PIEZA HISTÓRICA
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No es frecuente que, en la actualidad, se luzcan tiaras históricas, salvo cuando se trata de un acto oficial de la Casa Real. Muchas de estas joyas familiares, que poseía la nobleza, han sido vendidas o subastadas, puesto que hoy apenas se utilizan en la vida social. Sin embargo, existen algunas familias de la nobleza que todavía conservan valiosísimas joyas de larga historia. El momento de lucirlas en público suelen ser las bodas. En los últimos años, hemos podido admirar la tiara de diamantes de los Montellano, que escogió para su boda Isabelle Junot, una importante joya que perteneció a la VIII duquesa, Carlota Maximiliana de Escandón, y permanece en la familia Falcó.
También vimos a la actual duquesa de Montellano, Carla Pía Falcó y Medina, lucir una espectacular «parure» de turquesas, compuesta por una diadema, un collar y un broche, elaborados por Chaumet, en la boda de uno de sus hijos. Y hemos podido admirar una espectacular tiara histórica, que perteneció a la reina Isabel II, y que llevaron en sus enlaces Sol Matossian Márquez y su hermana Victoria, y que pertenece a su abuela materna, la princesa Tessa de Baviera.
La última de estas ocasiones nupciales ha sido la ceremonia que unió a María Puech de Oriol con Álvaro de Silva y de Soto, en Sevilla, el pasado 14 de noviembre. La novia lució una extraordinaria diadema de diamantes y esmeraldas que pertenece a la actual duquesa del Arco y marquesa de Noguera, Mercedes Falcó y Anchorena, viuda de Fernando de Soto y Colón de Carvajal, conde Puerto Hermoso, y abuela del novio, que es hijo de Álvaro de Silva y Mora, duque de Bournonville.
Fue la web sobre joyas www.spanishroyaljewels.com quien destapó la primicia, puesto que se trataba de un enlace totalmente familiar y fuera de los focos. Pero la historia de la tiara que llevó la novia había que contarla. Se trata de una joya que está a la altura de las «joyas de pasar» que hoy exhibe la reina Letizia. Y sigue en la familia. Fue un encargo que hizo a la casa francesa Chaumet, en 1902, Silvia Álvarez de Toledo y Gutiérrez de la Concha, marquesa de la Mina y nuera de la III duquesa de Fernán Nuñez, María del Pilar Osorio y Gutiérrez de los Ríos. La marquesa de la Mina solía combinarla con un imponente «choker», muy de moda en la época, y un broche a juego.
La diadema, que María Puech de Oriol llevó al estilo ruso, inclinada hacia la parte de atrás de la cabeza, es de estilo Belle Époque, y está elaborada con las 14 esmeraldas de un collar que perteneció a la III duquesa de Fernán Nuñez, María del Pilar Osorio y Gutiérrez de los Ríos. Las esmeraldas están rodeadas por volutas de diamantes y motivos vegetales.
La residencia de los Fernán Nuñez, un imponente palacio situado en la calle Santa Isabel de Madrid, era el escenario de numerosas fiestas y reuniones de sociedad, en los que la duquesa lució su collar con frecuencia. María del Pilar, que contrajo matrimonio con Manuel Pascual Falcó d'Adda y Valcárcel, marqués de Almonacid de los Oteros, poseía numerosos títulos nobiliarios, y con Grandeza de España, entre ellos el ducado de Montellano y el del Arco o los condados de Frigiliana y de Siruela, que la convirtieron en una de las mujeres más importantes de la nobleza de finales del siglo XIX y principios del XX..
Una de sus hijas, María del Rosario Falcó y Osorio, que heredó el título de condesa de Siruela, contrajo matrimonio con el duque de Alba, Carlos Fitz-James Stuart y Palafox. Su nieto fue Jacobo Fitz-James Stuart y Falcó, padre de la duquesa de Alba, Cayetana. Su hijo, Manuel Felipe Falcó y Osorio, se casó con Silvia Álvarez de Toledo, duquesa de Bivona y condesa de Xiquena. Otro de sus hijos, Felipe, que heredó el título de duque de Montellano, es el abuelo de los fallecidos marqués de Griñón y marqués de Cubas.
Del matrimonio de Silvia Álvarez de Toledo y Gutiérrez de la Concha y Manuel Felipe Falcó y Osorio, que se convirtió en el IV duque de Fernán Núñez, nació Manuel Falcó y Álvarez de Toledo, su primogénito, que sería el V duque de Fernán Nuñez y el VI duque del Arco y que contrajo matrimonio con la aristócrata argentina María de las Mercedes Anchorena y Uriburu. María de las Mercedes fue una dama muy activa: presidente de las Hijas de María, directora de los comedores de la Acción Católica, vocal de la Liga contra el cáncer, secretaría de la Cruz Roja de España.
La tiara, el «choker» (convertido en un «sautoir», más de moda en la época) y el broche de su suegra pasaron a sus manos –los llevó en una de las fiestas que se celebraron en Atenas por el matrimonio de Don Juan Carlos y Doña Sofía– y, posteriormente, a las de su hija, Mercedes Falcó y Anchorena, VII duquesa del Arco, que es la actual propietaria de la tiara de esmeraldas.
Mercedes se la ha prestado a la novia de su nieto, Álvaro de Silva y de Soto, para su día más importante. Casada con Fernando de Soto y Colón de Carvajal, marques de Arienzo y Conde de Puerto Hermoso, fue madre de Mercedes de Soto y Falcó, Fernando de Soto y Falcó, Myriam de Soto y Falcó, Manuel de Soto y Falcó y Tristán Jaime de Soto y Falcó. Su hermano, Manuel Falcó Anchorena, casado con María Cristina Ligués Creus, es el actual duque de Fernán Nuñez y uno de los aristócratas con más títulos nobiliarios, sólo comparable a las casas de Alba, Osuna o Medinaceli.
HORÓSCOPO
Como signo de Fuego, los Sagitario son honestos, optimistas, ingeniosos, independientes y muy avetureros. Disfrutan al máximo de los viajes y de la vida al aire libre. Son deportistas por naturaleza y no les falla nunca la energía. Aunque a veces llevan su autonomía demasiado lejos y acaban resultando incosistentes, incrontrolables y un poco egoístas.