POLOS OPUESTOS
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Después de intensos rumores apuntando en esa dirección, a finales del pasado mes de septiembre trascendía la noticia de que Telma Ortiz y el abogado irlandés Robert Gavin Bonnar habían decidido emprender caminos separados definitivamente. Poco después conocimos que la hermana de la reina Letizia había abandonado la casa familiar meses antes, en medio de problemas personales y económicos. De esta forma discreta terminaba un amor que se había iniciado mientras esquiaban juntos en Andorra en 2018 y llegó a su momento más feliz con el nacimiento de su hija en 2021.
«Ha sido un proceso muy duro y es mejor no entrar en detalles porque son íntimos y escabrosos», desvelaba la revista Vanitatis sobre este complicado proceso de ruptura sobre el que sus protagonistas todavía no se han pronunciado públicamente. Y añadían: «El drama familiar ha sido más profundo de lo que ha trascendido».
Ahora, la hija de Jesús Ortiz y Paloma Rocasolano se encuentra volcada en su nuevo trabajo como asesora senior de la Gerencia de Movilización de Recursos y Alianzas Globales del Banco de Desarrollo de América Latina y el Caribe. Un brillante momento en lo profesional que contrasta con las dificultades que está atravesando su ex, que ha visto como su último libro era retirado por su editorial mientras se ha quedado sin una red familiar en la que apoyarse en nuestro país.
Según coinciden todas las fuentes, los problemas de dinero de la pareja fueron una de las principales causas en su separación. Se da por hecho que Telma y Gavin tuvieron que abandonar su hogar en La Moraleja porque excedía sus recursos económicos, ya que ella sostenía la mayor parte de la economía familiar. Ahora esa grave situación financiera amenaza al irlandés en varios frentes.
Primero, ha sufrido un duro golpe al ver cómo su editorial retiraba del mercado El cuarto poder, su última novela que nos describía de este modo: «Mi pretensión era mezclar ideas del poder, del dinero y del sexo en una historia que enganche y que puedas leerlo tranquilo en casa, de vacaciones o en el aeropuerto». Pero lo cierto es que no se han cumplido las expectativas de ventas y cuando se separó de Telma Ortiz, ya había roto el contrato con su editorial.
El otro problema en el terreno laboral que se le plantea en estos momentos, es que muchos de sus contratos como abogado surgieron desde España y ahora tiene que cambiar su perspectiva profesional. Algo que no se presenta fácil ya que ademas de su hija en España, tiene dos hijos más en Irlanda con Sharon Corr, la violinista del grupo The Corrs, con la que estuvo casado casi dos décadas. Para la artista la separación fue un golpe durísimo y le dedicó incluso una canción con un título muy significativo: El iluso y el escorpión.
Los planes inmediatos de Robert Gavin Bonnar son de momento una incógnita, ya que se ha mantenido al margen de los medios de comunicación. No ha dado entrevistas ni se prevé que las vaya a conceder, al igual que Telma Ortiz. Pero lo que es seguro es que su ruptura le ha alejado completamente de la que fuera su familia en España.
«Quiero mucho a mi familia política, pero por motivos obvios no puedo hablar de ella», nos contaba el abogado cuando le entrevistábamos por la publicación de su ahora retirado libro. También añadía que en nuestro país se sentía «como en casa» mientras aseguraba que «me encanta España y la vida que hay aquí. Tenéis de todo, el clima, que no lo tenemos en Irlanda, la calidad de la gastronomía es excelente».
Ahora, sin posibilidad alguna de una reconciliación con la cuñada del rey Felipe, el panorama se presenta sombrío para él. Tan solo el hecho de que no estuvieran casados alivia un tanto la situación, al favorecer una separación más sencilla, sin tener que pasar por los trámites del divorcio. Mientras tanto, Telma Ortiz ha seguido con su vida, en su nueva casa y centrada en su nuevo trabajo y en sus hijas, la mayor fruto de su relación anterior con el abogado Enrique Martín Llopis. Más allá del dolor por la ruptura, se encuentra bien, con sus padres muy pendientes de ella.
HORÓSCOPO
Como signo de Fuego, los Sagitario son honestos, optimistas, ingeniosos, independientes y muy avetureros. Disfrutan al máximo de los viajes y de la vida al aire libre. Son deportistas por naturaleza y no les falla nunca la energía. Aunque a veces llevan su autonomía demasiado lejos y acaban resultando incosistentes, incrontrolables y un poco egoístas.