UN ARTISTA EN HOLLYWOOD
Crear una cuenta
Iniciar sesiónUN ARTISTA EN HOLLYWOOD
Se conocieron después de ver una obra de teatro protagonizada por un amigo en común. Aquella noche, hablaron hasta las cuatro de la mañana. Desde entonces, Ethan Hawke (Austin, Texas, 1970) y el director Richard Linklater no han dejado de hacerlo. «Me sorprende que aún quiera trabajar conmigo. Ha pasado años delante de un monitor editando mis interpretaciones. Podría estar aburridísimo de mí, pero me sigue invitando y yo me siento muy agradecido», explica el actor.
Primero, fue la trilogía romántica de culto Antes del amanecer (1995), Antes del atardecer (2004) y Antes del anochecer (2013). Entre una y otra película, rodaron en secreto y durante 12 años Boyhood, una obra de arte sobre la transición entre la niñez y la edad adulta, y este próximo 28 de noviembre estrenan juntos Blue Moon, sobre la dupla creativa formada por el letrista Lorenz Hart (Hawke) y el compositor Richard Rodgers (Andrew Scott), responsables, entre otros éxitos teatrales, de Sonrisas y lágrimas.
La cinta está ambientada en una sola noche, la del 31 de marzo de 1943, y en una sola localización, el bar Sardi's de Manhattan, donde Hart espera la llegada triunfal de su colaborador tras el estreno de Oklahoma!. La paciencia siempre ha marcado su relación, también en este proyecto que se empezó a gestar hace una década. «Aún no eres lo bastante viejo. Has de tener más arrugas», me decía cada año. Podríamos haberlas fingido, podría haber contratado a otro actor, pero no lo hizo», cuenta el intérprete.
Hawke encontró en el melancólico, sofisticado e irreverente Hart, autor de más de un centenar de canciones como The Lady Is a Tramp, a un tipo tan fascinante como cercano. «Lo adoro. Todo el mundo sabe lo que se siente al ser rechazado, al pensar que la fiesta sigue sin ti», analiza. A su manera, a él también le ocurre a veces. «Mi afecto por el cine independiente es como amar el laúd: el mundo ya no lo aprecia. No sé si a la gente le importan películas donde no hay disparos, zombis o persecuciones. Pero mi sueño no era ser una estrella de acción, sino hacer películas como Max von Sydow».
Pese a ese apego por el cine de autor, Hawke acaba de estrenar la segunda entrega de la saga de terror The Black Phone, donde da vida a un asesino en serie sobrenatural y sin escrúpulos. «Soy agnóstico de géneros: me encanta una buena película», se justifica. De hecho, le gustaría que su obituario contara que, al menos, rodó una gran película de cada género. «Me falta la comedia. Me encantaría ser el hermano de Will Ferrell y hacer de tipo serio». Aunque no es del todo cierto que no haya humor en su filmografía. «La trilogía Antes de… es muy divertida, aunque la gente no a vea así. Reality Bites, también. Ser gracioso es el antídoto contra ser pretencioso. Y eso era vital en Blue Moon: es triste, pero también resulta muy graciosa».
La película es además un auténtico recital dialéctico. «Rick quería que se sintiera como una canción de Rodgers y Hart: con ritmo, con cambios, con momentos tristes y divertidos. Me aprendí el texto como si fuera la letra de una canción». Además, tenía que ser creíble en la piel de un borracho funcional. «No quería exagerar. Los verdaderos alcohólicos no parecen borrachos después de tres copas. Su cuerpo necesita el alcohol solo para estabilizarse. He conocido a personas así», reconoce.
Para meterse en la piel del compositor, Hawke escuchó en bucle el doble álbum Ella Fitzgerald Sings the Rodgers & Hart Song Book mientras corregía su postura, para parecer más bajo, y se rapaba el pelo. «¡Fue devastador para mi vanidad! Sobre todo cuando le daba la réplica a Margaret Qualley. Me pareció muy interesante comprobar cómo la gente te trata diferente con un cambio físico como ese. Sobre todo, las mujeres. Se reían, me tocaban la cabeza, no me tomaban en serio. Eso fue clave para entender a Hart. Todos estamos atrapados en el cuerpo que nos ha tocado. Hay bendiciones y maldiciones», dice entre risas.
Qualley ha contado que las películas de Hawke han marcado su vida. El cumplido le halaga. «Sabíamos que la trilogía no sería un éxito comercial, pero sí esperábamos que fuera atemporal», comparte. Pero tiene otra explicación a su éxito. «Una vez entrevisté a Kris Kristofferson y le pregunté cómo manejaba las malas críticas. Me dijo: 'Si vives lo suficiente, los críticos son más jóvenes que tú y te adoran. Solo sigue haciendo lo tuyo'». Tenía razón. Para ser reconocido, solo tienes que vivir lo suficiente».
HORÓSCOPO
Como signo de Fuego, los Sagitario son honestos, optimistas, ingeniosos, independientes y muy avetureros. Disfrutan al máximo de los viajes y de la vida al aire libre. Son deportistas por naturaleza y no les falla nunca la energía. Aunque a veces llevan su autonomía demasiado lejos y acaban resultando incosistentes, incrontrolables y un poco egoístas.