Antes vieja que ridícula

“Prefiero pasar por vieja que por ridícula”, dijo la diseñadora Carolina Herrera en una entrevista reciente...

Edurne Uriarte
EDURNE URIARTE

“Prefiero pasar por vieja que por ridícula”, dijo la diseñadora Carolina Herrera en una entrevista reciente. Me hizo pensar, y no solo por mi gran admiración hacia su exquisita elegancia, o porque coincido en su crítica a los adefesios creados por algunos diseñadores, o en la idea de que el primer signo de vejez es el intento de parecer más joven. También porque ese dilema me lleva a preguntarme por otra frontera, no la que hay entre la vejez y el ridículo, sino entre el ridículo y la creatividad, la ruptura de viejas ideas, el atrevimiento, la alegría, el desafío, y no la tengo tan clara.

A mis 56 años, por supuesto, hace tiempo que me miro al espejo con cierto temor a parecer ridícula más que vieja. Aún más porque tengo varias amigas mucho más jóvenes y con un gran sentido estético, y a veces copio algunos de sus looks, como ocurre siempre entre amigas. Y me encanta Carine Roitfeld, maravillosamente moderna, atrevida, sexy y chic a sus 62 años, sin estar ridícula jamás.

Pero también recuerdo lo que le dijo hace algún tiempo su hija a una conocida mía muy elegante, cuando se puso una falda bastante corta: “Pero, mamá, ¿no te das cuenta del contraste que hay entre tu parte de abajo y tu cara?”. Y sabemos que los hijos son nuestros críticos más crueles. Seguro que hasta Carine Roitfeld tiene que escuchar cosas semejantes, pero el dilema es real porque la transición hacia la vejez es complicada en varios ámbitos, y el aspecto exterior es uno de ellos.

Mejor parecer vieja que ridícula, estoy de acuerdo con Carolina Herrera, sobre todo cuando veo algunos estragos de la cirugía estética, pero… también es cierto que mejor parecer viva que acabada, atrevida que conformista, creativa que contemporizadora. Y pienso en todos los ámbitos de la vida, no solo en la moda. La novedad, la creatividad y el cambio siempre corren el riesgo del ridículo y el miedo a ese ridículo también puede paralizarnos e impedirnos avanzar. Y los años te ponen arrugas y pliegues en la cara, en los brazos y en las piernas, pero no en el cerebro. Todo lo contrario, te dan experiencia, sabiduría y nuevas ideas, más capacidad para innovar, para inspirar y para liderar. Y para innovar y liderar, en el mundo o en tu casa, tienes que romper fronteras y desafiar el riesgo del ridículo. En tu modo de vida, en tus ideas y en tus vestidos.

No sugiero que dejemos a un lado la fi losofía de Carolina Herrera y acabemos pareciéndonos a, pongamos, Ivana Trump, la primera esposa del presidente estadounidense. Pero hay otros muchos caminos para osar con la diferencia. Cuando miro, por ejemplo, las fotografías de la joven Coco Chanel, me asombro de lo increíblemente actuales que parecen, de su prodigiosa capacidad para adelantar el futuro. Y estoy segura de que, entonces, muchos la encontraron ridícula.

21 de marzo-19 de abril

Aries

Como elemento de Fuego, los Aries son apasionados y aventureros. Su energía arrastra a todos a su alrededor y son capaces de levantar los ánimos a cualquiear. Se sienten empoderados y son expertos en resolver problemas. Pero son impulsivos e impacientes. Y ese exceso de seguridad en sí mismos les hace creer que siempre tienen la razón. Ver más

¿Qué me deparan los astros?