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Desconectar en las vacaciones de verano: técnicas que funcionan

Conectar con el presente para desconectar del trabajo es la fórmula más eficaz para evitar sufrir tras el descanso el síndrome post vacacional.

Haz click en la imagen para conocer los pueblos con encanto donde podrás desconectar./PIXABAY

Haz click en la imagen para conocer los pueblos con encanto donde podrás desconectar. / PIXABAY

Raquel Alcolea
RAQUEL ALCOLEA

Llegan las vacaciones de verano y queremos disfrutarlas a conciencia, pero los meses anteriores de estrés, horas extra, conectividad 24-7 y presión para alcanzar los objetivos suponen una inercia fuerte, de la que resulta difícil escapar.

Los patrones mentales de actuación no se cambian de la noche a la mañana y empeñarse en “ desconectar”, en no pensar en el trabajo y hacer cualquier cosa que impida tener un pensamiento relacionado con la oficina puede convertirse en una lucha más que en un alivio. Tal como propone Antonio Gallego, coach e instructor de mindfulness de Trans4mate, la solución pasa por reconectar con uno mismo, con el entorno y con quienes están alrededor. Pero... ¿cómo se consigue? "Reconectar es orientar nuestra mente, nuestra atención, a aquello que estamos haciendo en las vacaciones, pero ampliando la percepción a nuestras sensaciones, a los detalles de cada cosa, a la forma en que nos relacionamos con lo que acontece", explica el experto.

Centrarse en conectar con uno mismo, aceptando lo que cada día nos ofrece, nos va a permitir dedicar nuestro esfuerzo a construir una actitud de disfrute más saludable y efectiva. En esta lucha nos enfrentamos además a las expectativas frustradas de lo imaginado frente a lo que realmente suceda en las vacaciones. Así, lo primero que aconseja el experto es que no las idealicemos, sino que las disfrutemos bajo esta premisa: "Pase lo que pase durante las vacaciones me merezco este descanso y lo voy a disfruta tal cual suceda". Para ello propone varias ideas, que pueden resultar útiles:

1. Haz algo diferente a lo habitual

Es recomendable realizar actividades físicas que combinen cuerpo y mente. Caminar, correr o nadar son buenas opciones, pero puede ser más interesante aprovechar para abrirse a nuevas actividades deportivas que quizá no se hayan practicado durante el resto del año: yoga, tai chi, chi kung, biodanza, movimiento expresivo… Estas actividades permiten conectar con el presente y con uno mismo. Quizá se descubra una nueva afición que se pueda mantener durante el resto del año.

2. Agradece, abraza y sonríe

Abrirse a la gratitud, los abrazos y las sonrisas. Gestos muy poco habituales durante el periodo laboral pero que permiten maravillarse de las cosas sencillas del entorno que se haya elegido para las vacaciones y de los acompañantes.

3. Limita la conectividad

Lo ideal es minimizar el uso del móvil, tablet o PC, no solo de las aplicaciones propias del trabajo, sino incluso de las personales. Para ello, el experto aconseja desactivar las notificaciones de las aplicaciones, si bien la mejor opción es aprender a disfrutar dejando el móvil en casa o en la habitación del hotel cuando vamos a la playa o a cenar con amigos. El 95% de la información que recibimos por las redes o WhatsApp no es ni urgente ni importante.

Para aquellas personas que, por las condiciones específicas de su trabajo, han de estar pendientes de lo que suceda en la oficina, es vital que se fijen un horario específico y acotado para atender los emails y una vez que se ha pasado ese horario, centrarse en el ocio o descanso. Una buena rutina para empezar el día en este último caso puede ser: despertarse, practicar alguna de las sugerencias indicadas anteriormente, desayunar, dedicar una hora a revisar posibles incidencias laborales, y disfrutar del resto del día sin estar pendiente hasta la mañana siguiente.

4. La mejor fotografía, en tu retina

Todos queremos conservar un recuerdo de las vacaciones y hoy día es fácil con las cámaras de los smartphones. Pero sacar fotos constantemente de todo lo que nos rodea hace que centremos la atención en el dispositivo, los filtros, la pose, la pantalla… Una vez hecha la foto, seguimos pendientes del móvil porque queremos subir las fotos a las redes y porque queremos ver la cantidad de notificaciones que nos llegan en forma de likes y mensajes. Así, tal como explica el experto de Trans4mate en nuestra memoria no queda nada guardado de la experiencia en si, de la puesta de sol, del momento con amigos, del paseo por la playa… porque hemos preferido guardarlo en la memoria de un dispositivo, la cual se llenará y acabaremos borrando sin volver a ver esas imágenes.

No es cuestión de dejar de hacer fotos, pero sí se puede reducir la cantidad de fotos que hacemos. El experto aconseja actuar de esta manera: "Frena el impulso de sacar la cámara, empápate de todo lo que está pasando y de lo que te hace sentir ese momento. Descubre por qué es especial, graba bien la imagen en tu memoria con todo lo que estás viviendo y sintiendo, haz la foto si aún te apetece y sigue disfrutando del momento. Esa imagen no se va a borrar nunca de tu memoria".

5. Mente y cuerpo unidos

Si estando en vacaciones el cuerpo no está en el lugar de trabajo, ¿por qué lo está la mente? La inercia de los meses anteriores se une a la propia naturaleza de la mente, que continuamente están saltando al pasado (las cosas que hemos dejado sin hacer en la oficina) o al futuro (los proyectos que tenemos que afrontar a nuestro regreso).

Por lo tanto, la reconexión con el presente pasa por tener la mente en el mismo lugar que el cuerpo. Parece sencillo, pero requiere entrenamiento. Lo ideal es aprovechar el verano para iniciarse en el mindfulness o capacidad de mantener nuestra mente en el momento presente, sin juzgar, abiertos a todo lo que acontece. Eso sí, si no puedes asistir a un curso para aprender esta técnica, el experto aconseja seguir estos consejos:

Técnicas para conectar con el presente

  • Cuando inicies una actividad en vacaciones (ir a la playa, pasear, comer con amigos,…) crea la intención de estar ahí, en ese momento, sin pensar en lo que harás después.

  • Lleva tu atención a la respiración de vez en cuando. Te puede ayudar colocar las manos sobre el abdomen para además tener una respiración abdominal y profunda.

  • Empápate de las sensaciones que te rodean: sonidos, temperatura, sensaciones físicas, brisa, olores,…

  • Sonríe. Una leve sonrisa dibujada en los labios ayuda a centrar la atención en lo que estamos disfrutando, a conectar con quienes nos rodean y nos da un baño de endorfinas.

  • Si piensas en el trabajo o alguna preocupación, no luches contra ese pensamiento, es normal tenerlos. Simplemente observa a tu alrededor para reconocer que no estás en el trabajo y sigue los consejos anteriores. Te ayudará a dejar ir ese pensamiento y volver al momento presente.

Cómo minimizar el síndorme postvacacional

El sindrome postvacacional se alimenta de la sensación de brevedad de la vacaciones, de no haberlas vivido plenamente, sobre todo por el nivel de distracción ya comentado y de la percepción de sobrecarga en las tareas a retomar tras el periodo de ocio. Si aplicas estos consejos anteriores podrás reducir la sensación de vacaciones desaprovechadas:

  • Escribir el último día de vacaciones una pequeña reflexión, indicando qué es lo que más se ha disfrutado, que recuerdo nos provoca la mayor sonrisa, qué es lo que se ha aprendido, cosas que agradecer de estas vacaciones ya acabadas…

  • Compartir con los compañeros de oficina o red de contactos profesionales esa experiencia vivida, preguntando y escuchando a los demás hablar de sus vacaciones, mostrando interés y empatizando con la emoción de haber disfrutado.

  • Trazar una selección de las tareas a afrontar, distinguiendo entre urgente e importante, cuáles están en el círculo de influencia de cada uno, de qué modo se pueden realizar en colaboración con otros y aceptar que el tiempo de trabajo es limitado.

  • Realizar pausas para practicar mindfulness en el puesto de trabajo, mantener alguna de las rutinas o rituales iniciados durante las vacaciones y practicar la gratitud hacia las cosas bellas que también surgen en el regreso tras las vacaciones.

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