Solo hay una cosa que el reparto de "Juego de tronos" no se puede permitir de ninguna manera: revelar detalles sobre la trama de la última temporada o cualquier pista que pueda indicar por donde van los tiros del final de la serie. Como contrapartida, las actrices terminan confesando intimidades del rodaje que de otra manera no sabríamos. Por ejemplo, que Sophie Turner no pudo lavarse el pelo durante gran parte de la quinta temporada. "Fue algo totalmente asqueroso. Me picaba todo. La nieve artificial se me quedaba pegada en la grasa del pelo. Un asco", ha revelado.

El rumor circulaba por los foros de fans desde el principio de la saga: se había filtrado que los directores prohibían lavarse el pelo a los actores que no pertenecían a la nobleza de alguna de las casas de Poniente. Su objetivo era conseguir el máximo realismo en cuanto a la suciedad que caracterizaba a las gentes de que vivían a salto de mata, como mercenarios, fugitivos o labriegos. El personaje de Sansa Stark se libró de tal tratamiento durante las primeras temporadas, en las que aún conservaba su estatuto de noble protegida. Pero a partir de la quinta, cuando debe escapar de Desembarco del Rey (la capital de Los Siete Reinos), tuvo que dejar de lavárselo para que tuviera el aspecto sucio de quien no se puede ya bañar cada día o cada semana.
Por suerte, para Sophie Turner, el martirio no duró demasiado tiempo. En 2017, cambió el tinte pelirrojo que caracteriza al personaje de Sansa Stark y se tiñó de rubia, con lo que tuvo que empezar a utilizar una peluca, exactamente igual que Emilia Clarke. De esta manera, aunque las pelucas estuvieran totalmente llenas de grasa, por debajo su melena lucía sana y limpia. ¡Qué sufrimientos tienen las actrices con el pelo en los rodajes!
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