Tecera vuelta Doctor...

“Yo es que tengo la custodia completa del dentista, el pediatra, las broncas, los deberes y las extraescolares. Mi ex se ha quedado con el parque de atracciones, el McDonald’s y el rafting”

PALOMA BRAVO, PERIODISTA Y ESCRITORA Madrid

En la sala de espera del dentista solo hay madres. Madres trabajadoras, valga la redundancia. Tres han cedido el móvil a sus hijos y se concentran en dos iPads y un portátil. Peru, siempre raro, lee; yo, más rara, pienso. Una quinta niña hace deberes mientras su madre discute por teléfono. Al parecer, su interlocutor no ha entendido que si concede una entrevista lo normal es que el periodista la publique. “Somos pe-rio-dis-tas”, le deletrea al chisgarabís que quiere bajarse de internet. “No hemos contado mal tu historia, lo que pasa es que te has aco… acochinado”.

La madre periodista nos examina. Pidiendo permiso o pidiendo perdón. No sé. Mi hijo, que no tiene mi móvil, pero sí muy buen oído, me susurra el verbo mutilado. “¿A que sí, mamá? ¿A que iba a decir eso?”. Peru es el niño más pequeño de la sala y, desgraciadamente, el más atento. Está hipnotizado por la periodista que cuelga, se deja caer en el sofá y resopla. Rebosa adrenalina.

"Os dais cuenta de que somos todas mujeres y que no hemos ni rozado las revistas del corazón de la mesa? ¡Estamos todas trabajando! ¿Dónde están los padres?”

"Os dais cuenta de que somos todas mujeres y que no hemos ni rozado las revistas del corazón de la mesa? ¡Estamos todas trabajando! ¿Dónde están los padres?”. Lo ha preguntado al aire. Las dos madres del iPad sonríen tímidas; una se esconde y la otra contesta: “Yo es que tengo la custodia completa del dentista, el pediatra, las broncas, los deberes y las extraescolares. Mi ex se ha quedado con el parque de atracciones, el McDonald’s y el rafting”. Su hijo matiza: “No es rafting, mamá, es piragüismo…”. La madre se corrige: “Perdón, piragüismo”.

En mi caso –dice la madre del portátil– va por sueldo. Su argumento es que él gana más, que su hora de trabajo es más valiosa. Si se lo digo a mi jefe me mata o me divorcia, no sé...”.

“¿Y tú?”, la periodista ha buscado a la otra madre con iPad pero anda sepultada en su bandeja de entrada; así que me atrapa a mí. “Yooo…”, gano tiempo porque quiero contestar la verdad (mi verdad). Peru se me adelanta: “A mí el dentista me da miedo. Y me da menos miedo con mi madre que con mi padre. Mi madre me conoce más y me consuela mejor”. Me encojo de hombros y la periodista me compadece: “Estás jo… jorobada”.

No ibas a decir eso –la regaña Peru–. Siempre cambias los verbos...”. “Siempre no. A veces también los sustantivos. Hoy, por ejemplo, era un día de mier… miércoles, pero tú lo has arreglado”, contesta. Entonces llaman a Peru y mi hijo se despide de su nueva amiga con un consejo: “Bájate el FIFA 16 al móvil. Podrás dar patadas sin hacerte daño”. Sonríe seductor y satisfecho, como un adulto. A los pocos minutos le arrancan un diente y llora como un bebé. Tiene seis años y yo todavía le consuelo. 

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Dentista

21 de marzo-19 de abril

Aries

Como elemento de Fuego, los Aries son apasionados y aventureros. Su energía arrastra a todos a su alrededor y son capaces de levantar los ánimos a cualquiear. Se sienten empoderados y son expertos en resolver problemas. Pero son impulsivos e impacientes. Y ese exceso de seguridad en sí mismos les hace creer que siempre tienen la razón. Ver más

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