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Campus 42

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Cecilia Marín

07 OCTUBRE 2021 - 08:45

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Campus 42

“Ya no tengo 20 años, tengo 41 y dos niños, lo que demuestra que nunca es tarde para empezar”

Tras ocho años de dedicación exclusiva a la crianza, Paloma Costa apostó por 42 para revitalizar su vida laboral, el campus gratuito de Fundación Telefónica para el que no se requieren conocimientos previos y en el que se aprenden competencias tecnológicas sin libros, clases ni profesores.

Un proyecto con

Campus de programación

TELEFONICA 42

“Ya no tengo 20 años, tengo 41 y dos niños, lo que demuestra que nunca es tarde para empezar”

Tras ocho años de dedicación exclusiva a la crianza, Paloma Costa apostó por 42, el campus de Fundación Telefónica en el que se aprenden competencias tecnológicas sin libros, clases ni profesores, para revitalizar su vida laboral. Sin conocimientos previos de programación, ahora espera dedicarse en un futuro a la seguridad informática.

Cecilia Marín

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Esta experiencia me ha cambiado la vida”. Escuchar a Paloma Costa (Valladolid, 1980) hablar de 42 es inspirador. Porque la descripción que hace de su paso por este campus gratuito de programación impulsado por Fundación Teléfonica, más que una experiencia académica, es una experiencia vital. “Me he descubierto haciendo algo totalmente diferente y me encanta”, reconoce. Este campus de formación para perfiles digitales cuenta con una metodología de aprendizaje única: sin libros, clases ni profesores, los estudiantes aprenden con un método de gamificación y trabajo en equipo. Con sede en MadridUrduliz (Bizkaia), Barcelona Málaga, Paloma acude cada día al de Madrid, una andadura que comenzó después de ocho años fuera del mercado laboral y que, explica, “me está reconectando conmigo misma”.

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Tras estudiar Matemáticas en su ciudad natal, Paloma estuvo trabajando en una consultora en Madrid hasta 2013, año en el que se quedó embarazada. Ahí decidió dar un giro radical a su vida emprendiendo un negocio propio con una amiga: una tienda taller de costura. “Yo no sabía coser hasta ese momento y me apasionó”, dice. Desafortunadamente, unos meses después sufrió el revés más duro de su vida: el parto se complicó y su hija Andrea nació sin vida. “Hoy puedo hablar de ello tranquilamente, pero nunca deja de doler porque un hijo es para siempre, esté o no esté”, relata emocionada. “Es algo que no se supera nunca, pero se aprende a vivir con ello”. Un golpe tan fuerte desencadenó un período de dificultades personales para Paloma y el negocio con su amiga no prosperó. Con el tiempo pudo remontar emocionalmente y luego dio a luz a dos niños, que ahora tienen seis y cuatro años. “Básicamente, me devolvieron a la vida”, dice. Lleva las iniciales de todos tatuados e incluso un colgante con sus nombres. Conectada a los tres, siempre.

Después de estar fuera del mercado laboral ocho años, dedicándose a tiempo completo al cuidado de sus hijos, comenzó a plantearse la vuelta al trabajo. Pero no era tan sencillo. “Pensé en hacer un módulo y justo mi marido escuchó por la radio hablar de 42 y me dijo ‘¿por qué no lo intentas?’. Lo intenté… ¡y aquí estoy!”. “Al ver que no había muchas puertas donde llamar y que había que reciclarse, 42 era una muy buena opción. Me permitía conciliar con mi vida familiar y un módulo hubiera sido mucho más difícil”, relata. Porque en este campus presencial y gratuito para formar nuevos perfiles digitales no hay horarios, clases, libros ni profesores.

Abierto las 24 horas los 365 días al año para todas las personas mayores de 18 años que aspiran a convertirse en profesionales de alto nivel, no se necesita de titulación ni formación previa para acceder al campus. Solo deshacerse de miedos y tener ganas de “aprender a aprender”. Las inscripciones son gratuitas y están permanentemente abiertas. Para entrar, primero se deben aprobar dos test de habilidades online y, después, el mayor reto: un período de selección presencial de 26 días consecutivos. Es lo que llaman ‘piscina’. En esta fase, 42 reserva un 30% de plazas exclusivas para las mujeres con el objetivo de fomentar las vocaciones STEAM entre ellas. No hay que saber programar, basta con atreverse a intentarlo… y resultar elegido. Es una inmersión total en el mundo del código. Los piscineros que mejor nadan enseñan a los que menos saben y entre todos tratan de llegar hasta el final. Por ello el método de aprendizaje se conoce como “peer to peer” o aprendizaje entre pares.

“Siempre digo que la piscina me cambió la vida. Entré siendo una persona y salí siendo otra”, dice con una amplia sonrisa. “Si me hubieran dicho al principio de la piscina que iba a saber hacer lo que hago ahora, hubiera dicho que era imposible”, reconoce. Porque aunque sí dio pinceladas de programación en la carrera (y de eso destaca que hace ya muchos años), ella no sabía programar. ¿Cómo lo ha conseguido? Gracias al espíritu de superación y al trabajo en equipo. “Lo más importante es el contacto con los compañeros. Tú sola no puedes hacerlo y tiene que ir siempre el equipo unido. Lo llamamos ‘la piña’. ‘La piña’ siempre está ahí para ayudar”. Un año después de haber hecho su piscina, Paloma está tan implicada que ahora también ejerce como asistente pedagógico en nuevas piscinas, ayudando al Staff de 42 Madrid con los candidatos y siendo una referente para ellos.

42 reserva un 30% de plazas exclusivas para las mujeres con el objetivo de fomentar las vocaciones STEAM entre ellas

Quienes la conocen destacan que Paloma es un ejemplo de organización, tesón, buena actitud y trabajo en equipo. “42 me está aportando vitalidad. Mi marido me dice que estoy enganchada”, se ríe. “No hay miedo al fracaso ni presión. Si fallas, aprendes de ese fallo. De hecho, si no fallas en nada, no aprendes. Esto consiste en prueba y error”, dice, a la vez que confiesa que todo en el campus es muy críptico: “La información se da en cada momento necesario y se da muy poca, porque lo bonito es descubrirlo por ti misma”.

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Cuando acabe esta experiencia, Paloma está firmemente convencida de que 42 va a darle un fuerte empujón a su futuro laboral. Y es que, dice, además de las habilidades adquiridas (está pensando dedicarse a la seguridad informática), a partir de ahora no le da miedo lo nuevo. “Sin duda, recomendaría 42 porque es diferente. Porque te cambia la visión de todo, incluso de ti misma. Te ayuda a conocerte más y te da la oportunidad de saber que puedes hacer otras cosas. Tienes miedo, por supuesto, pero lo haces. Y eso puedes aplicarlo en todas las facetas de tu vida”. Por ello espera que su caso pueda servir de inspiración a otras mujeres. “Ya no tengo 20 años, tengo 41 años y dos niños, lo que demuestra que nunca es tarde para empezar. Para intentarlo y probar. Y no pasa nada por fallar. Si hubiera fallado, habría hecho un módulo. Pero aquí estoy. Que nadie se quede sin intentarlo”.

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Este contenido ha sido desarrollado por Content Factory, la unidad de contenidos de marca de Vocento, con Telefónica 42. En su elaboración no ha intervenido la redacción de este medio.