actualidad

No sin mi beca

Damnificados por la crisis y con la esperanza (todavía) de que la educación sea su pasaporte al futuro, miles de jóvenes disfrutan de una ayuda que les obliga a redoblar esfuerzos. Pese a las malas noticias, ni se resignan ni se rinden. Para ellos, tener una beca es vital

No sin mi beca / fotolia

B. NAVAZO

Cuando Andreu Fullana salió de Mallorca para ir a la universidad en Madrid, su madre le despidió llorando. Algunos años después, Andreu lo entiende. "Quizás veía en mí lo que ella no pudo conseguir por circunstancias familiares y personales: estudiar una carrera". En su familia, solo un primo había vivido esa experiencia antes que él. "Durante el Bachillerato, me preguntaba si podría estudiar lo que quería y si podría volver al curso siguiente. Por suerte y gracias a mis padres pude hacerlo, aunque con restricciones y con muchas ayudas de por medio". Entre ellas, la beca del Ministerio de Educación que cubre casi la mitad de sus gastos. La otra mitad proviene del enorme esfuerzo que realizan sus padres. Y del suyo propio.

En Alemania un máster cuesta unos 50€; en nuestro país unos 2.020 €

Y es que en España, más que en la mayoría de los países de nuestro entorno, ir a la universidad cuesta. Aquí un alumno paga de media 1.200 ¬ al año, una cifra que solo superan Reino Unido, Irlanda e Italia, según el informe National Student Fee and Support Systems 2015. Y España se sitúa como séptimo país más caro de la Unión Europea. Mientras que en Alemania el máster cuesta igual que el grado (en torno a los 50 euros), en España son 2.020 euros de media al año, unas 40 veces más.

Más becas, menos dinero

Carmen Moreno es estudiante de Biotecnología en la Universidad Politécnica de Madrid y ha hablado muchas veces de este asunto con los amigos que tiene desperdigados por las universidades europeas. "En el centro y norte de Europa, la Universidad no solo es gratuita para todos, sino que paises como Alemania, Holanda o Suecia tienen un sistema de financiación que consigue beneficios: en las facultades de ciencias se invierte en investigación y los resultados de las patentes revierten económicamente en el centro. Aquí no hay nada parecido". Hoy, a Carmen un curso le cuesta unos 2.100 euros, puesto que las carreras científicas son más caras. "Las tasas subieron un 300% un poco antes de que yo empezara, antes costaba 700 u 800 euros".

Las cifras muestran un descenso del 8,7% en el número de matriculaciones. O lo que es lo mismo, la universidad ha perdido, entre los cursos de 2011 y 2015, 127.674 alumnos, según el informe de la Fundación Conocimiento y Desarrollo, realizado en los 84 campus españoles (50 públicos y 34 privados). ¿Por qué? El informe lo atribuye a la reducción de la población de entre 18 y 21 años, pero también al endurecimiento de las condiciones para conseguir una beca.

Nuestras universidades han perdido casi 128.000 alumnos entre 2011 y 2015

La socióloga y economista Elena Sintes, directora ejecutiva de Vía Universitaria, Fundación Jaume Bofill y coautora del estudio Ser estudiante universitario hoy, explica que, tradicionalmente, en nuestro país las becas se concedían en función de la situación económica del estudiante. Luego, aparecieron nuevas ayudas basadas solamente en méritos académicos y, más recientemente, se ha producido un gran debate al asociar los requisitos de méritos a las que se conceden por motivos de necesidad económica, un criterio minoritario en el resto de Europa. En resumidas cuentas: en su opinión, "es un sistema claramente deficitario".

El peso de la familia

A pesar de que las becas llegan hoy a más estudiantes (el 29% de los universitarios recibe algún tipo de ayuda pública), la cantidad de dinero que perciben es menor que hace una década. Según han constatado en su investigación, "los estudiantes financian sus estudios y gastos cotidianos a través de la familia y el propio trabajo. Los progenitores son los principales financiadores de los gastos de los estudios en un 52% de los casos y, además, en un 50% también pagan la vivienda, los gastos de alimentación, ropa, teléfono e internet", afirma Sintel.

¿Para quién es una beca?

  • Las del Ministerio de Educación se conceden en función de requisitos académicos y económicos.

  • La beca de renta (un máximo de 1.500 ¬ por curso, según el umbral de renta) se destina a los estudiantes universitarios en situación económica más desfavorable.

  • La prestación de residencia se dirige a los alumnos que hayan tenido que desplazarse de su domicilio habitual, y está dotada de un máximo de 1.500 euros por curso.

  • De la beca de matrícula, que comprende el importe de los créditos de los que el alumno curse por primera vez, pueden beneficiarse (total o parcialmente) estudiantes con matriculas de honor, miembros de familias numerosas, alumnos con discapacidad...

  • La de cuantía variable depende de la renta per cápita del alumno y de su nota media. Para saber más: www.mecd.gob.es/educacion-mecd/mc/becas/2016/presentacion.

No hace mucho, las amigas de Irene García-Barroso, estudiante de Traducción e Interpretación, hicieron planes para ir al cine. Ella se lo perdió. Fue un fastidio, sí, pero era el cine o un billete de autobús para ir a casa. "Hay que mirar mucho el dinero -dice-, a veces se nos olvida que detrás de nosotros están nuestros padres haciendo un gran esfuerzo para que podamos formarnos. Estoy muy agradecida por tener la oportunidad de estudiar lo que me gusta". Como ella, el 30% de los estudiantes se sufragan los gastos trabajando a tiempo temporal o completo, o durante las vacaciones. Naroa Ocaña, graduada en Periodismo y Comunicación Audiovisual, es un ejemplo: "Llevo trabajando fines de semana y buscándome la vida desde que estaba en el instituto, casi siempre en cosas relacionadas con el deporte; así, a la vez que me ganaba un dinerillo, disfrutaba del ambiente y me servía también de distracción".

A Andreu el día también le da mucho de sí: va a clase, trabaja, dirige obras de teatro, escribe guiones y hasta ha rodado un cortometraje: 1936, crónicas de la guerra. "Me lo costeé, con ayuda de mis padres, después de trabajar todo un verano. En lugar de irme de vacaciones, preferí invertirlo en un proyecto que me serviría de portfolio". Por más negro que nos empeñemos a veces en pintarles el porvenir, por más que subrayemos los datos recientes que sitúan en el 23% el porcentaje de jóvenes de entre 15 y 29 años que ni trabajan, ni estudian ni reciben formación en nuestro país, todavía son muchos más los que ni se resignan ni se rinden.

21 de marzo-19 de abril

Aries

Como elemento de Fuego, los Aries son apasionados y aventureros. Su energía arrastra a todos a su alrededor y son capaces de levantar los ánimos a cualquiera. Se sienten empoderados y son expertos en resolver problemas. Pero son impulsivos e impacientes. Y ese exceso de seguridad en sí mismos les hace creer que siempre tienen la razón. Ver más

¿Qué me deparan los astros?