El desafío empieza hoy

El dolor es temporal y la satisfacción, para siempre". Este es el lema que las cinco componentes del conjunto español de gimnasia rítmica gritarán juntas antes de salir al tapiz del Olympic Arena de Río de Janeiro el 20 de agosto. Una reflexión motivadora que les hizo llegar una fan y que convirtieron, desde entonces, en su grito de guerra.

Si algo les sobra a Alejandra Quereda, Artemi Gavezou, Lourdes Mohedano, Elena López y Sandra Aguilar son ganas e ilusión. Tras quedar cuartas en Londres 2012, este mismo grupo hizo historia en la rítmica española logrando el oro en los Campeonatos del Mundo de Kiev (2013) y Esmirna (2014).

"Nos falta una medalla olímpica, pero en Río están muy caras", afirma prudente Alejandra, la capitana. Entre sus rivales directas, países como Rusia, Bulgaria o Italia. "En gimnasia es muy difícil hacer cábalas porque dependes de los jueces y cualquier fallo puede echar por tierra el trabajo de años", explica Elena. Pero todas están de acuerdo en que no hay que obsesionarse con los metales; el objetivo para estos Juegos es dar lo mejor de ellas mismas.

La rítmica es un deporte que combina elementos de ballet, gimnasia y danza con acrobacias y el uso de algún aparato: aro, pelota, mazas, cinta o cuerda (excluida actualmente de las competiciones).

En Río todas las participantes realizarán dos ejercicios: uno con cinco cintas y otro mixto con mazas y aros. Los favoritos de unas y los más temidos por otras. Y tan decisivos como la ejecución son el maillot, la música, la expresividad o el look de las gimnastas. Porque nadie discute que la rítmica es la disciplina deportiva en que la estética juega un papel más importante. Y firmas de cosmética como Germaine de Capuccini colaboran con nuestra selección para que en cuestiones de belleza las españolas sean también las primeras.

"Estamos encantadas con su ayuda porque hasta ahora nos cuidábamos muy poco la piel y, en este deporte, nuestra imagen también es importante", reconoce Sandra. Germaine de Capuccini tampoco podría haber escogido un partner mejor; difícilmente encontrará un grupo que tenga tanta constancia. "Somos igual de disciplinadas para todo", continúa.

El maillot se diseña en función de la composición que vaya a sonar y, respecto al peinado y maquillaje, la rítmica sigue unos patrones que apenas han variado en las últimas décadas. El make up es bastante marcado, centrando especialmente la atención en los ojos y la boca. El pelo siempre se recoge en un sencillo moño supertirante. Y curiosamente, son ellas las artífices de la transformación. Nada de profesionales; la misma destreza que muestran con los aparatos la tienen con los pinceles.

"Cuando éramos pequeñas nos maquillaban nuestras madres o nos enseñaban las entrenadoras cuenta Lourdes. Ahora apenas tardamos unos minutos en arreglarnos y las cinco lo hacemos de una forma similar para que también haya uniformidad en este aspecto". Por eso se declaran adictas a Purexpert 1-2-3, el programa de belleza en tres pasos de Germaine de Capuccini: limpiar, renovar e hidratar. "El maquillaje que usamos es muy intenso y hay que eliminarlo bien para que los poros respiren", explica Elena.

En lo que sí ha cambiado esta disciplina es en el cuerpo que lucen las gimnastas. Lejos de aquellas niñas diminutas y sin curvas, este equipo esta formado por mujeres altas, femeninas y estilizadas. Todas tienen entre 22 y 25 años y se alimentan de forma saludable, como haría cualquier deportista. No hay más que verlas devorar la comida antes de la sesión de fotos.

"Ahora solo nos pesan un par de veces al año porque no hace falta que nos controlen, nosotras ya sabemos cómo tenemos que estar. Cuidamos la alimentación, pero también nos permitimos algún capricho", afirma Artemi. Porque ya se encargará la dura preparación física de que estén siempre en plena forma. Siete horas diarias de entrenamientos, de lunes a sábado, que incluye gimnasio, ballet "es lo que menos nos gusta", confiesa Alejandra, natación o running con el principal objetivo de conseguir unos músculos fuertes y flexibles. Además de perfeccionar la técnica a base de ejecutar idénticos pasos infinitas veces.

"Este deporte es durísimo físicamente, pero también psicológicamente. Repetir el mismo ejercicio día tras día, que es la única forma de interiorizarlo para no cometer fallos, es agotador", explica Sandra. "La rítmica duele", resume Alejandra. "Siempre es posible hacer algo mejor, no hay límite", suele decir la seleccionadora nacional Anna Baranova. Y ellas lo saben.

Cuando ves al público en pie aplaudiendo y a las niñas observándote con admiración se te olvidan las renuncias", cuenta. Entre ellas, celebrar un cumpleaños con los tuyos o decir adiós a tus padres en plena adolescencia. "Recuerdo esos momento con sensación agridulce; estaba feliz porque era lo que deseaba hacer pero al mismo tiempo sentía una pena horrible". Es una de las gimnastas con más personalidad.

Hija de griego y española, Artemi compitió con Grecia antes de decidir formar parte de la selección española hace solo tres años. No fue fácil dejar allí a sus padres y su hermana, por la que se inició en la rítmica. ¿Lo más complicado de la competición? "Recuperarte cuando cometes un fallo. Te apoyas en tus compañeras y tus amigos, y piensas que un día eres tú y otro día será otra, pero no es fácil", continúa. 

Si tiene que elegir un producto de Germaine de Capuccini se queda con Ice Fusion Bruma Solar Golden Caresse. "Espero poder utilizarlo este verano en Río. Además de proteger la piel, que es lo fundamental, resulta muy refrescante. Y es muy cómodo, porque sirve tanto para el rostro como para el cuerpo".

Empezó con el ballet, pero a los seis años probó con la gimnasia. Su progresión fue tan espectacular que a los 18 ya era nombrada capitana de la selección. "Mi misión consiste en mediar entre el cuerpo técnico y las gimnastas, y estar ahí cuando una compañera me necesita". ¿Cómo lo compagina con Medicina? "Cuesta mucho, pero el esfuerzo y la disciplina que exige este deporte se traslada a todos los ámbitos".

La más laureada del equipo parece también la más reservada, pero sus compañeras dicen que nadie mejor que ella para arrancarles una sonrisa. "Nos llevamos genial", dice. Una buena fórmula para mantener a raya los bajones. "Ser constante es lo más complicado, pero me apasiona lo que hago. Además, no todo el mundo puede vivir lo que he vivido yo, conocer a tanta gente ni disfrutar de sensaciones tan intensas".

"La gimnasia rítmica es un arte hecho deporte", afirma. Lourdes, que fue la deportista española más joven en los Juegos Olímpicos de Londres "me emocioné mucho en la final", cuenta, está deseando que empiecen los de Río. "¡Y que terminen! Sueño con las vacaciones... reconoce para poder pasar un tiempo en su Córdoba con mi gente. No nos valoran como a los futbolistas pero en mi tierra me hacen mucho caso", afirma orgullosa.

¿Y qué hará cuando se retire? "Prefiero no pensarlo, nuestros planes son siempre a corto plazo, pero me gusta mucho la fotografía, la moda, las revistas... ¡Me encantaría ser actriz!", dice con ilusión. Su capitana dice que Lourdes es tenaz como ninguna y siempre consigue lo que se propone.