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Así es Brigitte Macron, la próxima primera dama de Francia

Su marido, Emmanuel Macron, es el nuevo presidente de Francia tras su victoria frente a Marine Le Pen. Su triunfo es el broche de oro a la historia de amor que iniciaron cuando él era un adolescente y ella, su profesora, 24 años mayor.

Brigitte Macron. / Getty

PEPA ROMA MAdrid

Emmanuel Macron es el nuevo presidente de Francia tras haber vencido a Marine Le Pen por un margen más amplio de lo que se esperaba y convirtiéndose, con 39 años, en el jefe del Estado francés más joven desde la Revolución de 1789. Exministro de Finanzas del Gobierno socialista, mediático, apuesto, independiente, vagamente de izquierdas, se ha situado al frente de un nuevo partido difícil de adscribir a una ideología clásica, con uno de esos nombres que suenan más a eslogan que a partido tradicional, En Marcha. Como candidato no solo logró superar en las encuestas a la muy temida extrema derecha de Marine Le Pen, sino también romper los esquemas de la alternancia de poder entre los partidos tradicionales.

No menos expectativas suscitó la primera dama in pectore. Brigitte Macron, de 64 años, es 24 años mayor que Emmanuel, que se enamoró perdidamente de ella a los 15 años, cuando estaba en Secundaria y ella era su maestra de lengua francesa en Amiens. Presentada a menudo en las viñetas humorísticas como "mamá Macron", con un niño colgado de la mano que representa a su esposo, dicen que es la mujer que ha creado y formado a su joven marido.

Ella es el factor humano del candidato. Su objetivo es conquistar el corazón de la gente.

Como ha reconocido el propio Emmanuel, fue ella quien le inspiró el gusto por la literatura y las artes. "Es la mujer que lo ha emancipado, que lo ha ayudado en sus estudios, que lo ha empujado a lo más alto", explica su biógrafa Anna Fulder en el libro 'Emmanuel Macron, un joven tan perfecto'. "Pero lo más raro, es que es la única mujer de su vida", añade la periodista. "Emmanuel tuvo una novia de su edad en la adolescencia, pero Brigitte es la mujer, la única que cuenta", relata con similares palabras el padre del exministro a Le Figaro.

Tras reencontrarse en París años después, prendió la chispa entre la antigua profesora y el alumno, de forma que Brigitte dejó a su primer marido para casarse con su joven enamorado.

Brigitte y Emmanuel Macron, en un acto oficial en el Elíseo, durante su etapa como ministro de Finanzas. / Getty

Retrato íntimo:

  • Nacida como Brigitte Trogneux en 1953, en Amiens.

  • Su familia es toda una institución en la zona. Dedicados a la fabricación de chocolate desde hace cinco generaciones,poseen varios establecimientos en Amiens, hoy regentados por su hermano Jean-Claude, desde los que exportan a todo el mundo.

  • En 1974 se casó con el juez André Auzière, en la mansión que la familia tiene en Touquet, cerca del Paso de Calais.

  • Del matrimonio nacieron tres hijos: Sebastian, de 42 años; Laurence, de 40; y Tiphaine, en 33.

  • Brigitte inició su carrera como docente en el Liceo La Providence de Amiens, donde en 1995 conoció a Emmanuel Macron cuando este solo tenía 15 años y ella estaba cerca de los 40.

  • Siguió trabajando como profesora en París, en los institutos Enrique IV y San Luis Gonzaga, hasta hace menos de dos años, cuando dejó su trabajo para dedicarse a la campaña de su marido.

  • Tras reencontrarse con Emmanuel y poner fin a su primer matrimonio, la pareja se casó en 2007 también en la residencia familiar de Touquet.

  • Brigitte tiene en la actualidad siete nietos.

Por fin casados

Cuando se casaron en 2007, en el antiguo caserón de la familia de Brigitte en Touquet, él tenía menos de 30 años y ella 54. Ella aportó a la familia dos hijos varones y una hija de su anterior matrimonio, que ya la han hecho abuela de siete nietos de entre 18 meses y 11 años.

Más que una pareja, Emmanuel ha encontrado en ella un clan, que se ha convertido en su equipo de campaña. El hijo mayor de Brigitte, Sebastian, un ingeniero casado con una compañera de profesión, dirige la campaña en las redes sociales; Laurence, cardiólogo, controla el seguimiento médico y antiestrés del candidato; y Tiphaine, abogada, se encarga de los encuentros electorales. Todo eso hace de los fines de semana en Touquet un lugar de encuentro multitudinario donde no se pone nunca la mesa para menos de 15 comensales. Sobre esa familia numerosa y variopinta, el candidato declara: "Hay mucho más amor en ella que en muchas familias convencionales". "Hoy existen muchos tipos de familia diferentes. De lo que se trata es de educar bien a los hijos y darles amor."

Es la mujer que lo ha emancipado y lo ha empujado a lo más alto”

dice su biógrafa.

Y en el centro, Brigitte, como abeja reina o directora de orquesta. "Es la parte no negociable de Emmanuel, el principal apoyo de un político poco influenciable, que obedece a su instinto y entendimiento", cuenta una amiga íntima de la pareja en Paris Match.

Más parecida a lo que se espera de una primera dama en Estados Unidos, Brigitte es muy diferente a las mujeres que han acompañado a anteriores presidentes franceses, siempre en una posición distante, cuando no a la sombra. Omnipresente, aparece en mítines y escenarios junto a su marido y lo acompaña a los platós de televisión. Y no es solo la diferencia de edad lo que suscita fascinación, sino la fusión de personalidades que aparentan. La intensidad de su relación es tal que la madre del candidato ha declarado: "Si Laetitia Casta se desnudara delante de mi hijo, él ni la miraría".

Convertidos en pareja de leyenda, son los Barak y Michelle Obama galos. "Se entienden con mirarse a los ojos", dicen sus íntimos. Igual que la unión hizo la fuerza de los Obama, o que es inconcebible imaginar el mandato presidencial sin Michelle, se dice que no hay Emmanuel sin Brigitte.

Como la exprimera dama norteamericana, es el poder blando, el factor humano. La calle, las asociaciones de mujeres, jubilados, niños, enfermos... son el terreno donde se mueve como pez en el agua. Su objetivo es conquistar el corazón de la gente. Decisiva en la campaña, no escatima esfuerzos a la hora de atender, escuchar o dar respuesta a las inquietudes de todo el que se acerca. Además de cumplir con una apretada agenda, contesta cada tarde a las preguntas de los ciudadanos en un chat.

Su espontaneidad crea empatía y suscita la confianza de los ciudadanos dispuestos a exponer sus opiniones o preocupaciones. Y allí por donde pasa, convierte los actos de campaña en emotivos encuentros, repartiendo simpatía y complicidad. "Para mí, ha sido un doloroso descubrimiento conocer de primera mano las dificultades por las que pasan parados, enfermos...", dice con palabras en las que el candidato encuentra rédito inmediato en las encuestas.

Una familia en campaña. Brigitte y su hija Tiphaine, durante un mitin de Emmanuel Macron para la primera ronda de las elecciones presidenciales francesas. / Getty

Como agua para chocolate

Tiene algo de Evita visitando hospitales, pero sobre todo pragmatismo y capacidad de tomar el pulso a la sociedad. Dicen que su mejor virtud es saber escuchar, tanto al staff de campaña como a los críticos, seguramente reflejo de la profesora acostumbrada a dialogar con sus alumnos.

Una carrera a dos hacia el Elíseo que les lleva a acostarse a las dos de la mañana y levantarse a las siete, dos momentos clave del día, en los que comparten sus experiencias y se dividen la tarea sin descuidar su intimidad. El desayuno es el momento de reunir fuerzas y alimento tanto para el cuerpo como para el corazón. Gasolina y endorfinas para el día en las que no puede faltar chocolate, en casa de la hija de uno de los chocolateros más famosos de Francia, los Trogneux.

¿Cuál es el secreto de la feliz pareja? Combinar pragmatismo con dulzura, alegría, firmeza, entusiasmo y feminidad, ha contestado Brigitte. Poco convencional, se confiesa enamorada, fatalista, supersticiosa y un poco aventurera. Todo ello la ha convertido en una especie de icono romántico para muchas mujeres.

Con su silueta esbelta y juvenil, que se presta a la falda tubo o al fourreau pegado al cuerpo, es la admiración y modelo de mujeres que sueñan o se han propuesto romper con las barreras generacionales. Y también la mujer a la que quieren vestir todos los grandes modistos de Francia. Una trend-setter que no necesita de Instagram para marcar tendencia. Pero sobre todo, el espejo perfecto para el candidato Macron, donde el político puede reconocerse en su rostro humano. 

Sin barreras. La pareja se ha convertido en modelo para muchas mujeres. / Getty

La mirada psicológica: cuestionar prejuicios:

  • Por Mariela Michelena, psicoanalista

"Soy independiente", dijo Emmanuelle Macron cuando se desvinculó del Partido Socialista, y esa declaración de intenciones parece ejercerla con la misma convicción en su vida privada. Un hombre brillante, joven y guapo, que a priori podría elegir entre una amplia gama de compañeras, escoge a su profesora, casada, con tres hijos y 24 años mayor. Sí. Es un hombre independiente que no se deja llevar por lo que se esperaría de él. De hecho, si la elección hubiera sido en el otro sentido -si el profesor casado y con hijos hubiera sido él, y hubiera dejado a su familia por una alumna 24 años más joven-, no estaríamos escribiendo estas líneas. Pero los hombres independientes son así. Eligen con libertad, sorprenden y ponen en cuestión nuestros prejuicios.

Quienes disfrutamos de Dustin Hoffman rendido a los encantos de Anne Bancroft en El Graduado, comprendemos el hechizo que atrapa a un adolescente ante una mujer con experiencia. Sin embargo, la historia no termina como un loco amor de juventud. Con todo en contra, esperaron años con sus vidas del revés, hasta casarse, y llevan más de dos décadas de relación.

Ante un caso como este, que rompe las convenciones, no podemos evitar preguntarnos: ¿qué busca un hombre en una mujer que casi le dobla la edad? La respuesta inmediata, la fácil, sería decir que una figura materna. Puede que sí. De hecho, el mismo Macron, en su biografía, apunta a su abuela entre los personajes más influyentes de su vida. Ella le contagió su amor por la literatura, y a su vera leía en voz alta a los clásicos. No debe ser del todo casual que, entre todas sus profesoras, él eligiera a la de Literatura, ni que entre las muchas virtudes de su brillante alumno, Brigitte destacara su talento para declamar.

Insisto, puede ser, pero lo cierto es que esta explicación no es suficiente. Porque sabemos que no haría falta una diferencia de edad semejante para que cualquier hombre encuentre a la madre en la mujer. De hecho, observo con frecuencia en mi consulta que muchas mujeres ejercen de madres de sus parejas. Sin proponérselo, y casi sin darse cuenta, les cuidan, les veneran, les corrigen, les miman, pretenden educarles y les perdonan lo imperdonable -como una buena madre con su hijo-, independientemente de la diferencia de edad.

La pasión edípica es universal, de manera que esa sería una explicación plausible pero no suficiente. Macron sería uno de tantos. Quizá debemos pensar, que el alumno encontró en su profesora a una mujer de su talla intelectual, con quien compartir pasiones que no se agotan en el dormitorio. Lo que hace que una mujer se enamore de un hombre, y un hombre de esa mujer, sigue siendo un misterio que despierta curiosidad. Y esa curiosidad se torna fascinación al hablar de políticos, que rigen nuestro destino y ocupan el lugar de figuras de autoridad.

21 de marzo-19 de abril

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