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Marta Hazas recuerda su infancia en Santander con 'Corazón'

Con '5... y acción' en cartel, en el Reina Victoria, recuerda con nosotros cómo fueron sus primeros años de vida en su ciudad natal y el cariño con el que siempre es recibida cuando regresa a casa.

Marta Hazas en una imagen de su álbum personal de pequeña. / marta Hazas.

GABRIELA DEL HOYO

La actriz Marta Hazas no deja de sonreír. No es para menos, porque se encuentra en el mejor momento de su vida, tanto en lo laboral como en lo personal. Queda poco tiempo para que se dirija al Teatro Reina Victoria de Madrid, donde protagoniza 5… y acción, comedia escrita por su marido, Javier Veiga, y producida por Carlos Sobera, ambos con ella en el escenario. Antes de subirse a las tablas, recuerda cómo fue su pasado: "Llevo pasándomelo bomba desde que soy muy pequeña. He sido muy disfrutona y muy feliz, y si echo la vista atrás, no tengo más que recuerdos bonitos".

Uno de ellos le despierta una ternura especial: los ratos después del colegio en la papelería Flores, propiedad de su abuela, donde pasaba horas buceando entre cómics y tebeos. "Devoraba las historias de Esther y me moría de risa con Rompetechos, Mortadelo y Filemón y Astérix. Leía hasta biografías de Pelé. Y aprendí a envolver regalos de una forma preciosa ayudando a mi abuela en la época de Navidad".

Recuerda la barca que aun hoy enlaza el embarcadero del Paseo Pereda con la playa de Somo, "un lugar lleno de buenas sensaciones". En la calle del Asilo nº1, en pleno centro de Santander, se encuentra el colegio San José, donde estudió desde parvulitos hasta COU. "Fui al mismo colegio al que habían ido mi madre y mi tía".

Hacía siempre los deberes corriendo"

Fue buena estudiante, de Notable hasta en la Universidad, pero reconoce que los deberes no eran lo suyo: "Los hacía siempre deprisa y corriendo, además, tenía muchas actividades extraescolares. No les dedicaba mucho tiempo, pero tampoco me gustaba que me dijeran que no era brillante por no prepararme bien la lección".

Entre las clases y la papelería, le quedaba tiempo para otras cosas. "Hasta que fui a la Universidad, recibí clases de ballet en la escuela Armengou, hice tenis, estuve federada en baloncesto… Me perdía todo lo que se veía en la tele y me daba rabia, porque mis amigas sí lo veían y yo no podía comentar nada en el recreo".

Siempre quiso ser actriz, pero puso en marcha el Plan B que sus padres le aconsejaron. Hazas es periodista: "Durante la carrera hice prácticas en un periódico económico y en una televisión local, pero, antes de acabar los estudios, hice las pruebas de ingreso en la RESAD y en la escuela de Cristina Rota y saqué un 10. Fue el día más feliz de mi vida", cuenta.

A Madrid llegó con 23 años: "Mi primera oportunidad como actriz fue una figuración especial en 'El comisario'". Hoy reconoce el cariño de la gente de su Santander natal: "Tiene mucha gracia cómo reacciona la gente de una ciudad pequeña donde todos más o menos nos conocemos. Son muy cariñosos cuando paseo o al ir a los restaurantes de toda la vida, donde me han visto crecer. Pero también cuando hago una obra de teatro o, incluso, con mi boda allí este verano".

Cuando nadie me ve

  • Lo primero que hago al despertar. Ponerme las gafas e ir directa a hacerme un café.

  • En mi mesilla nunca falta… Una lámpara pequeña.

  • No salgo de casa sin… El móvil.

  • Un olor. El del mar y si puede ser el de Santander, mejor.

  • Un tacto. El de mi perrita Robin recién lavada.

  • Un sabor. El del chocolate, sin dudarlo.

  • Un vicio confesable. El turrón de chocolate Suchard. Me he puesto morada estas Navidades.

  • Una comida o plato. La tortilla de patata y el arroz con carne mechada.

  • Una bebida. Un buen vino tinto.

  • Una flor. Tengo varias, pero elijo la margarita siempre.

  • Mi mejor refugio. Mi madre y mi chico, Javier Veiga.

  • Un libro que recomendar. Para divertirse mucho, ‘Tierra trágame y escúpeme en el Caribe’, una ‘road movie’ de cuatro chicas que estaría genial llevar al cine.

  • Una película para ver una y mil veces. ‘Eva al desnudo’ y ‘Dirty Dancing’.

  • Una canción imprescindible. ‘Y sin embargo’, de Joaquín Sabina.

  • Lo mejor de mí y lo peor. Que soy coherente, lo mejor… Y que soy muy impaciente, con la mala leche que genera eso, lo peor.

  • Una persona con la que pasaría horas hablando. Hace poco he conocido a Arturo Fernández y habría estado horas con él charlando de teatro.

  • Soy un as con… Y un desastre con… Un as, con los juegos de mesa y un desastre, cantando.

  • La mejor lección aprendida. Que por cobardía no es bueno quedarse en los sitios en los que no se es feliz. Ni tampoco con las personas.

  • Lo que me hace realmente feliz es… Que le vaya bien a mis seres queridos y poder vivir de mi trabajo.

21 de marzo-19 de abril

Aries

Como elemento de Fuego, los Aries son apasionados y aventureros. Su energía arrastra a todos a su alrededor y son capaces de levantar los ánimos a cualquiear. Se sienten empoderados y son expertos en resolver problemas. Pero son impulsivos e impacientes. Y ese exceso de seguridad en sí mismos les hace creer que siempre tienen la razón. Ver más

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