Lorenzo Buccellati, arte y tradición
Lorenzo Buccellati pertenece a la tercera generación de una saga italiana de joyeros. Cada una de sus piezas es una obra de arte de inspiración renacentista.
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Cada una de las joyas son un trabajo impecable que recoge la esencia renacentista, la tradición y la exclusividad de la casa de Federico Buccellati.
Lorenzo Buccelatti, tercera generación de una familia de joyeros artesanos, dirige la firma Federico Buccellati.
Exclusiva en San Eduardo. 'Hemos escogido para San Eduardo Joyeros una selección de 20 piezas clásicas y contemporáneas. Las mujeres españolas, como las italianas, tienen un gusto y un aprecio por el arte que no existe en todas partes', dice Buccellati. En San Eduardo Joyeros (Ayala, 7. Madrid).
Joyas históricas. 'Hay muchas piezas Buccellati en las casas reales europeas y en los joyeros de actrices y celebridades. Tenemos una colección de joyas históricas entre las que hay un broche con forma de mariposa de aguamarinas y brillantes, y un bolso de mano en oro amarillo y plata, elaborado con 104 diamantes'.
La inspiración. 'Mi hermana Benedetta hace lo mismo que mi padre: él llevaba una libreta y se paraba a hacer dibujos que después convertía en joyas. Hizo una línea de anillos inspirada en la puerta de forja de un palacio por el que pasaba cada día', dice Lorenzo.
Estilo inconfundible. 'Los tiempos y las costumbres cambian. Y también la manera de llevar las joyas. Ahora cada mujer las adapta a su personalidad. Pero el estilo Buccellati, con su clasicismo renacentista y la armonía y proporción de sus formas, permanece', asegura Buccellati.
Belleza más allá de las modas. 'No hacemos colecciones estacionales ni seguimos tendencias. Nuestras joyas aspiran a una belleza universal. Añoro los tiempos en los que Harry Winston era Harry Winston y Cartier era Cartier. Cada firma tenía estilo propio. Las joyas Buccellati no son para todo el mundo', mantiene. La casa, fundada por su abuelo Mario en 1891, se dividió en dos firmas: Buccellati, que dirige su tío, y Federico Buccellati, con producciones propias.
La filosofía del trabajo a mano. La forma en la que se elabora cada pieza no ha cambiado nada desde que la casa se fundó hace más de 100 años. Benedetta diseña cada joya, que fabrican las manos de hasta ocho artesanos durante casi tres meses.
Un siglo de tradición. 'Mi abuelo, Mario, abrió su primera tienda en Milán en 1919. Se le ocurrió inspirarse en el estilo renacentista'. El escritor Gabriele D’Annunzio, un enamorado de sus piezas, lo llamó 'príncipe de los orfebres'.
Presente y futuro. La tradición de Federico Buccellati continuará con la cuarta generación. 'Mi hija Marta se ha incorporado y hace una línea para gente más joven, se llama Marta B y son piezas de plata', señala Lorenzo.