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"Enamorada del novio de mi amiga", por Isabel Menéndez

Los deseos hacia el otro provienen de una trama inconsciente que no se puede dominar. ¿Es una traición amar a la pareja de una amiga? Y si loes, ¿a quién estamos traicionando en realidad? ¿A ella o a nosotras mismas?

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Isabel Menéndez
ISABEL MENÉNDEZ

Patricia sueña que está abrazada a un hombre. Los dos ruedan sobre la arena de una playa, las olas del mar les alcanzan y les empujan hacia dentro, pero ellos siguen besándose bajo el agua. Entonces, abre los ojos, mira a través del agua al hombre, y descubre el rostro de Guillermo, el novio de su amiga Mercedes. Patricia da un grito y se despierta.

El sueño le está mostrando en imágenes un deseo al que no quería poner palabras. Hace tiempo que reprime lo que siente: está enamorada del novio de su amiga. No entiende cómo ha podido ocurrirle. Cuando su amiga comenzó a salir con él, le cayó un poco antipático. Si en principio le producía rechazo, ¿cómo es posible que ahora le atraiga?

Paticia vive este deseo como una traición. Cuando llega a psicoterapia relata el sueño y después dice: "Nunca le he contado esto a nadie, pero creo que siempre pensé que él me gustaba". Le cuesta hacerse cargo de lo que siente, piensa incluso en dejar el tratamiento porque le parece una aberración lo que le pasa, pero al final decide seguir. El valor para investigar qué es lo que le sucede la llevará a descubrir las ataduras inconscientes que le impiden poder construir una vida de pareja.

Tras ese enfrentamiento se oculta el deseo de que la amiga sea solo para ella.

En el mundo de los deseos y el amor hacia el otro nunca se acaban de aclarar todas nuestras preguntas. El amor es inagotable como tema de investigación, jamás llegamos a dominarlo del todo, porque la mayoría de su potencial proviene del mundo inconsciente y no es dominable desde la razón.

En las relaciones amorosas solemos creer que elegimos a nuestra pareja, pero no sabemos por qué; simplemente hay algo que nos empuja hacia esa persona. Quizá cuando todo va bien no es tan importante investigar las razones que nos llevaron hasta él como ser capaces de disfrutar de lo que esa relación nos proporciona y organizar juntos algo que nos haga mejores. Pero cuando nos sentimos atraídas por alguien cuya relación no nos proporciona más que problemas, sí que nos preguntamos una y otra vez por qué nos ha tenido que gustar ese hombre y no otro.

Qué nos pasa:

  • Si se niegan y se reprimen algunos deseos propios deseos porque nos parecen censurables, y si la identidad es tan precaria que no puede conectar con las emociones, se corre el peligro de alienarse en el deseo de otra mujer; de una amiga idealizada de la que se depende demasiado.

  • Hay personas que solo parecen querer a otro si este reúne una serie de dificultades que lo hacen inalcanzable. Lo que se demuestra con esa actitud es que no confían en ellas mismas y necesitan apropiarse de lo ajeno para sentirse otras.

Infidelidad familiar

Cuando nos vemos envueltas en un triángulo amoroso, y nos enamoramos del novio de nuestra amiga, resulta conveniente investigar qué movimientos psicológicos se han producido para llegar a esa situación. La relación con la amiga es anterior a la aparición de ese hombre, así que es el enlace afectivo con ella lo que se esconde detrás del deseo de estar con su novio. Si se trata de una amiga cuyo apoyo es importante para nosotras, puede suceder, como le ocurrió a Patricia, que lo que esté en juego en ese enamoramiento sea una identificación masiva con esa mujer, para de esta forma no perder una relación que no admite la entrada de un tercero. Patricia depende demasiado de su amiga. Su novio le parecía antipático porque la alejaba de ella. Más tarde, cuando vio que la relación seguía adelante, comenzó a sentir por él lo que suponía que sentía su amiga: se alienaba, pues, en ella. Se confundía con Mercedes, lo que era una manera de incorporarla dentro de sí para no sentir que se quedaba sola. La dependencia excesiva de otra mujer genera una fuerte rivalidad.

En cualquier caso, una mujer que se enamora del novio de una amiga coloca a esta en el lugar de aquella mujer que sabe sobre los hombres. Elige, pues, el mismo hombre que ella eligió porque considera que es el acertado y porque se tiene que apoyar en otra mujer para saber qué quiere, ya que no puede decidirlo con una cierta independencia. En definitiva no puede salir de un círculo familiar: la amiga representa el lazo afectivo que tiene con otra mujer que permanece idealizada en su inconsciente: la madre.

Qué podemos hacer:

  • Cuando dos amigas están interesadas en el mismo hombre, que conocen a la vez, se plantea una encrucijada afectiva. ¿Se traiciona una a sí misma o renuncia a favor de la otra? En este segundo caso puede funcionar más la dificultad de defender lo que se quiere que la generosidad hacia la amiga.

  • Si la identidad femenina no se vive con seguridad y se guardan rivalidades infantiles no resueltas, las relaciones de pareja pueden ser un imposible. A veces conviene investigar en una psicoterapia qué conduce a desear solo al hombre de otra.

Entrar en un triángulo amoroso con el novio de una amiga significa retar a otra mujer. El primer reto de este tipo lo lleva a cabo la niña con su madre, porque la siente más fuerte que ella y además porque en algún momento también siente que le ha sido infiel. ¿Con quién? Pues con su padre, con sus hermanos, con el trabajo...

Todos somos el tercer término del triángulo formado por la madre, el padre y la hija o el hijo y hemos quedado excluidos de una relación que nos ha hecho sentir que, primero la madre y luego el padre, nos han sido infieles, ya que nos dejaron fuera de su relación amorosa. Sufrir esta exclusión nos ofrece la posibilidad de organizarnos como seres humanos no dependientes totalmente del otro.

Si la niña se queda prendada de la madre, seguirá fiel a ella en una dependencia total y con una fuerte rivalidad inconsciente. Entonces se puede identificar masivamente con una amiga íntima y desear también a su novio, pero tras ese enfrentamiento se oculta el deseo de que la amiga sea solo para ella y que no necesite a nadie más. Entonces, dolida por la supuesta traición que la amiga le hace, supone que le quita lo que ella quiere para castigarla.

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