¿Qué me pongo para ir a la oficina en verano?

Si ponerse delante del armario antes de ir a trabajar cuesta cada mañana, cuando las altas temperaturas acechan la tarea se vuelve aún más complicada. El cuerpo nos pide ir todo el día en bañador y chanclas pero, salvo que tu trabajo sea el de socorrista, no queda otra que renunciar a ello.

Las normas de etiqueta deben ser las mismas que durante el resto del año, pero esto no significa que los looks tengan que etiquetarse de aburridos. La sobriedad puede verse animada por prendas ligeras de tonos claros, complementos en clave mini y calzado cómodo con los que frescura y estilo quedan conjundados.

No es cuestión de llevar pocas prendas, sino de la composición de estas. Fibras naturales como el algodón hacen que la piel transpire y resulta más resistente y fresca. También la seda y el lino resultan efectivas contra las altas temperaturas, al contrario que la viscosa que te hará sudar sin darte cuenta.

Los termómetros de la calle marcan 38º pero al llegar a tu puesto de trabajo parece que vas a cruzarte con algún pingüino por el pasillo. Estos cambios de temperatura dificultan aún más la elección de vestuario ya que necesitas estar fresca en los trayectos de ida y vuelta pero no resfriarte mientras estás delante del ordenador. Es de perogrullo, pero no queda otra que apostar por los looks a capas. Por mucho que te entren sarpullidos al coger una chaqueta o un pañuelo antes de salir de casa no la olvides, horas después la agradecerás.

El eterno debate. Para muchos expertos no resultan adecuados para ir a trabajar, aunque hay quien sostiene que pueden emplearse si se elige bien cómo. La línea entre la elegancia y la vulgaridad es demasiado delgada por lo que resulta fundamental elegir bien el momento y el lugar para lucirlos, así como la ropa con la que combinarlos.

Si vas a optar por llevar pantalón corto a la oficina, escoge un modelo que se adapte a tu figura y que no resulte demasiado informal. De tela oscura serán la mejor opción para mezclarlo con blusas, camisas o camisetas + blazer; así como con bailarinas, sandalias planas o slippers en los pies. Las sandalias de tacón y las cuñas resérvalas para la noche. Simplica al máximo.

Tu neceser también debe cambiar con la llegada de las altas temperaturas. Además de incluir en tu rutina de belleza la protección solar, debes cambiar las bases demasiado densas por polvos si no quieres echar a sudar nada más poner un pie en la calle. Aprovecha para dar un respiro a tu piel durante unas semanas y, si no te ves capaz de renunciar al eyeliner ni en verano, ten en cuenta estos trucos que ofrece la experta Pilar Lucas en su blog para hacer que tu maquillaje dure más pese al clima.