DICIEMBRE MÁGICO
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Nos podríamos poner nerudianos y decir, por ejemplo, «la noche está estrellada y tiritan, azules, los astros a lo lejos». Y valdría. Pero también exclamar que «el tiempo es decidido, no suena su campana, se acrecienta, camina, por dentro de nosotros, aparece como un agua profunda en la mirada». Y también tendría su miga. La lírica del chileno viene a cuento porque el Bless Hotel Madrid, un imprescindible ya del barrio de Salamanca, va a entonar esta Navidad un poema de amor, como los primeros versos, y también una oda al tiempo, como los segundos.
Su manera de celebrar estas fiestas, con la elegancia acostumbrada, es haciéndole precisamente un guiño al tiempo, ahora que parece volar como nunca. Tiempo, dicen, «para escuchar, para celebrar, para mirar a los ojos a quienes más queremos». Lo han llamado, en consonancia con su nombre, The Most Blessed Time of The Year, con la idea de instarnos a coleccionar momentos únicos. Esto es, «una risa compartida, una sobremesa que se alarga sin mirar el reloj, un brindis sin prisa, un dejarse llevar por la alegría y un abrazo que lo detiene todo». En definitiva, convertir cada instante en un recuerdo eterno, aunque suene tópico.
Ahí está el verdadero lujo. Todos lo sabemos. Y el Bless Hotel, en plena Milla de Oro madrileña, de lujo sabe un rato, sobre todo de ese que se vive con la naturalidad del dulce hogar. Para cerrar el círculo, junto al típico Feliz Navidad de estas fechas, nos desean «mucho tiempo». Y al tiempo, valga la redundancia, nos proponen una colección de experiencias a cual más apetitosa y deslumbrante. Veamos.
Lo de cenar bajo las estrellas en los iglús calentitos y privados del rooftop Picos Pardos, en la novena planta del hotel, ahora en su Winter Edition, nos parece lo más de lo más. Eso de que sea un après-ski, con espíritu de montaña pero sin salir de la ciudad, es tentador, desde luego. Entre guirnaldas de luces, abetos, butacas de borreguito y una propuesta gastronómica inspirada en los sabores alpinos, con raclettes, fondues, carnes al punto y el maridaje con cócteles de autor para poner el toque aún más festivo. Todo ello con unas vistas panorámicas, francamente, alucinantes.
De las alturas de esta terraza mágica que hace cálido el invierno, abierta a las comidas y a las cenas, bajamos al que es el corazón del Bless, su Pinzelada Lounge, a la hora de la merienda, también para dar cuenta de sus manjares navideños. Nada menos que panettone recién horneado, roscón artesanal, las exquisiteces de su patisserie y la tarta de queso de Álex Cordobés en edición especial exclusiva. O sea, con sabor Ferrero Rocher y cobertura dorada. Este estimular los sentidos encuentra también su recreo en los cócteles exclusivos inspirados en las fragancias de Kilian Paris, lo que supone ya la quintaesencia del lujo contemporáneo.
Antes de pasar a los menús, que para estas fiestas llegan a su cota más elevada con una creatividad desbordante, recordemos otro rincón fabuloso de este hotel especializado en sorprendernos, la Casita de Papá Noel, que va a hacer las delicias de los más pequeños, con su atmósfera mágica en torno a una chimenea y la posibilidad de conocer a este personaje legendario y trasmitirle sus deseos. Vestido este año, además, muy coquetamente por la marca de moda infantil Mi Canesú.
Vayamos, ahora sí, a la alta cocina y los maridajes únicos para Nochebuena y Nochevieja, que llevan la firma del chef ejecutivo del hotel, Álvaro de Frutos, y con el Pinzelada Lounge y el Picos Pardos Sky Lounge, con sus iglús y su zona acristalada, como escenarios. En el primero de ellos, la noche del 24 de diciembre comienza con una brandada de anguila y foie sobre crujiente de arroz, para dar paso después a un descargamento de atún con soja blanca o gamba blanca con sopa fría de tomatillo verde. El rape a la parrilla con crema fina de champagne y el solomillo de ternera con apionabo rustido y salsa perigourdin terminan de redondear esta experiencia festiva, que se ve culminada con un semifrío de mandarina y chocolate blanco. Precio: 250€ con maridaje.
El menú de autor para el último día del año vuelve a hacer gala de un refinamiento máximo. Con un foie micuit con gel de oporto para abrir boca, seguido del atún rojo Balfegó con crema de pimiento amarillo y alga nori, y una cigala a la parrilla con ponzu de tomates asados. La sofisticación continúa con la almeja a la brasa con mantequilla de Tosazu, el rodaballo con salsa meunière y verduras al rescoldo, y la paletilla de cordero con zanahoria glaseada y crema de ajo. El broche de oro lo pone un cremoso de yuzu con merengue y la trilogía de chocolate, más una copa de Ruinart Blanc de Blancs para el brindis. Precio: 385€ con maridaje.
En el segundo de los escenarios, el Picos Pardos, la Nochebuena se celebra cenando, bajo el cielo de Madrid, una ostra Rockefeller, una berenjena miso con vinagreta de yogur y una alcachofa a la parrilla con crema de trufa negra. Al centro, una fondue de queso suizo como preludio del solomillo a la pimienta verde con patatas chafadas, que a su vez lo es del strudel casero de manzana. No faltan, en ninguno de los casos, dulces navideños, café e infusiones. Precio: 120€ con maridaje. 170€ en el iglú.
Para la Nochevieja, hay también ostra Rockefeller, tras la que va un bao frito con tartar de atún rojo y pimiento amarillo, y una almeja a la brasa con beurre blanc de Tosazu y especias chinas. La fondue de queso suizo y trufa negra ceden el testigo al lomo bajo de ternera. El punto final es una tentación en la que caer: fondue de chocolate. Precio: 385€ con maridaje.
Asimismo, hay, cómo no, menús navideños para niños, que incluyen croquetas caseras de jamón ibérico, brocheta de mozarella y tomate con pesto, langostino crujiente con mayonesa de ajo y canelón de pollo ecológico, solomillo de ternera con puré de patata o lubina a la parrilla con verduras de invierno. Coronado todo ello con una mousse de chocolate con helado de vainilla (75€). Sin olvidar los menús para todas esas citas especiales que estos días tienen efecto multiplicador, ya sean familiares, con amigos o corporativas, y que pueden ser en versión cóctel o a la mesa, y con Open Bar. Irás a merendar, comer o a cenar y te querrás quedar a vivir, sin exagerar.
HORÓSCOPO
Como signo de Fuego, los Sagitario son honestos, optimistas, ingeniosos, independientes y muy avetureros. Disfrutan al máximo de los viajes y de la vida al aire libre. Son deportistas por naturaleza y no les falla nunca la energía. Aunque a veces llevan su autonomía demasiado lejos y acaban resultando incosistentes, incrontrolables y un poco egoístas.