El trench más bonito, que mejor sienta y en el que merece la pena invertir es este diseño de Mango

Nunca tanto como hasta ahora la moda había tenido que explotar su capacidad para hacernos soñar utilizando simplemente el poder de la imaginación. Un recurso cuya práctica habíamos perdido y que sin embargo, dadas las condiciones actuales de aislamiento y distancia social, se ha convertido en una de las tablas de salvación más solventes a las que la industria parece aferrarse.
Desde que Chanel comenzara a principios de la década de los 2000 con sus colecciones crucero, el viaje era, literalmente, el leit motiv. Gracias a ellas pudimos transportarnos del aeropuerto de Santa Monica en Los Ángeles, a la Gran Estación Central de Nueva York, o del café Sénéquier de Saint-Tropez al paseo del Prado en La Habana. Un periplo que esta temporada se ha visto alterado y que ha obligado a la firma francesa a reimaginar el viaje sin salir de sus talleres parisinos de la icónica rue Cambon.
Todo sin perder en el camino su delicado saber hacer que queda demostrado una vez más en esta última colección crucero 2020/21. Una nueva aventura que nos invita a viajar por el Mediterráneo, desde Capri (donde se hubiera celebrado el desfile) hasta la costa azul francesa. Las islas, el aroma de los eucaliptos, el color de las buganvillas... la esencia de estas costas está plasmada en una colección pensada para viajar ligera de equipaje, con prendas y accesorios fáciles de llevar, multifuncionales. Así ha concebido la colección Virginie Viard, la directora creativa de la marca, y así la vamos a disfrutar. ¡Buen viaje¡
El desfile de esta colección se iba a celebrar en la isla de Capri pero, tras el confinamiento, se tuvo que adaptar a un lanzamiento virtual.
La inspiración inicial de Capri se extendió a todo el Mediterráneo, sus islas y sus aromas.
Según la propia Virginie Viard, no se pudieron hacer grandes cambios, ni siquiera de los tejidos, así que hubo que adaptar todo lo que ya tenían a esta nueva situación.
El color de las buganvillas, tan típicas de la costa mediterránea, ha sido una de las mayores fuentes de inspiración de Virginie. Y no solo de las prendas, también de los accesorios.
La idea de la directora creativa era diseñar prendas multifunción para las 24 horas del día. El objetivo: viajar ligera de equipaje.
Otra de sus fuentes de inspiración han sido las actrices de los años 60 que pasaban sus vacaciones en la costa mediterránea.
Un bikini que se adapta a la noche o una falda que se puede llevar como vestido. Todo tiene más de una manera de llevarlo, todo se transforma cuando cae el sol.
El rosa emerge como las flores de verano, tanto en prendas del icónico tweed de Chanel como en accesorios que se adaptan a tejidos ligeros y todoterreno.
Un bikini y unos shorts se transforman con solo una prenda encima. Esta es la idea: pocas prendas en la maleta pero muchas posibilidades.
Igual que Virginie tuvo que adaptar su colección, las prendas se adaptan a cualquier situación y hora del día.
El juego de transparencias y el capa sobre capa. Dos claves que nos hacen entender mejor la idea de esta colección crucero 2020/21.
Looks desenfadados pero muy estudiados, con acecsorios que, una vez más, se convierten en piezas clave de la colección.
Las gafas de sol no podían faltar en este crucero en el que hay que viajar con una maleta llena de sueños.