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¿Qué retos queremos alcanzar?

No es una carta a los Reyes Magos ni una lista de buenos propósitos, sino la denuncia (con datos que hieren) de una desigualdad en la que toda la sociedad está implicada

Las mujeres luchan por la desigualdad / fotolia

VICTORIA CASTRO

"No se trata de crear presupuestos especiales. Queremos el 50% de todo. Eso es lo que nos corresponde y esa es la verdadera igualdad". Las contundentes palabras de Mar Mas, presidenta de la Asociación para las Mujeres en el Deporte Profesional, podrían aplicarse a cualquier otro aspecto de nuestra sociedad. Son muchas las asignaturas pendientes y llegado a este punto del año, hemos decidido hacer balance de lo que nos falta, no tanto para hacer una carta a los Reyes Magos, sino para recordarnos, a todos, que no hay motivo para la complacencia.

En el terreno laboral podríamos, para empezar, hablar de que necesitamos humanización, un concepto que no es exactamente lo mismo que conciliación porque, como explica Beatriz Recio, directora y CEO de Womantalent, la conciliación -que perpetúa roles tradicionalmente asignados- se ha convertido en un concepto que, paradójicamente, daña profesionalmente a la mujer. Otras, como la artista visual y activista Yolanda Domínguez, proponen que se empiece a hablar de "responsabilidad de expresión". Sobre todo frente a los que claman por la libertad de expresión cada vez que quieren justificar abominables palabras machistas.

Y es que a día de hoy hay demasiadas justificaciones que ya no cuelan y los datos denuncian lo que, en teoría, está superado. Es complicado explicar por qué, a pesar de que la sanidad sea un área tan feminizada, en el comité que representa a todos los Colegios de Médicos españoles no haya ni una mujer. Decir que son los mejores los que llegan arriba es inverosímil cuando, de media, los expedientes académicos universitarios femeninos superan a los masculinos. Tampoco parece "justo" que el Tribunal Constitucional, que se encarga de proteger el cumplimiento de la Carta Magna, no dé ejemplo de equidad en su composición, con solo dos mujeres entre sus 11 miembros...

Y así en casi cualquier disciplina laboral, cultural o deportiva. ¿Cuáles son las acciones que debemos asumir como grandes desafíos para el año que comienza? Lamentablemente, los mismos que en 2016 y hasta en 2000, pero nos negamos a creer que son irresolubles.

Retos a alcanzar:

  • Violencia: educar, denunciar y defender. Más de 50 mujeres han muerto este año a manos de sus parejas o ex parejas. Y, además de esta escalofriante cifra, un par de datos indican que la situación no lleva camino de mejorar. Por un lado, el 40% de las mujeres asesinadas había denunciado a su maltratador. Y por otro, el Ministerio del Interior ha publicado por primera vez el número de menores de edad víctimas de esta lacra: 552 adolescentes necesitan protección. "Es una cifra alarmante que indica un fallo global en educación y prevención: el sistema no protegió a ese 40% de mujeres que pidieron ayuda. Nunca había ocurrido nada semejante", denuncia Nuria Varela, investigadora en la Universidad Rey Juan Carlos y docente en Igualdad y Violencia de Género. Entre las medidas urgentes, Varela destaca incluir como materia obligatoria la educación afectivo-sexual de la escuela infantil a la universidad, un pacto de Estado y promover la formación especializada, ya que "hay más de 100 juzgados de violencia de género con personal (jueces incluidos) que no saben del tema".

  • Brecha salarial: salvarla de una vez por todas. España es el país europeo en el que más ha crecido la brecha salarial de género. Desde que se inició la crisis, hemos pasado del 12 al sexto puesto entre los países con mayores diferencias salariales entre hombres y mujeres. Un reciente estudio de Oxfam Intermón indica que las españolas necesitarían trabajar 50 días más al año para llegar al sueldo masculino. Y el último informe de la Organización Internacional del Trabajo lo confirma: ellas cobran de media un 20% menos, porcentaje que crece cuanto más alto sea el puesto (las ejecutivas perciben un 40% menos que sus homólogos varones, y las altas directivas, un 52% menos). "Los programas de ajuste han sido muy duros para los sectores más vulnerables y, por tanto, para las mujeres", explica Miren Etxezarreta, autora de ¿Para qué sirve realmente la economía? (Paidós). "El capitalismo se basa en una desigualdad estructural, por tanto no se trata de recetar medidas como si fueran medicinas. Hay que transformar el sistema para hacerlo más justo".

  • Hijos y conciliación: ¡no son cosa de mujeres! En España solo un 5,7% de hombres frente al 27,6% de mujeres trabaja a tiempo parcial por el cuidado de los hijos. Cada día, ellas dedican dos horas más que los hombres a las tareas domésticas y su tiempo libre es menor en, al menos, una hora. Ancladas en un pasado "presentista", pese a los buenos resultados que obtienen las compañías que optan por flexibilizar los horarios, las empresas españolas parecen reacias al cambio. Sin embargo, pioneras como Ferrovial o Repsol se muestran satisfechas con los resultados y hasta el Gobierno se ha propuesto racionalizar los horarios para hacernos más productivos y, de paso, más felices. Aunque, quizá el término conciliar ya no sea el adecuado. "Es un concepto obsoleto porque se vincula a mujer y maternidad, y nos perjudica -dice Beatriz Recio-. Si cuidamos a los trabajadores, seremos más competitivos. Alguien contento rendirá más que otro que no puede bañar nunca a su bebé (sea hombre o mujer), ni cuidarse y atender a las personas que le importan"

  • Pobreza: sin rostro femenino. El 38% de los núcleos familiares con un solo cabeza de familia -que en un 86% es una mujer- vive por debajo del umbral de la pobreza y está en riesgo de exclusión social, según Save the Children. Desde Cáritas confirman que, en cuanto a pobreza, el colectivo que más les preocupa y que más está sufriendo la crisis son las familias monomarentales. "Muchas de esas mujeres trabajan, pero en condiciones de enorme precariedad. A las madres de familia con hijos y sin pareja no les está llegando la recuperación económica -explica Guillermo Fernández Maíllo, del equipo de estudios de Cáritas-. Es necesaria una renta mínima para las más afectadas por la pobreza, extender la que hay de 100 euros a familias numerosas para llegar a todas y, si hubiera que priorizar, que fuera para las monomarentales".

  • "Tasa Rosa": si es más barato... compra azul. A las mujeres nos suben los precios sí o sí. Ya sea para pagar un 21% de IVA en productos básicos de higiene como compresas y tampones como para colarnos la llamada "tasa rosa". El encarecimiento en artículos femeninos respecto a su versión masculina oscila entre el 7% y el 24%. El caso más paradigmático son las cuchillas de afeitar. "Que cueste más por ser rosa parece un poco absurdo -comenta Rosa Ferrer, vocal de COSME (Comité sobre la Situación de la Mujer en la Economía)-. Hay que informarse bien sobre la calidad y las características reales de los productos, algo a veces tan simple como leer el envase". Y, si el producto es más barato y tiene iguales prestaciones, ¡elige la versión azul!

  • Imagen: olvidemos la cosificación. En España este año se retiraron por machistas campañas del limpiador Cillit Bang, del Centro Comercial Plaza Mar 2 de Alicante, del Mercado Lonja del Barranco de Sevilla y de JC Decaux, concesionaria de Metro de Madrid. No son casos aislados. Yolanda Domínguez, artista visual y activista, señala el nuevo anuncio de Replay que muestra a tres mujeres semidesnudas con el eslogan "Touch it" (Tócalo). "El mensaje implícito es que da igual una mujer que otra, son mercancía. Somos representadas como cuerpos meramente ornamentales: accesorios, prescindibles e intercambiables", explica. También recuerda que "se usan partes del cuerpo de una mujer desvinculados de su dimensión humana. Muchas veces sin cabeza, solo pechos, caderas o piernas. Y no se puede empatizar con un objeto: esa es una de las claves de la violencia contra la mujer".

  • Deporte femenino: objetivo, el 50 %. En los pasados Juegos Olímpicos, las deportistas españolas casi alcanzaron la paridad (52% ellos, 48% ellas) y ganaron, cómo en los anteriores, más medallas que sus compañeros. Pero esa igualdad queda en mero espejismo si se comparan las condiciones laborales por genero en el deporte profesional. En ningún otro sector existe un convenio laboral solo para los hombres. Además de las abrumadoras diferencias salariales, pese al creciente interés del público, el deporte femenino, apenas ocupa un 5% del espacio en los medios. Esa invisibilidad hace desaparecer los patrocinios, apoyo imprescindible para sus carreras. Además, a algunas deportistas les exigen renunciar a su maternidad por contrato, con cláusulas que equiparan el embarazo a doparse, como denuncia la Asociación para las Mujeres en el Deporte Profesional (AMDP). Su representante jurídica, la abogada María José López, asegura que "es urgente cambiar un marco normativo porque el actual hace que la mujer compita en desventaja". La presidenta de AMDP, Mar Mas, considera "lamentable" la situación de las deportistas profesionales en 2016. "No necesitamos nada extraordinario, sino que los presupuestos corrientes se repartan con igualdad".

  • Jerarquía laboral: tomar el mando. Las mujeres solo ocupan el 36% de los puestos directivos, el 20% en los consejos de administración de empresas del Ibex-35 y el 13% en sectores tecnológicos. La situación se repite en la universidad, donde, aunque el 40% del profesorado es femenino, la cifra de catedráticas es únicamente del 20%. Las razones van desde la falta de voluntad política a la discriminación. Otra es, como señala Gloria Poyatos, presidenta de la Asociación de Mujeres Juezas de España (AMJE), la "falta de visibilidad". Para reclamarla, AMJE pide que en el Tribunal Constitucional (TC), que será renovado parcialmente en enero, se aumente la presencia femenina. En estos momentos, solo hay dos mujeres entre sus 11 integrantes. En el mundo judicial la conciliación y la antigüedad -la primera jueza fue nombrada en 1977-juegan en contra de las mujeres. De esta manera, el propio sistema no permite que asciendan. "El techo de cristal se produce con mayor virulencia en las cúpulas de los poderes donde se toman las decisiones que mueven el mundo -señala Poyatos-, es necesario acabar con ello".

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Como elemento de Fuego, los Aries son apasionados y aventureros. Su energía arrastra a todos a su alrededor y son capaces de levantar los ánimos a cualquiear. Se sienten empoderados y son expertos en resolver problemas. Pero son impulsivos e impacientes. Y ese exceso de seguridad en sí mismos les hace creer que siempre tienen la razón. Ver más

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