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"Escribo porque necesito retener la vida"

Dice que las historias familiares encierran todas las claves de la literatura: amor, muerte, maternidad, tiempo... Y ella se ha propuesto recogerlas a través de la vida de sus abuelos.

Care Santos sobre su nuevo libro: Diamante azul / Vicens Giménez

E. CASTELLÓ Madrid

Care Santos (Mataró, Barcelona, 1970) dice de sí misma que existen dos Cares. "Una es la doméstica, la madre de tres hijos, la que le está mandando mensajes a su hija durante la entrevista; y la otra es la que está aquí, la escritora que viaja, publica, investiga, y conserva su tiempo y su intimidad", explica. Ambas conviven y no se entienden la una sin la otra, aunque a veces ha tenido la sensación de que no casaban.

" He sido la mujer agobiada, triste por no poder escribir para atender a sus hijos, pero también la que, cuando se pone a escribir, tiene toda esa experiencia como madre, porque los hijos son un laboratorio del ser humano. Por eso no entiendo la literatura sin la maternidad. Afortunadamente, he tenido el apoyo que se le supone a cualquier hombre: una pareja que me ha entendido muy bien".

Uno dedica la vida a rastrear historias ajenas, hasta que un día ve que en su tradición hay algo valioso.

Care Santos

Pero, desde su debut en 1995 con Cuentos cítricos hay dos Cares en muchos otros ámbitos. La autora y colaboradora de Mujerhoy, premiada y aclamada por la crítica, escribe en dos lenguas catalán y castellano y se traduce de la una a la otra; es una novelista superventas para jóvenes 'La muerte de Kurt Cobain' , 'Los ojos del lobo'­ y para adultos su novela 'Habitaciones cerradas' ha sido llevada a televisión por Adriana Ugarte y Alex García; es crítica literaria; y rechaza las etiquetas, pero está orgullosa de venderse bajo el rótulo "para mujeres".

Su última novela, 'Diamante azul' (Destino), indaga, una vez más, en esas mujeres fuertes a las que educaron para ser débiles, pero esta vez en su propia familia. Cuenta, entre otras, la vida de su abuela Teresa, "una adelantada a su tiempo", y tiene todos los ingredientes de una saga decimonónica, pero también de un fresco de época en el que resuenan Dickens, la novela de suspense, la literatura gótica, la fascinación por los autómatas o los héroes solitarios del Romanticismo.

  • Mujerhoy. ¿Es 'Diamante azul' un homenaje a su abuela? Care Santos. Sí, desde luego. Me pregunto si mis novelas están llenas de mujeres fuertes debido a su ejemplo. Siempre hizo cosas revolucionarias, fue la moderna de la familia. Y, como ella, hay muchas mujeres de esa época, principios del siglo XX que fueron contra corriente, llegaron antes a cosas que hoy tenemos muy asumidas, y que lucharon con todas sus fuerzas para salirse con la suya.

  • Mujerhoy. ¿Ha partido usted de sus propios recuerdos? Care Santos. Quería escribir la historia de amor entre mis abuelos. Me la contó mi abuela, que murió cuando yo era adolescente. Recordaba muy bien cómo la narraba y cómo me impresionaba. Para el resto he tenido que documentarme y acudir a la memoria familiar.

  • Mujerhoy. Cita una frase: "El pasado es como otro país". Care Santos. Sí, y el interés por ese país viene con la edad; a los jóvenes les interesa más el futuro. Quería hablar sobre mi familia, pero lo iba postergando. Quizá no me sentía preparada. Yo soy de proceso lento, me cuesta tomar decisiones, y esta era importante. Pero llega ese momento de madurez en que te planteas de dónde vienes, qué le debes a la gente que te precedió, qué compartes con ellos, por qué tú eres tú. Las historias familiares son maravillosas, pero hace falta tiempo para darse cuenta. Uno dedica la vida a rastrear historias ajenas, hasta que un día ve que en su propia tradición hay algo muy valioso.

  • Mujerhoy. ¿Cree que lo que heredamos es una mochila de la que no podemos deshacernos? Care Santos. Por supuesto. Somos un pasado acumulado, aquello que nos han dado. Pero muchas veces no estamos dispuestos a reconocerlo.

  • Mujerhoy. Para eso sirven las novelas, escribe, "para hacer volver a los muertos". ¿Ha sido una especie de misión? Care Santos. Me pregunto a menudo por qué escribo. Desde niña he tenido la sensación de que la vida se me escapa. Y creo que escribo por esa necesidad de retener la vida.

  • Mujerhoy. ¿Ha tenido la sensación de saldar cuentas? Care Santos. He tenido una sensación muy bonita, porque de mi tatarabuelo Silvestre, uno de los personajes, lo único que sabíamos era el nombre de pila. Y cuando me puse a investigar su vida, descubrí que era muy interesante, casi un pionero. He tenido, sí, la sensación de devolverle su historia, que no nos había llegado. Por eso, escribir es retener la vida. Ahora mis hijos, mis nietos, podrán leer la historia de Silvestre y la de Teresa. Me gusta pensar que he contado algo que nadie recordaba.

  • Mujerhoy. ¿Fue diferente la preparación de esta novela por tratarse de su familia? Care Santos. El trabajo de documentación no ha diferido mucho. Usé archivos, registros industriales, libros de patentes. E hice un ejercicio que recomiendo: citar uno por uno a todos los que quedaban vivos de la época, preguntarles y dejar que hablaran. Parece que las historias de hace 100 años están muertas, pero siempre queda algo: el recuerdo de un objeto espectacular que nadie ha visto, pero del que siempre oyeron hablar, por ejemplo. Fue un rompecabezas muy interesante. Arqueología familiar.

  • Mujerhoy. ¿Da miedo meterse en la historia de la propia familia? Care Santos. Sí. Entraña un peligro. Los novelistas trabajamos con personajes, no con personas, aunque nos basemos en ellas. No aspiro a la recreación exacta, ni a emular el trabajo de un historiador. Y tampoco a encontrar parientes perfectos. Pero he obrado con cautela, he cortado la historia en unos años lejanos para no herir la sensibilidad de los que siguen vivos. Y he guardado cosas para dentro de unos años.

  • Mujerhoy. ¿Escribirá más sobre su familia, entonces? Care Santos. Algún día. Tengo alguna que otra novela en la recámara con material personal. Quizá retome personajes de esta que apenas están esbozados, añadiendo otra parte de la historia que queda por contar. Pero no es el momento.

  • Mujerhoy. Las sagas familiares constituyen un género literario en sí. Usted ha escrito muchas. Care Santos. Sí. Ahí me siento como pez en el agua. ¿Hay tema más importante que la familia? No solo nos habla de lo que más nos importa: las relaciones, la maternidad, la muerte, la pérdida... sino también del paso del tiempo. Es un compendio de los temas que más me interesan. Siempre acabo volviendo a la familia, aunque intente evitarlo.

  • Mujerhoy. En 'Diamante azul' aparecen rasgos físicos repetidos, maldiciones, objetos que parecen vivos... ¿Podemos hablar de realismo mágico? Care Santos. Me gusta mucho la comparación. Durante gran parte de mi vida habría dicho sin dudar que García Márquez era mi escritor favorito. Quizá ahora no lo diría tan a ciegas. Pero nuestra vida está llena de realismo mágico...

  • Mujerhoy. ¿De cosas inexplicables? Care Santos. Claro. Solo hay que estar atento. El reloj que aparece en la novela, el que toca cada vez que tiene que morir alguien, existe. Era de mi abuela y lo tiene una prima mía, que cuenta esa historia de una forma incluso más exagerada.

  • Mujerhoy. Traza también usted el retrato de una época. Care Santos. Sí, mostrar la sociedad en la que los personajes se mueven nos ayuda a comprenderlos. Eso tiene mucho interés desde nuestro punto de vista de lectores actuales. Puede que mis novelas tengan un universo decimonónico, pero deben estar ancladas en la manera de contar a un lector actual, acostumbrado a la rapidez, a la acumulación de acción.

  • Mujerhoy. ¿Es la memoria femenina distinta a la masculina? Hay un anecdotario familiar que suele transmitirse de madres a hijas... Care Santos. Creo que el interés por la arqueología familiar es femenino, no sé por qué. Quizá emocionalmente necesitamos más explicaciones, espejarnos, encontrar ejemplos... Pero es cierto que, salvo muy contadas excepciones, la tradición oral es femenina.

  • Mujerhoy. ¿Y tiene sentido hablar de literatura femenina, por y para mujeres? Care Santos. La novela que nace a finales del siglo XVIII, y de la que somos deudores, nació, sobre todo, dirigida a un público femenino. Es lógico que las mujeres se hayan sentido cómodas en ella, porque obedece a nuestros intereses, pasiones y necesidades. A mí ya no me preocupa pensar si escribo para mujeres o para hombres. Es probable que esta novela les interese más a ellas, aunque yo a más de uno les daría un curso acelerado sobre literatura supuestamente femenina. Entenderían quizá mejor el mundo en el que viven.

  • Mujerhoy. Pero hablar de literatura femenina ¿no coloca a las escritoras y a las lectoras en un lugar menor? Care Santos. No sé que decirte. Yo no me ofendo fácilmente. Me molestan las etiquetas, pero hoy, en el mundo editorial, decir que algo es para mujeres es un halago. Me da lo mismo. Que me lea quien quiera, quien tenga ganas de emocionarse. Me trae sin cuidado si eso es para hombres o para mujeres.

  • Mujerhoy. ¿No será que los hombres suelen tener una pomposidad especial cuando hablan de sí mismos? Care Santos. Desde luego [Risas]. Hay un tipo de hombre muy buen vendedor de sí mismo. Y quizá nosotras adolecemos de lo contrario, de ir de humildes. Dentro de la literatura no hay segundos, ni primeros, sino gustos, tendencias... Hay cada vez más agentes, editoras y críticas, pero al prestigio no ascendemos. Basta preguntarse cuántas mujeres hay en la Real Academia. O en las listas de premios. Eso sí que me irrita.

A algún hombre le daría un curso de literatura "femenina". Y quizás entendería mejor el mundo.

Care Santos

Literatura juvenil:

Maestra en un género nada menor. "Es el público más exigente y solo los que no han escrito para jóvenes pueden decir que es un género menor dice Care. Un chico solo lee si de verdad algo le gusta, le dan igual los premios o quién seas. Y es una edad muy intensa, en la que dejan de leer porque tienen que enamorarse, rebelarse, estudiar...". Ella misma tenía prejuicios, hasta que una amiga editora le propuso escribir una novela juvenil. "Y ya no lo dejaré nunca; bueno hasta que ellos que me quieran". Ha escrito casi una treintena de títulos y su obra, premiada en múltiples ocasiones (Gran Angular, Edebé, Ramon Muntaner) se ha traducido a 18 idiomas.

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Como elemento de Fuego, los Aries son apasionados y aventureros. Su energía arrastra a todos a su alrededor y son capaces de levantar los ánimos a cualquiear. Se sienten empoderados y son expertos en resolver problemas. Pero son impulsivos e impacientes. Y ese exceso de seguridad en sí mismos les hace creer que siempre tienen la razón. Ver más

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