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Malcriados VIP

Blue Ivy, hija de Beyoncé, protagonizó una subasta en la que ofreció 19.000 dólares por un cuadro mientras su padre le jaleaba. Fama y dinero pueden ser veneno para los niños. Y hay demasiados ejemplos que lo demuestran…

Blue Ivy junto a sus padres, Jay-Z y Beyoncé. / cordon press.

HUGO DE LUCAS

Wyatt tiene 3 años y Dimitri, 15 meses. Solo recibieron un regalo por Navidad y así será también en sus cumpleaños. En la familia de Ashton Kutcher y Mila Kunis la austeridad es norma. No van a permitir que sus hijos se conviertan en unos monstruos malcriados por la fama y el dinero. Por eso, también han decidido desheredarles.

Su forma de entender la paternidad resulta insólita, casi extravagante, en un entorno en el que lo habitual es hacer del capricho infantil una forma de vida de la que se jactan en medios y redes sociales. A sus 6 años, Blue Ivy, la hija de Beyoncé y Jay-Z, representa con naturalidad esa condición. Lo hizo en primer plano televisivo cuando mandó callar a sus padres durante la última ceremonia de entrega de los Grammy, adornando su impertinencia con un vestidito de alta costura.

La hija de Beyoncé abrió la puja por un cuadro ofreciendo 17.000 dólares

Y, de nuevo, lo demostró ante los medios hace unos días, al participar en una subasta benéfica de arte y abrir la puja de un cuadro por el que ofreció 17.000 dólares, sin éxito. La niña subió hasta los 19.000 –unos 15.500 euros–, momento en que el padre, divertido, le impidió que siguiera con el juego.

Club de consentidos

Blue Ivy es una de las últimas en incorporarse a este club de consentidos VIP, en el que figura una larga lista de miembros honorables. Suri Cruise (11) está entre ellos. La pequeña déspota es una mina de oro para los 'paparazzi', a los que ha regalado sonadas rabietas en público que suelen provocar la reacción sumisa de su madre, Katie Holmes: un helado más grande, aunque haya que volver dos kilómetros hasta su tienda preferida; ir a comprar juguetes a pesar de que eso suponga retrasar la cita profesional de mamá; la parada imprevista para completar su colección de 200 pares de zapatos valorada ya en varios miles de dólares…

En realidad, Suri tan solo responde a lo aprendido en su universo de cuento de hadas, en el que mamá organiza los cumpleaños de la niña contratando un circo al completo, y en el que celebra la Navidad cerrando la pista de hielo del Rockefeller Center neoyorquino para patinar libre de incómodas compañías. La consecuencia es una jovencita autónoma y con opiniones firmes, lo que, probablemente, la llevó a despedir a su profesora de música por "diferencias creativas".

El afán de superación de algunas 'celebrities' les hace compararse con sus famosas vecinas de redes sociales para mostrar que su pasión maternal requiere de aún más lujo y exclusividad, sobre todo si se trata de Kim Kardashian. Su adorable North West, que ya ha aprendido a la tierna edad de 4 años la importancia de ser una chica viral, dispone de un vestidor que sería la vivienda soñada por un millennial: 180 metros cuadrados repartidos en diferentes estancias, según usos y marcas –Balmain, Chanel, Hermès…–, valorado en cerca de dos millones de euros.

Como es lógico, tal exhibición necesita la asistencia permanente de dos estilistas, un sastre, una peluquera y tratamientos de belleza por unos 8.000 euros al mes. Las nuevas tendencias dejarán pronto anticuados los modelos, de manera que su hermana Chicago, que acaba de nacer, tendrá que hacerse un armario completo.

La casa era un caos, un lugar donde reinaban las malas palabras y los golpes"

niñera de los hijos de brad pitt y angelina jolie

Hay un paso muy corto entre ser los reyes o los tiranos de la casa, diferencia que algunos personajes parecen desconocer. Una exniñera de los hijos de Brad Pitt y Angelina Jolie reveló en la revista In Touch su experiencia con una familia que describió como ingobernable: "Los niños mostraban más respeto a su padre, pero Angelina no tenía ningún control sobre ellos. En medio de la noche corrían por el pasillo, despertaban a sus padres tratando de entrar en su cama y se peleaban constantemente (…). La casa era un caos, un lugar donde reinaban las malas palabras y los golpes".

Según comenta la prensa estadounidense, el servicio de la mansión de Mariah Carey debe hacer el mismo ejercicio de paciencia con los mellizos Moroccan y Monroe (7), crecidos en un ambiente de derroche extravagante en el que resulta natural gastar mil euros en un peluche.

Otros mellizos, Max y Emme (10), los hijos de Jennifer Lopez y Marc Anthony, pudieron intuir lo que les iba a deparar su infancia cuando sus padres gastaban 28.000 euros en ropa de cuna francesa. Cualquier antojo para ellos es un deseo cumplido, lo que ha contribuido a forjar un carácter difícil, según la prudente definición de uno de sus allegados.

Amor y cultura

Pero no todos los padres se entregan a esta fiesta del derroche y la permisividad. Otros entienden que lo más importante para sus pequeños es recibir amor y cultura, como Sandra Bullock, quien pensó reunir ambas cualidades en la pintura de Andy Warhol –12.500 euros– que regaló a su hijo Louis (7) cuando acababa de cumplir tres. Nunca se sabe cuáles pueden ser los efectos secundarios de lo que ahora se conoce como 'hipermaternidad', una burbuja liberada de negativas y frustraciones que cada vez más padres construyen para sus hijos, atendidos y mimados hasta la saturación.

Shakira se reconoce entre ellos: "Tengo a la directora del colegio de mi hijo Milan en mi Whatsapp –declaraba a EFE–. Cada día le hago una pregunta o le doy sugerencias o ideas sobre cómo creo que podemos mejorar desde mi experiencia. Soy pesada con el tema de la educación".

¿Qué pensarán los pobres y desheredados Wyatt y Dimitri cuando crezcan y se comparen con sus opulentos amiguitos mediáticos? Quizás, que son unos privilegiados

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