Así afecta la contaminación a tu piel

Por mucho que las restricciones por polución compliquen la vida en las grandes urbes, es necesario luchar contra ese enemigo invisible que acecha en el aire que respiras a tu organismo en general y a tu piel. ¿Por qué aparecen ahora esas rojeces e irritaciones, si nunca has tenido la piel sensible? El 80% de los signos de envejecimiento están originados por factores medioambientales, según un estudio del Pew Research Center recogido por Caudalie. Y los radicales libres marcan la diferencia: su capacidad para oxidar y agredir la superficie de tu rostro (alterando su mecanismos biológicos con consecuencias metabólicas) se multiplican por 10 si se combina con los metales pesados y los residuos químicos volátiles de coches, fábricas...

El envejecimiento prematuro se produce a nivel triple. En el estrato córneo, la parte superficial, la contaminación oxida los lípidos, reduce la hidratación y anula los antioxidantes de la piel. En la epidermis inicia un proceso inflamatorio que desencadena rojeces, hipersensibilización... Y en la dermis provoca una degradación del colágeno, el pilar de la firmeza.

Necesitas activos limpiadores capaces de arrastrar todas las partículas que quedan adheridas a la piel. Algunas, como las del PM 2.5 (uno de los contaminantes atmosféricos de origen humano más nocivos) son hasta 20 veces más pequeñas que el tamaño de un poro. El problema es que se pueden acumular en su interior y se requieren medidas específicas para eliminarlas. Nuxe propone la doble limpieza asiática en un solo producto, su Gel de Aceites Desmaquillantes, con base oleosa más extracto de moringa purificador, que libera a la piel de las moléculas de suciedad más resistentes. Nivea ha creado una línea concreta, Urban Skin, con extracto de té verde y ácido hialurónico antioxidante. Y su Mascarilla Detox 1 Minuto, con caolín y extracto de magnolia, actúa como un imán para los metales pesados acumulados en la piel. Esdor confìa en el eminol, antioxidante de la uva.

Son esenciales para redoblar las defensas de la piel. Y los únicos capaces de neutralizar el efecto pernicioso y multiplicado por la polución de los radicales libres. Polifenoles de pepita de uva para poner freno a la oxidación cutánea es lo que propone la línea Vine[Activ]; de Caudalie, también con vitaminas C y E. Yves Rocher apuesta por el extracto superconcentrado de Aphloia N.A.T., un arbusto originario de los altos de Madagascar, con excepcionales capacidades de reparación y protección. Mientras que Shiseido lo hace por otro extracto botánico, el de la hierba Enmei, que crece en el sagrado monte Koya japonés. A esta planta de tradición curativa milenaria se une la potencia del Factor de Defensa Diurno, que ayuda a la piel a recuperarse antes de las agresiones externas.

Es lo que se pierde cuando el aire que respiramos está plagado de metales pesados y partículas químicas. Cuantos más agentes contaminantes hay en cada centímetro cúbico de aire, menos espacio queda para el oxígeno. Y tu piel es de las primeras en notar su ausencia. Porque, al disminuir su aporte a las células, se asfixia y pierde su brillo natural y su elasticidad. Los tratamientos con oxígeno activo (casi todos burbujeantes y energizantes), reactivan la respiración celular de forma inmediata.

Si tu ciudad tiene sobre ella una seta negra casi perenne, quizá quieras tomar medidas inmediatas. Los pulverizadores para llevar en el bolso aportan un extra de protección a media mañana o media tarde. Un toque de bruma antioxidante (con extracto de árbol de seda, agua de vainilla y tres ácidos hialurónicos, como Sublimage; o con alga chlorella, como Biotherm) refuerza todo lo que haces a diario en esos momentos en los que toca salir del trabajo.

Pues sí, el peligro acecha donde menos te lo esperas. Nuestro entorno doméstico está lleno de químicos que acaban afectando a tu piel. Y resulta que hay unas partículas denominadas COV (compuestos orgánicos volátiles), que se acumulan en una concentración hasta cinco veces superior en los espacios cerrados, como casas y oficinas. 'Emanan de miles de productos manufacturados como muebles, moquetas y alfombras, ropa recién salida de la tintorería, pinturas y maderas tratadas, tejidos sintéticos, fotocopiadoras, impresoras, televisores...', explican en Dior. De hecho, todos esos objetos que 'huelen a nuevo' emiten esos compuestos compuestos de formaldehído, tolueno, acetaldehído, acetona o hexano. Para combatirlos, Dior ha patentado un complejo, presente en su sérum One Essential, que actúa sobre el 100% de las toxinas identificadas en las células de la epidermis. También Germaine de Capuccini ha tenido en cuenta esta contaminación doméstica para formular Excel Therapy O2.