura.

Cara Delevingne es imagen del suero Capture Youth Glow-Booster de Dior / Jean-Baptiste mondino

Esta nueva gama de belleza, encaja además a la perfección con el nuevo planteamiento vital que se ha marcado la modelo. Ese en el que la vida es un regalo que " hay que disfrutar cada momento" y en todas sus dimensiones. Una madurez en la que la seguridad en sí misma, la individualidad y la felicidad son los ejes primordiales. Curiosamente, son las tres palabras con las que define la belleza. "Solo me siento guapa de verdad cuando estoy rodeada de personas a las que quiero", asegura. "Lo vivo todo al máximo y nunca doy nada por sentado". Ahí está, el nuevo mantra de Cara.

Algo más de un lustro ha pasado desde que se erigiera en ese precioso rostro ubicuo que era imposible evitar en portadas, carteles, campañas de publicidad, periódicos y redes sociales. En términos de tendencias, es como si hubieran pasado eras glaciales. Entonces primaban los guiños y los gestos gamberros, los gorros de lana y los tatuajes poco meditados (como la palabra bacon, que adorna uno de sus pies y de la que ahora está más que arrepentida). Y los paparazzi, que la perseguían para encontrar sus rincones oscuros.

En realidad, la carrera como modelo de Cara empezó mucho antes, a los 16. Justo cuando su hermana Poppy, seis años mayor, empezaba a despuntar en la suya. Eso sí, entonces bregaba con sesiones maratonianas de cinco días a la semana en la nave industrial donde se fotografiaban los catálogos digitales de ASOS, la tienda de británica de ropa online donde probablemente viste asomarse a Cara por primera vez.

De 0 a 100

De descubrirla se encargó la madre de su mejor amiga del colegio, Sara Doukas, un nombre con larga y ancha preeminencia fashion. Fundadora de Storm Models, Doukas es la mujer que puso a Kate Moss en el mapa y una de las mentes más poderosas de la industria de la moda. En 2011 consiguió a Cara su primer trabajo importante: ser, junto a Eddie Redmayne, la imagen de primavera de Burberry. Su exuberante personalidad, su gesto grave, su belleza atípica y su singular forma de desenvolverse ante la cámara le consiguieron, solo un año después, el premio a la Modelo del Año en los British Fashion Awards. En 2013, se había convertido en la modelo más demandada y participó en más de 100 desfiles en apenas tres temporadas fashion.

"Solo me siento guapa de verdad cuando estoy rodeada de las personas a las que quiero."

Lo demás es historia: unas cejas pobladas y rotundas que han transformado la forma en la que todas nos enfrentamos al espejo y a las pinzas; un rostro gatuno, de mirada socarrona, que igual hace un dúo con Pharrell Williams que hace playback a Shania Twain o se pasea del brazo de Karl Lagerfeld (a quien, por cierto, también conoce desde la infancia); una actitud desafiante, la de quien no duda en raparse la cabeza; y una potencia vital a prueba de apocalipsis.

Lo realmente difícil ahora es ver a la modelo encima de una pasarela. Prefiere dedicar sus muchos talentos a otras cosas. Como el cine, en el que espera tener una larga y fructífera carrera que inició con un pequeño papel sin diálogo en Anna Karenina y ha ido creciendo poco a poco hasta su protagonista el pasado verano en Valerian y la ciudad de los mil planetas, de Luc Besson. En 2018 tiene tres grandes apuestas: Life in a Year, con Jaden Smith; Fever Heart, con el hombre del momento, Alexander Skarsgard; y la serie de televisión Carnival Row, con Orlando Bloom.

Aunque también está el activismo, su faceta menos conocida y la que más alegrías le da, como embajadora de las Naciones Unidas para la Fundación Girl Up, con la que ha viajado a Tanzania. Y su primera novela para adolescentes, Mirror, mirror, co-escrita con Rowan Coleman y publicada con bastante éxito en Reino Unido este otoño. Trabajo no le falta. Temperamento tampoco. Pero donde antes había caos y desorden ahora hay, además, templanza y autoconocimiento. Crecer era eso.

Una rutina beauty muy saludable

Si hay algo que a Cara ha aprendido por la vía rápida es que saltarse a la torera la salud tiene consecuencias. Graves, en su caso, porque padece psoriasis, una enfermedad cutánea inflamatoria de carácter autoinmune que produce lesiones en la piel. Y que se dispara en situaciones de estrés, falta de sueño, sobreesfuerzo, mala alimentación y, por supuesto, exceso de maquillaje y limpiezas agresivas. Probablemente los pilares sobre los que se fundamenta la vida de una modelo de pasarela. En 2013, su enfermedad llegó a un punto tan agudo que se planteó abandonar. Por eso decidió cambiar de vida. Ahora no bebe alcohol, medita, practica yoga a diario y come saludable: "Mi dieta se compone de gran cantidad de salmón y verduras", explica. Y se preocupa de mantener su piel en calma total. "Cuidarla es mi obsesión", dice.

Suero Capture Youth Glow-Booster, con extracto de caña de azúcar / d.r.

Además, ha adaptado su rutina de belleza al trabajo. "Si estoy en un rodaje, me centro en limpieza e hidratación porque sé que me toca maquillarme mucho. Si estoy en un viaje de promoción, tengo un maravilloso equipo que se encarga de mi régimen beauty. Pero en mi día libre, lo rebajo todo al mínimo". La nueva gama Capture Youth de Dior, de la que es imagen, consta de una crema para retrasar los signos de la edad y de cinco sueros para cinco necesidades distintas. "En cuanto siento que mi piel empieza a sensibilizarse con tanto viaje, mezclo el suero Capture Youth Glow-Booster con la Crema Capture Youth para reequilibrarla otra vez", asegura.

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