Día Mundial sin tabaco: ¿Cómo vencerlo?

El 31 de mayo se celebró el Día Mundial sin tabaco. Esta iniciativa se lleva a cabo desde el año 1987, auspiciada por la Organización Mundial de la Salud. El lema de este año es: 'El tabaco rompe corazones, elija salud no tabaco'.

Cada año, aproximadamente siete millones de personas fallecen en el mundo como consecuencia del consumo de tabaco, lo cual representa el 12% del total de las muertes de adultos a nivel internacional. Los fumadores pierden un promedio de 15 años de vida, y cerca de la mitad de ellos morirán por causas relacionadas con este producto.

Las consecuencias derivadas del consumo del tabaco son descomunales, tanto de manera directa –produciendo enfermedades–, como de manera indirecta –disminución de la productividad debido a la pérdida de horas de trabajo y muertes prematuras–. Su impacto económico se calcula que es de un 40% del gasto público dedicado a educación en el mundo, o 10 veces el total de la ayuda mundial a países en desarrollo.

Se calcula que unas 50.000 personas fallecen al año en nuestro país a causa del tabaco. De ellas, aproximadamente un 10% son fumadores pasivos: es decir, mueren por respirar humo de cigarrillos ajenos.

Numerosas 'celebrities' han reconocido públicamente que han sido fumadoras, pero que han abandonado este hábito. Penélope Cruz, Brad Pitt, Barack Obama o Leonardo DiCaprio son ejemplos públicos para todos. En el lado contrario, tenemos a personajes como Johan Cruyff o Paul Newman, que perdieron la vida por cáncer de pulmón, provocado por su consumo. Alejandro Sanz y Ricky Rubio han contribuido, activamente, en campañas para sensibilizar a la población en contra de este hábito. Y es que toda ayuda es poca. Por desgracia, no hay producción audiovisual que se precie sin que veamos fumando al protagonista después de liquidar al malo o de besar a la chica de la película.

El tabaco ha sido relacionado con graves enfermedades cardiovasculares, como la angina de pecho, el infarto de miocardio o la muerte súbita. También con enfermedades del aparato respiratorio, tales como el cáncer de pulmón, la EPOC o el asma, entre otras muchas.

Se calcula que, en nuestro país, una de cada cuatro personas es fumadora. El tabaquismo es más frecuente en jóvenes y en los grupos sociales más desfavorecidos. En casi todos los países se han desarrollado leyes que restringen la publicidad de este producto y prohíben el consumo de tabaco en lugares públicos para facilitar el abandono y que los adolescentes no se inicien en el consumo.

La medida que se ha mostrado más eficaz, según señalan diferentes estudios, es aumentar los impuestos relacionados con la venta del tabaco. ¡Por una vez, una subida de impuestos puede resultar beneficiosa para los ciudadanos!

Más de la mitad de los fumadores se han planteado, en algún momento, dejar de fumar. Bien sea por una enfermedad propia, ajena, un embarazo... Cualquier motivo es bueno para dejar de fumar y nunca es tarde. A las 8 horas se habrán normalizado los niveles de oxígeno en sangre y a las 24 horas, el riesgo de padecer un infarto de miocardio disminuye significativamente. Se recupera con el tiempo el sentido del gusto, el olfato, la forma física... Además, supondrá un ahorro económico al exfumador.

Hay muchas maneras para dejar de fumar y es posible hacerlo, pero se necesita estar mentalizado. Disponemos de páginas de Internet, aplicaciones para los móviles, libros, teléfonos de ayuda... pero, sobre todo, se puede buscar el apoyo de profesionales sanitarios en los centros de salud o bien en las unidades especializadas de tabaquismo. En estas últimas le pueden prescribir fármacos que reducen la adicción a la nicotina o parches de esta sustancia sobre los que hay evidencia científica de que ayudan a dejar de fumar. Hay también otros métodos, como la hipnosis o la acupuntura, que pueden resultar útiles a algunas personas.

Deben tener mucho cuidado con los vapeadores o cigarrillos electrónicos. Aunque es posible que sean menos perjudiciales que el tabaco, se desconocen sus efectos para la salud a largo plazo. Y lo que está claro es que lo que se inhala no es simple vapor de agua, ya que contiene otras sustancias que pueden ser potencialmente tóxicas.

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