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¿Infiel sin sombra de culpa?

Más del 20% de los españoles reconoce haber sido infiel (y la mayoría oculta la verdad). Con el paso del tiempo, la pareja estable se pone a prueba. ¿Está en crisis la monogamia?

Ruptura de una pareja / Fotolia

A. SANTOS Madrid

A un estudiante de cine se le ocurrió analizar la relación de la filmografía de Woody Allen con la infidelidad y descubrió que, además de formar parte del guión de 35 de sus 40 películas realizadas hasta 2010 (87,5%) 'Annie Hall', 'Manhattan' o 'Match Point', entre ellas, estas mostraban 79 parejas infieles y 106 infidelidades. Si tenemos en cuenta que el director neoyorquino pasa por ser uno de los mejores observadores de la sociedad contemporánea, podemos llegar a la conclusión de que las aventuras erótico-sentimentales fuera de la pareja son pan de cada día.

De hecho, ¿quién no tiene numerosos amigos, familiares, conocidos, vecinos o compañeros de trabajo por no hablar de uno mismo ni de la larga lista de famosos que incluye a Bill Clinton, Christine Stewart o Jude Law que han sido o son infieles?

La mitad de los hombres españoles, y casi la misma cantidad de mujeres, admite que sería infiel si tuviera la seguridad de no ser pillado.

No es que sea algo sencillo: si acodarse en la barra de un bar o vestirse con las mejores galas para ir al gimnasio para tratar de ligar puede ser ya una pesadilla, y además ya tienes pareja, hablamos de una actividad de alto riesgo. Para facilitar las cosas, existen portales en internet, como Gleden, Victoria Milano o Ashley Madison, dirigidos a casados. "La vida es corta. Ten una aventura", reza el eslogan de esta última. Aunque tampoco habría que fiarse de su carácter "inofensivo" con el argumento de que "entre casados, las cosas están claras y las relaciones respectivas no corren el riesgo de debilitarse".

Para expertos como el psicólogo Antoni Bolinches, autor de libros como 'Sexo sabio' y 'Amor al segundo intento' (Debolsillo), siempre hay riesgo, ya que "más allá del sexo siempre puede surgir un vínculo emocional", advierte.

El 23% de los españoles ha reconocido haber sido infiel, según un estudio publicado hace dos años por la empresa demoscópica británica YouGov, en el que participaron 10.000 personas. Dinamarca y Finlandia estaban a la cabeza (32%) en Europa, mientras que Francia (22%) y Holanda (15%) con fama de "abiertos", se situaban a la cola. Un porcentaje levemente superior al que reflejó la última encuesta del CIS (Centro de Investigaciones Sociológicas) sobre hábitos sexuales, en la que se apuntaba que solo el 20% de los españoles, hombres y mujeres, admitía haber mantenido una relación sexual con alguien que no era su pareja en ese momento.

Eso sí, el 50% de ellos y el 40% de ellas afirmaban que tendrían un affaire si supieran que nunca iban a ser descubiertos. Sin embargo, Antoni Bolinches afirma que, en relaciones de unos 10 años de duración, el 60% de hombres y el 40% de mujeres han engañado a su pareja. "Y en el caso de parejas jóvenes, esta es la primera causa de ruptura", añade.

Razón y sinrazón

Lo que resulta imposible de saber es a cuántos de ellos les persiguen los remordimientos y a cuántos no les produce el menor desasosiego haber quebrantado su compromiso de fidelidad. Para Lara Castro, psicóloga y sexóloga del Instituto Gomà de Barcelona, influye mucho el momento que atraviese entonces la relación. "Por ejemplo, si hay un conflicto importante que no se está resolviendo de la forma correcta, una persona puede pensar que, a través de la infidelidad, se está vengando y reparando su honor. O si un miembro de la pareja ha sido infiel, el otro siente que al hacer lo mismo estará en igualdad de condiciones".

Bolinches apela más a la personalidad. "Depende en gran medida de la madurez y estabilidad emocional del individuo, que es inversamente proporcional a la tendencia a la infidelidad. Más maduros, más fieles y coherentes con el compromiso, y viceversa. A nivel psicológico, nuestra personalidad incluye un padre, un adulto y un niño. El padre encarna el deber, el niño desea hacer lo que le da la gana y el adulto trata de mediar entre ambos. Si el niño está muy desarrollado y el padre es muy permisivo seré muy infiel".

El 23%

de los españoles ha reconocido haber sido infiel

¿La sensación de culpa es la misma cuando se trata de una infidelidad ocasional la típica que tiene lugar en viajes de trabajo o en una noche de juerga que cuando se mantienen dos relaciones paralelas? ¿Si la pareja es reciente o está consolidada? ¿Si hay papeles e hijos de por medio? ¿Si no ha ido más allá de un coqueteo virtual?... "Todo depende de cómo lo viva la persona infiel. Hay quien puede haberse enamorado y no se tortura para nada y hay quienes se sienten culpables por un simple coqueteo" argumenta Lara Castro. Hay quien lo asume como la pérdida de un proyecto vital por el que ha luchado durante años, mientras que paraotros el hecho de haber construido una familia no es tan importante".

Si hay consenso entre los terapeutas es en el doble rasero existente a la hora de calificar y aceptar una infidelidad. "Debido a una educación basada en estereotipos de género, algunos hombres sienten menos culpa porque su infidelidad está mejor valorada socialmente, incluso se disculpa por su supuesta naturaleza más sexual", explica Lara Castro. "Actualmente, las mujeres son más coherentes con la fidelidad que prometen y les cuesta aceptar esa diferencia de comportamiento -añade Antoni Bolinches-. Sin embargo, venimos de una cultura sexista en la que el varón, con cuantas más mujeres estaba, más hombre se sentía, y ellas siguen perdonando más".

Prueba de ello es que, en el estudio Fidelidad y compromiso en la relación de pareja, realizado por el psiquiatra Carlos Sirvent en 2011, a la pregunta ¿es más importante la infidelidad sexual o la emocional?, los hombres le dan mucha más importancia al aspecto sexual (24,1% frente al 8,4% de las mujeres).

Las causas que conducen a tener una aventura son muchas y de sobra conocidas. Infelicidad, necesidad de sentirse deseado, deseos de venganza, falta de afecto, monotonía, insatisfacción sexual, reafirmase en una estereotipada masculinidad... Pero en los últimos tiempos el debate se ha centrado en el binomio fidelidad-monogamia... para cuestionarlo. Tal vez porque vivimos la sexualidad de manera más abierta, porque nos hemos dado cuenta de que la vida es demasiado larga como para tener un solo compañero de cama o porque la revolución digital nos lo pone muy fácil, son muchas las voces que cuestionan la "viabilidad" de ser leal hasta el fin de los días. ¿Qué sentido tiene?, ¿es eso lo natural?, ¿no nos pone más bienW en el camino de la insatisfacción?

Tres mitos a punto del derrumbe...

  • Una aventura ayuda a superar una crisis. "Por cada tres infidelidades, solo una pareja sale reforzada porque gestiona bien la situación; otra se separa como consecuencia de la aventura; y el resto se va deteriorando hasta que rompe", explica el psicólogo Antoni Bolinches.

  • Hombres y mujeres son infieles de distinta manera. Para Lara Castro, ambos son infieles por igual y con motivos similares. "Factores como la mayor libertad sexual o la independencia económica actúan como facilitadores de la infidelidad en el caso de que exista una carencia en la pareja o en el bienestar de la mujer".

  • Una infidelidad debe confesarse. "Ni cometerse ni comentarse; al menos, no en un primer momento. Menos para tratar de liberarnos de la culpa", defiende Bolinches. "Antes de confesarlo, habría que preguntarse qué aportará a la relación el hecho de hacerlo", argumenta Castro.

Una verdad incómoda

En el último Congreso Español de Sexología su presidenta, Miren Larrazábal, afirmaba: "Es importante alejarse de la idea de que monogamia y fidelidad son sinónimos. Se trata de buscar alternativas a esa pareja-fusión en las que, dentro del respeto y la libertad, se abran nuevas perspectivas sexuales".

Antoni Bolinches también lo tiene claro. "Somos infieles porque es un instinto primario. No se es monógamo por naturaleza, pero vivimos en una cultura monogámica y hemos solucionado el dilema con una monogamia sucesiva o con episodios puntuales de infidelidad. No hemos encontrado mejor manera de organizar la sociedad que a través de la pareja estable pero esta, aunque puede ser un buen escenario para el amor, no suele serlo para mantener el deseo sexual. La propia dinámica sexual deteriora el deseo porque te habitúas al sujeto erótico, y en el sexo es fundamental la novedad".

El psicólogo Dietrich Klusmann, de la Universidad de Hamburgo, que realizó el estudio Motivación sexual y duración de la pareja con la participación de 1865 estudiantes de 19 a 32 años comprometidos sentimentalmente, llegó a la misma conclusión: con el paso del tiempo, la actividad y la satisfacción sexual disminuyen en hombres y mujeres con pareja estable. ¿Y qué se puede hacer? "Aprender a manejar de forma más satisfactoria las relaciones y, sobre todo, ¡elegir mejor a la pareja!", sentencia Bolinches.

21 de marzo-19 de abril

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Como elemento de Fuego, los Aries son apasionados y aventureros. Su energía arrastra a todos a su alrededor y son capaces de levantar los ánimos a cualquiear. Se sienten empoderados y son expertos en resolver problemas. Pero son impulsivos e impacientes. Y ese exceso de seguridad en sí mismos les hace creer que siempre tienen la razón. Ver más

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