Lo bueno sin conciencia

En el terreno de las opiniones, no es fácil hablar de conciencia...

SUSANNA TAMARO

Si la verdad no existe, la conciencia tampoco. O, mejor dicho, hay tantas como opiniones. "¡Lo he hecho de acuerdo con mi conciencia!", se dice. Sí, pero, ¿qué es lo que te dicta? Hasta Hitler obrara en conciencia; y Pol Pot; y todos los pedófilos que violan bebés.

En un mundo dominado por la dictadura del deseo, la conciencia es precisamente eso que se desea y se considera que es lo mejor para nosotros. Si ya no hay antiguallas morales que puedan ejercer un freno, todo lo que se desea es bueno. Para Hitler era bueno exterminar a millones de judíos; para un mafioso es bueno eliminar a un adversario de la manera más cruel. El resultado salta a la vista para cualquiera que sepa mirar. La violencia sin control, la rescisión del contrato social, la desesperación, la ansiedad , los ataques de pánico y de locura campan por sus fueros a lo largo y ancho del planeta.

Desde un punto de vista ético, es la señal de que una especie se está dirigiendo hacia un callejón sin salida. Acabar con las estructuras internas que permiten la vida en sociedad no puede resultar que en una debacle vertiginosa y brutal. Las llamadas a la bondad y a la no violencia son predicar en el desierto. A pesar de las terribles abominaciones del siglo XX (que nos deberían hacer reflexionar), estamos convencidos de que el mal no forma parte intrínseca de la condición humana. Incluso la iglesia ha apartado de sí el amargo cáliz y, al hacerlo, se ha visto reducida, en muchos casos, a ejercer un papel algo más mundano, a ser una institución que inspira sentimientos benévolos y poco más.

Los cristianos son buena gente. Con esa candidez del creyente que perdonamos porque, si no, ¿quién se iba a cupar de todos los vagabundos? Tú decides si quieres ser bueno y sonriente y buscar una justificación para todos, sin denunciar nada de lo que pasa a tu alrededor... o, por el contrario, si te dejas atravesar por el rayo de la verdadera bondad.

21 de marzo-19 de abril

Aries

Como elemento de Fuego, los Aries son apasionados y aventureros. Su energía arrastra a todos a su alrededor y son capaces de levantar los ánimos a cualquiear. Se sienten empoderados y son expertos en resolver problemas. Pero son impulsivos e impacientes. Y ese exceso de seguridad en sí mismos les hace creer que siempre tienen la razón. Ver más

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