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La hija de Ana Belén y el hijo de Imanol, juntos

Son amigos desde que eran niños y ahora, también, son compañeros de profesión. Marina San José y Jon Arias pertenecen a dos de las sagas artísticas más ilustres de este país, pero hace tiempo que emprendieron su propio camino huyendo de etiquetas y comparaciones. Hablamos con ellos de sus recuerdos de infancia, su vocación, sus nuevos proyectos y su alergia a la fama.

Marina lleva abrigo de Sportmax, vestido de Boss y brazalete de Elixa. En el rostro, Luminous Silk Foundation nº 7 y Face Fabric nº 6.5, ambos de Armani Beauty. El look de Jon es de Pedro del Hierro. / mario sierra

IXONE DÍAZ LANDALUCE

"¿Te acuerdas de aquel verano en Menorca? ¡Me pasó de todo! Hasta me caí por un terraplén en Mahón. Yo debía tener ocho años y tú, 12", dice Jon Arias riéndose. La sesión de fotos ha terminado y él y Marina San José están en pleno revival, recordando anécdotas de una infancia compartida. "Nos conocemos desde que éramos críos... Jon era súper trasto. Yo le llamaba el "niño de la plancha" porque una vez, en mi cumpleaños, me dio en toda la cabeza con la plancha de juguete que me habían regalado", recuerda San José. Él no se acuerda del incidente.

Los padres de Marina, los cantantes Ana Belén y Victor Manuel, y los de Jon, los actores Imanol Arias y Pastora Vega, eran amigos mucho antes de que ellos nacieran. "Hemos compartido veranos, hemos viajado y hasta hemos ido a Disneylandia juntos. ¡Eso une mucho! Éramos muy amigos", dice Arias, que recuerda cómo organizaban pequeños espectáculos caseros cada vez que se juntaban. "Le tengo muchísimo cariño. Para mí, es como una hermana mayor. Tenemos el tipo de vínculo indestructible que se genera cuando conoces a alguien desde niño, por mucho que ya no te veas tanto. Es muy bonito que los dos hayamos escogido esta profesión. Ojalá un día podamos trabajar juntos".

Marina San José, 35 años

  • Soy... "Muy organizada en mi cabeza, pero casi siempre llego tarde y mi casa está muy desordenada".

  • Las redes sociales... "Se me dan fatal y me dan pereza. Comparto una foto muy de vez en cuando... Pienso: ¿A quién le interesa?".

  • Dentro de 10 años... "Quiero seguir trabajando, vivir rodeada de perros y quizá tener una familia. Creo que me apetece tener hijos, pero no estoy segura... Quiero tener esa posibilidad".

  • Me hace feliz... "Que los sábados el teatro esté a reventar. La energía es increíble y te dejas inundar. La pizza y el vino de después me saben a gloria".

  • Me enfado... "En el coche. ¡La gente conduce fatal! En el teatro, me da rabia que el público no entre en la función".

Look y zapatos de Fendi, y pendientes de Elixa. En los labios, Rouge D'Armani Matte 400 y en el rostro, Neo Nude A-Blush nº 50, todo de Armani Beauty. / mario sierra

Un papel en Cuéntame

La interpretación era el negocio familiar, pero ninguno de los dos lo tuvo claro desde el principio. A Marina le gustaban tanto los animales que quiso ser veterinaria, hasta que entendió en qué consistía realmente el trabajo y perdió la vocación. "Cuando terminé el instituto, no sabía qué hacer. Me hubiera encantado tomarme un año sabático, pero mis padres me dijeron: "¡Ni de coña!", dice estallando en una carcajada.

Mis padres se lo curraron mucho para protegernos, pero a veces fue imposible".

Marina San José

Entonces, su madre, Ana Belén, le sugirió que probara unos meses en la escuela de interpretación William Layton, donde ella misma se había formado. "Me encantó. La escuela despertó algo en mí que no sabía que estaba ahí. Pero cuando terminé, me di cuenta de cuál era la realidad... Nunca ha sido fácil vivir de esto, aunque por suerte llevo 13 años haciéndolo. Lo más difícil es mantenerse. También hay que aprender que hay momentos malos y puedes estar un año sin hacer nada. Tienes que tener la cabeza en su sitio, saber llevarlo y tener unos ahorrillos, claro".

Sin embargo, Marina apenas ha parado: lleva más de una década encadenando papeles teatrales en obras como El cartero de Neruda, El burlador de Sevilla o ¡Sin paga, nadie paga!, con trabajos televisivos como Amar en tiempos revueltos, donde rodó más de 400 capítulos, y hasta una participación fugaz en el talent culinario Masterchef Celebrity. La pregunta es un cliché, pero resulta inevitable: ¿pesa el apellido o le ha abierto puertas? "Es que como mis padres no tienen apellidos... -dice riéndose de nuevo-. Te abre puertas, te las cierra... Pero supongo que me ha abierto más puertas de las que me ha cerrado. Yo no puedo estar más orgullosa de mis padres. Por eso para mí es una satisfacción que me comparen con ellos".

El camino de Jon Arias ha sido menos directo, aunque la vocación siempre estuvo ahí. "Yo siempre me he considerado un intérprete", dice. En el colegio, hizo las pertinentes obras de teatro y hasta participó en un musical de Disney, pero cuando terminó los estudios, no quiso dar el siguiente paso. "Me daba mucha pereza el rollo escuela de actores, los egos, la competición...". Por eso, decidió estudiar cine. En la facultad, conoció al guitarrista de su futura banda, Layabouts. Antes de terminar la diplomatura, habían firmado un contrato discográfico con un sello independiente. "Tenía 19 años y pensé que tenía tiempo de sobra". Pero también había otra razón de peso. "Había algo dentro de mí que decía: "Si me dedico a ser actor, todo el mundo pensará que me han ayudado". Te empieza a entrar el miedo y la paranoia de que todo el mundo te mire como "el hijo de"... Por eso, decidí hacer algo en inglés, súper underground, tocando en garitos de mala muerte... Era muy guay, muy divertido y muy rebelde. Y era mi camino". Se dedicó a la música durante 10 años, pero hace tres tomó una decisión: "Con 25 años, pensaba que no había prisa. Pero cuando cumplí 28, me di cuenta de que ya no tenía tanto tiempo".

Jon Arias, 31 años

  • Soy... "Un yonki de la ciudad, de la vida y de que pasen cosas. No aspiro a tener grandes lujos. Quiero llevar una vida sencilla y sostenible, tanto a nivel económico como ético. Vivir como pienso".

  • En 10 años... "Con 40 quiero poder ser artista, tener una familia y llevar una vida sencilla. Igual ya no quiero ser actor y me he puesto a escribir o dirigir".

  • Las redes sociales... "Que tener muchos seguidores te ayude a conseguir un papel me parece terrible. Ser actor es otra cosa".

  • Me hace feliz... "Cenar con amigos o llegar a casa, tirarme en el sofá con mi perra Greta y saber que puedo tener un rincón en mi barrio favorito o tomarme un buen vino... Y me encanta viajar".

  • Me enfada... "A veces me cabreo leyendo las redes sociales. Y otras, pienso que debería irme con Open Arms a rescatar gente al Estrecho".

Total look de Hermès. / mario sierra

Lección aprendida

Aunque los dos están muy unidos a sus padres, tampoco les piden consejo. De hecho, para Jon su independencia es un estilo de vida. "Nunca he recibido ayuda de mis padres, ni con la música ni ahora. Estuve 10 años en el grupo y estaba encantado, pero llegó un momento en el que malvivía con la música. También por mi orgullo...".

Me arriesgué a no llegar a ser actor, y eso me ha ayudado a saber cuánto lo quería".

Jon Arias

El actor es una persona austera, que comparte coche con un amigo y prefiere andar o utilizar las bicis públicas que meterse en un atasco. Una de las cosas que aprendió en casa (y en los rodajes que frecuentaba de niño) es una estricta ética de trabajo. "En un rodaje me aprendo el nombre de todo el mundo, saludo cuando llego y doy las gracias a todo el equipo cuando me voy. Para mí es importante que la gente que ha trabajado conmigo pueda decir: "¡Qué gusto trabajar con Jon, qué majo!". Creo que, a la larga, eso me va a llevar más lejos que la popularidad". No es publicidad gratuita: el actor es, efectivamente, encantador, dicharachero y extremadamente amable.

En las distancias cortas, Marina San José es una fotocopia de su madre, sobre todo cuando sonríe, algo que hace prácticamente por defecto. "Los gestos también son suyos y el carácter... ¡También!", dice riéndose, como si hiciera una confesión inconfesable.

21 de marzo-19 de abril

Aries

Como elemento de Fuego, los Aries son apasionados y aventureros. Su energía arrastra a todos a su alrededor y son capaces de levantar los ánimos a cualquiear. Se sienten empoderados y son expertos en resolver problemas. Pero son impulsivos e impacientes. Y ese exceso de seguridad en sí mismos les hace creer que siempre tienen la razón. Ver más

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