Sin noticias de Julián Contreras. Así es como nos hallamos en estos momentos. Y si bien es cierto que a él ni siquiera le salpica todo el lío en Cantora, no menos lo es que, otras veces que sus hermanos, Fran y Cayetano Rivera, se han visto envueltos en una situación de esta índole, no ha sido raro verle en un plató o contestar a la prensa sobre el asunto en cuestión. Ha pasado ya casi un mes desde que se desatara la tormenta, y poco o nada se sabe de él.
Julián, que el pasado verano se supo que era uno de los rostros famosos que se sacaba un dinero gracias a sus fotos picantes en OnlyFans (y no nos extrañó, porque a más de una le salió su perfil en Tinder mientras bicheaba para hacer 'matches'), ha reducido su actividad incluso en Instagram. En los últimos años, son pocas (muy pocas) las imágenes que el tercero de los hijos de Carmina Ordóñez ha colgado.
De hecho, su última publicación en esa red social es de hace más de un año. De octubre de 2019. Al lado de esa imagen con un perrito entre sus manos, no se cortaba a la hora de subrayar lo sexy que es. O, al menos, que se sentía. Y lanzaba un mensaje entre líneas más que clarificador: se pregunta qué sería de él sin las mascotas, a las que tanta compañía les debe.
A Julián se le conocen sus problemas de depresión y ansiedad. Muchos. Los mismos que se acentuaron cuando falleció su madre. Durante mucho tiempo, se culpó de no haber podido hacer algo más para que esta hubiese frenado esa vorágine de malos hábitos que se la llevaron por delante. Y le vimos en fases de ese hundimiento ponerse delante de una cámara.
Alto y claro
Ya no. Hace casi dos años que no concede una entrevista. Apenas pasó de puntillas para desmentir, en diciembre de 2018, una cacareada relación sentimental con Alexia Rivas (sí, la misma del estruendoso vídeo en YouTube de Alfonso Merlos en plena pandemia). Él mismo lo ha manifestado de manera rotunda en un texto, muy largo, con el que ha roto su silencio en Instagram. Porque se ha hartado de que se pongan en su boca opiniones o comentario de esa guerra de Cantora que, como decimos, ni le va ni le viene.
"Todo el mundo espera con ansias mi próxima intervención", reconoce en esas líneas en las que pone de manifiesto que no lo hará. Que solo pide tranquilidad y respeto. El que se ha ganado con ese mutismo que abandera, desde hace muchos meses, su vida. Ya no le interesa poner el foco sobre su cabeza y volver a caer en esa montaña rusa emocional que ya tiene superada.

Julián es un hombre nuevo desde que redirigió sus pasos. Es cierto que la crisis de la Covid provocó que, hace unos meses, tuviera que cerrar su restaurante. Ese que tenía en la localidad madrileña de Móstoles, donde vive con su padre (allí se mudaron tras ser desahuciados de su casa por los graves problemas económicos que atravesaban). En 2018, poco antes de esfumarse ante los ojos de la opinión pública, llegó a reconocer que vivía con 160 euros al mes y que recurría a la caridad de sus amigos para dormir bajo techo.
Y eso que participó en una de las ediciones de 'GH VIP'. Algo de dinero, haría... De hecho, en esos momentos de tantas dificultades, recurrió a uno de los amigos con los que estrechó lazos en el 'reality' para que le echara una mano para encontrar un trabajo (de lo que fuera). Efectivamente, fue Rappel quien le ofreció ayuda. Siempre se lo ha agradecido.

A día de hoy, y tal y como se puede leer en su perfil de Instagram, Contreras Jr trabaja en el Bingo Copacabana. Allí se anuncia como orador y 'coach'. De cómo manejarse ante la adversidad, sabe un rato. Por desgracia, desde muy joven. Nada más hay que leer esa frase que encabeza su red social y que ha sido la historia de su vida: "Lo malo... es lo bueno cuando se acaba".