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"El animal posee una sabiduría que hemos olvidado"

El sufrimiento de una mujer enferma se convierte en monólogo filosófico en la voz de esta poeta imprescindible.

La escritora Chantal Maillard / Vicens Giménez

E. DE LOS RÍOS Madrid

El último libro de Chantal Maillard, 'La mujer de pie' (Ed. Galaxia Gutenberg) es disruptivo, por utilizar esa fea palabra que hoy parece imprescindible para cualquier idea, organización o negocio. Paradójicamente, la claridad y belleza de sus páginas nos lleva hacia honduras dolorosas: el sufrimiento de una mujer enferma, la proximidad de la muerte, el camino del propio duelo. Asuntos que asoman en forma de un cuestionamiento de la tradición del pensamiento occidental que nos quiere fragmentados, desconectados, solos.

Escritora, doctora en Filosofía especializada en filosofías y religiones de India y Premio Nacional de Poesía en 2004, Maillard (Bruselas, 1951) plantea una refutación total del saber de nuestra tradición, preso de una soberbia que nos aleja de nuestra propia naturaleza, del resto de seres vivos y del planeta mismo. Si existe un libro antisistema hoy en las librerías, es este. Y aunque la muerte planea, lo que le late al lector es la vida.

'La mujer de pie' trata de la escuha. De los ruidos de fuera y de los de dentro.

Más artefacto narrativo que novela, 'La mujer de pie' es manifesto político, ensayo filosófico y discurrir poético sobre la dolorosa existencia de la misma autora, una mujer que nos ofrece aquí un destilado preciso y precioso de toda una vida de creación y reflexión.

  • Mujerhoy: ¿Es este su libro más duro? Chantal Maillard: He escrito cosas más duras, pero están en una colección de filosofía, se recibieron de otra manera. Husos: notas al margen (Ed. Pre-Textos) es un libro que trata de cosas terribles.

  • Mujerhoy: Tengo la impresión de que maneja aquí ideas largamente pensadas y quizá ya escritas. Chantal Maillard: Sí, por supuesto, pero las ideas evolucionan al tiempo que la experiencia, y cada libro las aborda desde una perspectiva distinta. En mis "diarios" esto es muy evidente, porque en cada uno de ellos se articulan en torno a un tema concreto. En Filosofía en los días críticos (Pre-Textos) es la pasión. En Husos, el duelo y la pérdida (la de un ser querido y también la de una parte de mi anatomía). Bélgica versa sobre la memoria, son cuadernos de viaje hacia los territorios de la infancia. Diarios indios se centra en la observación de la propia mente y la construcción del observador interno.

  • Mujerhoy: ¿Cuál es el tema en este? Chantal Maillard: 'La mujer de pie' es alguien que no puede sentarse. No puede porque, en cuanto lo intenta, el dolor le hace levantarse. El tema, por tanto, es la enfermedad y la invalidez. Pero la mujer de pie es también alguien que decide observar los vaivenes de su propia mente bajo los efectos de la analgesia. Esto hará que para ella el dolor se convierta en un instrumento. La observación es su tarea. Deja de ser víctima de sus circunstancias para convertirse en observadora. Por tanto, 'La mujer de pie' también trata de la escucha. De los ruidos de fuera y de los de dentro. Así como la araña no puede dejar de segregar saliva, decía Nietzsche, la mente no puede dejar de segregar pensamientos. Podemos observar. Tan solo hace falta tomar distancia. Oír y mirar lo que la propia mente nos cuenta, sin implicarnos. Si nos aquietamos comprobaremos que lo que percibimos son una retahíla de fragmentos sonoros y visuales, y que, como con los fotogramas de una película, la continuidad viene dada por la velocidad con la que se proyectan. Lo curioso es que a esa continuidad ilusoria le hemos dado un nombre: yo. Y hemos creído en él. Como hemos creído en la noción de individuo, que a partir de la industrialización vino a ocupar una posición privilegiada en nuestro vocabulario porque, evidentemente, cumplía una función.

  • Mujerhoy: ¿Qué función? Chantal Maillard: Reforzar las diferencias. Las diferencias son imprescindibles en una economía de mercado. Diferencias personales y territoriales. Identidad y diferencia son las dos caras de una misma moneda. Y las diferencias, entre otras cosas, propician y fomentan las contiendas que la industria armamentística necesita generar para, con sus beneficios, sostener el movimiento de la rueda de consumo a la que llamamos "bienestar" en los países en los que, curiosamente, estas guerras no tienen lugar.

  • Mujerhoy: ¿Qué papel juega en este contexto la filosofía? Chantal Maillard: Tal como yo la entiendo, la filosofía enseña o debería enseñar a detectar las creencias en las que estamos. Es o debería ser un método de desaprendizaje. Damos por supuesto demasiadas cosas. De niños aprendemos que a determinadas horas se hacen determinadas cosas, que para dormir uno se pone el pijama, que algún dios nos protege y que el teléfono o las botellas de plástico han existido desde siempre. Damos por supuesto que todo esto es algo normal. Y que también es normal estar vivo.

  • Mujerhoy: Somos crédulos. Chantal Maillard: Necesitamos creer. La filosofía fue para mí una vocación que descubrí a los 13 años. Hice de ella mi profesión. Pero llega un día en el que te das cuenta de que la historia de nuestro pensamiento se ha tejido con sólo un tipo de lana, y muy pocas hebras: unos pocos conceptos a los que se ha ido dando vueltas y más vueltas a lo largo de siglos. Y que bien podían haber sido otros. Entonces es cuando te dices que convendría empezar a pensar desde cero y a la inversa. Cualquier persona debería, al menos una vez en su vida, sentarse media hora de cara a una pared vacía y ver pasar los pensamientos, como pasan las nubes por el cielo, para saber lo que es aquello a lo que llamamos mente y yo.

  • Mujerhoy: En 'La mujer de pie' dice que el pensamiento es la herida. Chantal Maillard: Tinnitus es el nombre que se le ha dado a ese sonido o silbido que algunos percibimos en el oído cuando hay mucho silencio. Podemos pasarnos la vida sin percatarnos de ello, pero si un día lo percibimos, no podremos dejar de oírlo. Y es desquiciante. Con el ruido mental pasa algo parecido: normalmente no lo oímos porque nos identificamos con él, pero una vez que tomamos conciencia de él es difícil dejar de oírlo. Se produce entonces una especie de esquizofrenia, porque ¿quién es el que habla y quién el que escucha? ¿Dónde se sitúa el que escucha los ruidos de la matraca mental?

  • Mujerhoy: Es fascinante cómo logra trasladar cuestiones tan complejas con tanta sencillez... Chantal Maillard: Simplemente me hago vieja [sonríe]. Y eso es bueno, porque creo que sólo una mujer después de la menopausia puede llegar a ser sabia. Los hombres lo tienen más difícil... Las hormonas le imprimen mucha velocidad a la mente y esto hace que nos identifiquemos más con nuestras emociones. Los sentimientos también son mentales. Cuando las pulsiones están en clama, la mente también se calma, y es posible escuchar con mayor claridad.

  • Mujerhoy: ¿Qué voz? Chantal Maillard: La voz animal. La importancia y la superioridad que le otorgamos a nuestra especie es algo que siempre me ha soliviantado. El animal posee una sabiduría que hemos olvidado. No destruye su hábitat, respeta el equilibrio que lleva en sus genes, sabe de antemano cuándo se avecina una catástrofe y cuándo tiene que huir. En nosotros este saber se ha atrofiado. Le hemos otorgado demasiada importancia al órgano del juicio y éste se ha impuesto sobre el de la escucha. Recuperar aquella voz, la del animal perdido en nuestro interior, es importante si queremos detener la destrucción que hemos iniciado. Confieso que no soy optimista. Deberíamos aprender que no podemos defender sin consecuencias la vida de una especie en detrimento de las otras. Deberíamos dejar de desear ser inmortales. Y no lo haremos.

21 de marzo-19 de abril

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Como elemento de Fuego, los Aries son apasionados y aventureros. Su energía arrastra a todos a su alrededor y son capaces de levantar los ánimos a cualquiear. Se sienten empoderados y son expertos en resolver problemas. Pero son impulsivos e impacientes. Y ese exceso de seguridad en sí mismos les hace creer que siempre tienen la razón. Ver más

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