actualidad

Hinds y otras bandas de chicas que también triunfan en el rock

Son mujeres reales que tienen hijos –o no–, que han pasado por el conservatorio –o no– y que hablan del amor –o no–, con irónico desafío. Sin florituras, miedos ni prejuicios, reivindican su derecho al rock... porque les divierte.

Grupo Hinds. / d.r.

LOLA FERNÁNDEZ

Se suben al escenario por lo mismo que decían los Ronaldos: porque les gusta y porque les divierte. Pero tradicionalmente la crítica musical las ha ninguneado, utilizando la etiqueta “ bandas de chicas” como capa de invisibilidad, y negándoles el derecho a ser irrepetibles que sí tenían (y siguen teniendo) ellos. Imposible llevar la cuenta de las veces que hemos leído el titular “las chicas son guerreras” refiriéndose a Bikini Kill, Hole, por supuesto Dover y hasta a las poperas Nosoträsh, como si tocar en una banda fuera el sustitutivo de una especie de servicio militar musical. Por suerte, todo ha cambiado (muy rápido) y las bandas de mujeres son por fin narradas en toda su magnífica individualidad.

Con la generación millennial al timón del consumo cultural, que una mujer esté en primera de línea del escenario no parece requerir ya la dureza de un capitán de fragata. Al fin y al cabo, nosotras compramos la mayoría de las entradas para los conciertos, somos muchas más en los conservatorios, la música es central en nuestro ocio y es natural que cada vez tengamos más importancia en los carteles de los festivales y las programaciones de las salas. Este verano, el negocio musical ya experimentó cierto nerviosismo cuando un número apreciable de fans denunciaba por primera vez la ausencia de mujeres en los festivales. Y es que ese desequilibrio que las generaciones anteriores vivían como natural resulta hoy insoportable para las mujeres, dispuestas a organizarse para no comprar entradas si el talento de la mitad de la población no ocupa su lugar.

En nuestro país, un 34% de los solistas son mujeres, pero el porcentaje se desploma si se trata de grupos. “Es difícil que una niña quiera ser batería o técnica de sonido si no ve en los conciertos a mujeres ejerciendo esos roles”, explica Carmen Zapata, presidenta de MIM (Mujeres de la Industria de la Música), una asociación que defiende que las cuotas deben funcionar junto a la exigencia artística. “Si hoy vivimos una explosión de grupos con más chicas es porque en los últimos 20 o 30 años las niñas han sido mayoría en los conservatorios –explica Zapata–. Las han animado y están formando bandas porque la dificultad para su género sigue siendo enorme. Pero tendría que haber muchas más”. Estas jóvenes tienen, sin embargo, herramientas que pueden usar a su favor. “Dominan la tecnología y las redes, y eso les permite saltarse las estructuras de la industria y difundir ellas mismas sus canciones”. Por desgracia, la asociación sigue interviniendo en situaciones impresentables: apoyando a profesionales que tienen que escuchar que sus jefes las envíen a fregar o negociando discretamente para que una programación 100% masculina se abra a bandas femeninas. Queda camino. Mientras tanto, ellas están haciendo buena música.

Hinds

Somos hijas de la crisis: no tenemos nada que perder"

Contestan desde la furgoneta que las lleva de un concierto a otro en su intensa gira británica: se metieron en este lío “por las aventuras” y no se pueden quejar. Su primer disco, Leave me alone (2016), se coló directamente en el puesto 47 de la lista de ventas del Reino Unido, hazaña que las puso en el mapa de la (poco rockera) industria nacional. Vendieron todas las entradas de su primer concierto en Londres, han actuado en Glastonbury o en el late night estadounidense de Stephen Colbert y las han piropeado bandas como Black Keys o Primal Scream.

Hinds. / d.r.

Más sobre Hinds...

  • Son: Carlotta Cosials (voz y guitarra), Ana Perrote (voz y guitarra), Ade Martín (bajo) y Amber Grimbergen (batería).

  • A qué suenan: han pasado del rock de garaje a otro cada vez más soleado y pop.

  • Qué cantan: “Yo no soy la chica a la que le escriben una canción. / Soy yo la que ahora cuenta la historia” (en British mind, la primera canción de su tercer disco).

  • Su fuerte: una energía que en directo termina en verdaderas fiestas.

Su trayectoria es absolutamente única en el panorama nacional, aunque no les libra de comentarios improcedentes. “Nos preguntan mucho quién es la mamá del grupo, pregunta bastante mierda que da por hecho que por ser mujeres no nos podemos cuidar solas”.

Machismos aparte, resulta significativo este éxito internacional de una generación que no lo ha tenido fácil. “No tenemos miedo porque no tenemos nada que perder. Somos hijas de la crisis: jamás dimos por hecho que íbamos a tener un trabajo asegurado al terminar de estudiar, así que tuvimos que buscarnos nosotras mismas las castañas. Somos una generación muy creativa y valiente”.

Con el single que acaban de sacar, British mind, por fin van logrando el mismo reconocimiento dentro que fuera de España. Aunque los profesores de Operación Triunfo sigan sin saber quiénes son las Hinds, ya que no las reconocieron en el vídeo de apoyo que grabaron para María, una de las concursantes de esta edición. “¡Ay, la Mari! ¡La conocemos de hace mil años! Ha estado de gira con nosotras un montón de veces y fue compañera de piso de Ade el año pasado. La Mari es genial y está marcándose un Operación Triunfo que ninguna otra persona va a poder ni imitar”.

Cariño

Como Hinds, Cariño también tuvieron la suerte de conseguir contrato discográfico en cuanto colgaron su primera canción en internet: su inteligente e irónico retropop resultó irresistible. Grabaron entonces su fantástica versión de Llorando en la limo, el hit trap de C. Tangana, un cantante que suele cultivar todos los tópicos del sexismo, en la que sale a relucir toda su socarronería. “Parece un poco el gran gángster del trap contra tres chicas... Pero no queremos destruirle. Es un personaje complejo y no respaldamos sus valores ni la forma con la que se relaciona con su audiencia, pero sí nos gusta el trap”.

La Cariño. / nani gutierrez

El trío comenzó a gestarse gracias a Tinder. “¡Cierto! María y Paola se conocieron así hace un par de años –cuenta Alicia–. Como siempre decimos: aunque no surgió el amor, surgió el Cariño. Cuando por fin nos juntamos las tres vimos que sonaba bien, que encajábamos y teníamos química. Y hasta hoy”.

Más sobre Cariño...

  • Son: Paola Rivero (guitarra), Alicia Ros (bajo y voz) y María Talaverano (teclados y voz).

  • A qué suenan: a los grupos de tontipop y pop lánguido de los años 90, como Fresones Rebeldes o TCR.

  • Qué cantan: las cosas del querer, en versos como: “Quiero verte por primera vez todos los días” (en la canción Todos los días).

  • Su fuerte: poseen un encantador sarcasmo. Acaban de sacar el disco Movidas.

De momento, Alicia y María trabajan y Paola está terminando sus estudios de Arte Contemporáneo. “No vivimos de la música ni lo hace nadie que conozcamos que lleve años en esto. Todo el mundo es músico y algo más. Pluriempleo constante”. Su experiencia en festivales y conciertos no puede ser mejor, aunque confiesan lo mismo que casi todas las bandas de mujeres: “A veces se cuestiona nuestra técnica a la hora de tocar”. Aun así, están absolutamente blindadas ante las opiniones de personas que en realidad les tienen sin cuidado. “Nunca nos hemos encontrado con ningún problema, pero si hubiera tíos que pensaran que somos otro grupo de chicas monas que tocan, pues nos da igual. Es que no nos importan”.

Melenas

Lo más emocionante de la explosión de bandas de mujeres es que su onda expansiva no solo llega a las chicas de 20 años: es intergeneracional. En Melenas –un grupo de treinteañeras de Pamplona–, Leire y Laura habían tenido ya experiencias en otras bandas antes de 2016, fecha del “nacimiento” del grupo, pero para Oihana y María era la primera vez. Su estilo: indie-rock, garaje, teclados algo lisérgicos y esencia vintage. “Todo esto nos ha pillado mayores y con la vida ya organizada en torno a otros trabajos –explica Oihana–. No sé por qué no nos decidimos antes, pero tiene que ver con que solo hace cinco o seis años abrió el Nébula, un garito de Pamplona donde hay conciertos cada semana”.

Las Melenas. / Nani gutiérrez

Más factores que llevan a las mujeres al rock: “En una ciudad pequeña es fácil que los colegas te presten los instrumentos o el local de ensayo cuando quieres empezar. Además, la mayoría no tenemos hijos: por lo que veo en otras bandas, requiere un esfuerzo enorme viajar para tocar cada fin de semana cuando tienes familia. No llevamos la vida que se ha establecido para las mujeres de nuestra edad”.

Más sobre Melenas...

  • Son: Oihana (guitarra y voz), Leire (bajo), María (teclados) y Laura (batería).

  • A qué suenan: a rock vintage, a veces de garaje, otras más psicodélico, pero siempre pop.

  • Qué cantan: al amor, más allá del romanticismo. “No me voy a preocupar / si me porto mal /si a ti no te importa / hacerlo sin parar” (en Tú me haces lo mismo, de su primer disco Melenas).

  • Su fuerte: una mezcla inseparable de frescura y madurez. Su optimismo es sabiduría.

En realidad, nada en Melenas está preprogramado: “Queríamos pasárnoslo bien, nada más, pero se nos ha ido de las manos [Risas]. Jamás soñamos con grabar o viajar al festival SXSW de Austin (Texas). Nos sigue pareciendo alucinante que nos compren discos desde Australia”. No se libran, sin embargo, del machismo. “A veces sientes que creen que no tienes ni idea. O piensan: “A ver qué hacen”. Pero cada vez menos”.

Patio Rosemary

La historia de Patio Rosemary tampoco es como las demás. Sus cinco integrantes llevan toda la vida en la música, aunque no viviendo de ella. “Somos madres currantas”, explica Irene Bonilla, la única que ha llegado a girar por Estados Unidos con un grupo anterior, Underwater Tea Party. “Todas estamos en torno a los 40 y trabajamos en otras cosas. Yo soy profesora en el Centro Universitario TAI de Madrid, Estíbaliz es enfermera y tiene tres hijas, y Belén tiene una. Siempre decimos que hacemos rock de señoras porque somos señoras”. El grupo se creó para participar en el concurso lanzadera del Empower Music de Fuenlabrada: estaba en juego grabar un EP y tocar en Sonorama Ribera. Y ganaron.

El Patio de Rosemary. / nani gutierrez

“Nos hemos movido siempre en el underground y el concurso nos ha permito dar un salto de calidad en el directo, que es donde más disfrutamos”. Definen su sonido como “sucio, garajero, sin adornos ni florituras, sin miedos ni prejuicios y sin una voz principal cálida y amable, en contra del estereotipo femenino musical”.

Más sobre Patio Rosemary:

  • Son: Irene Bonilla (bajista), Vera Domínguez (cantante), Belén Ramírez (guitarra), Estíbaliz Garrido (batería), Mariví Hernández (teclados).

  • A qué suenan: a rock noventero en el espíritu indie de las Riot Grrrls. Y, a veces, a Dover.

  • Qué cantan: a la vida en toda su amplitud, incluidas contradicciones e imposiciones. “Las palabras duras surgen con facilidad” (en Calm comes, una de las canciones de Fadafucka).

  • Su fuerte: nos demuestran que es posible estar en el rock a los 40. Larga vida.

Su disco Fadafucka (respuesta de género al motherfucker de rigor) incluye, además de una portada en la que dos monjas fuman a la puerta de un convento londinense, un pasaporte al sonido de las Riot Grrrls que aquí fue eclipsado por las Spice Girls. No se sienten limitadas por sus influencias. “Nos encantan Breeders o Sleater-Kinney, pero también mujeres fuertes como Paquita la del Barrio o María Jiménez. Y es un honor que nos comparen con Dover. Aún guardo los tres folios de respuesta de Amparo a una carta que, como fan, le envié en los 90”, dice Irene Bonilla. Sin complejos.

No te pierdas...

-Triunfar antes de los 30: rock, retro o jazz, ellas marcan el ritmo

-Rosalía no sabe dónde están sus Grammy

-Repasamos los errores históricos de "Bohemian Rhapsody"

19 de febrero-20 de marzo

Piscis

Como elemento de Agua, los Piscis son soñadores, sensibles y muy empáticos. La amistad con ellos es siempre una conexión profunda que dura toda la vida... Si puedes soportar su carácter pesimista y su tendencia a guardar secretos y a ver siempre el lado negativo de las cosas. Ver más

¿Qué me deparan los astros?