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Paris Jackson, el arte de la supervivencia

Diez años después de la muerte de Michael Jackson, su hija Paris sigue siendo su mayor defensora. Tras superar varios intentos de suicidio, intenta ahora forjarse su propia carrera en la música y busca -pese a todo- la estabilidad emocional.

Paris Jackson, la hija mayor de Michael Jackson. / gtres

ANABEL UNAMUNO

Durante los 10 primeros años de su vida, Paris Jackson apenas salió a la calle. Cuando lo hacía, tenía que cubrirse la cara con una máscara, un pañuelo o una manta. Era l a excéntrica forma que Michael Jackson tenía de protegerla, a ella y a sus hermanos. La primera vez que apareció en público a rostro descubierto tenía 11 años. Fue solo unos días después de que su padre muriera víctima de una sobredosis de propofol. Vestida de negro y sujetando un pequeño bolso, Paris subió junto a todo el clan al escenario del Staples Center de Los Ángeles, donde se celebró el funeral público por el cantante. Rota de dolor, pronunció unas palabras: "Desde que nací, papá fue el mejor padre que podrías imaginar. Y solo quiero decir que le quiero mucho". Hoy Paris ya no es aquella niña. Tampoco es inocente -si quisiera saber, podría saber-, pero sigue defendiendo a su padre con la misma vehemencia de entonces.

Paris y sus hermanos preparan una demanda por el documental. Pero ella dice que no lo ha visto.

Volvió a hacerlo cuando, en enero, el documental de HBO Leaving Neverland se estrenó en el Festival de Sundance causando conmoción en todo el mundo. En la película, Wade Robson y James Safechuck relataban de manera explícita, y con pruebas, cómo Michael Jackson había abusado sexualmente de ellos durante años mientras eran unos niños. Inmediatamente, la familia Jackson emitió un comunicado exonerando al artista y amenazando con acciones legales: "No es más que otra producción escabrosa y un intento escandaloso y patético de explotar y beneficiarse de Michael Jackson". Más tarde, la propia Paris utilizaba su cuenta de Instagram para deslegitimar las acusaciones. Paris y sus hermanos preparan una demanda por fraude, angustia emocional, calumnias y tergiversación contra los dos protagonistas del documental. Y eso que, según la prensa norteamericana, la joven no ha querido verlo.

"En ocasiones, los hijos de padres que han cometido un crimen, optan por defenderles y negarlo todo. Es una forma de buscar coherencia con la idea de que esa persona ha sido un buen padre para ellos. La negación les ayuda a protegerse de una realidad difícil de soportar. Es un mecanismo de defensa. Pura supervivencia", explica Marina García, psicóloga y directora del Instituto de Psicología Psicode en Madrid, que nos ha ayudado a interpretar las claves de la personalidad de la hija del conocido como "Rey del Pop".

Descubriendo Neverland

El documental y sus efectos colaterales no son más que el penúltimo sobresalto de una sobresaltada existencia. Aunque cumplió 21 años en abril, repasando su biografía personal da la impresión de que Paris ya ha vivido varias vidas. Nació en una clínica privada de Beverly Hills el 3 de abril de 1998 y no conoció a su madre biológica, Debbie Rowe, hasta que cumplió 13 años. Rowe y Jackson se habían conocido en la consulta del dermatólogo del cantante, donde ella trabajaba como enfermera. Rowe acabo convirtiéndose en la madre gestante de sus dos hijos mayores (el tercero nació de una segunda gestante desconocida). Y aunque estuvieron brevemente casados, ella nunca formó parte de la vida de sus dos hijos.

Hasta que cumplió siete años, Jackson vivió junto a su padre y sus hermanos en Neverland, el famoso rancho del cantante en Santa Bárbara, donde estudiaban con la ayuda de tutores privados.

En 2005 Michael fue exonerado de las acusaciones de abusos sexuales y decidió abandonar el rancho para siempre. A partir de ese momento vivieron una temporada en Bahrein, más tarde en Irlanda y Las Vegas, y finalmente se instalaron en Los Ángeles. Jackson preparaba su regreso a los escenarios cuando, el 25 junio de 2009 murió de un paro cardíaco provocado por una sobredosis de benzodiacepinas y el anestésico propofol, que su médico personal, Conrad Murray, le había prescrito para poder conciliar el sueño. Hasta ese momento, Paris Jackson había tenido una infancia muy poco convencional y, sin embargo, feliz. La propia joven ha contando que, pese a todas las leyendas en torno a su extravagante estilo de vida, su padre les leía cuentos, cocinaba para ellos y les obligaba a hacer los deberes. "A nuestro cerebro no le gustan las contradicciones. Buscamos asonancias entre las situaciones que vivimos y las creencias que generamos. Ese sentimiento de felicidad es totalmente real por muy extrañas que unas circunstancias puedan parecer al resto del mundo", explica la psicóloga Marina García.

La hija de la lágrima

En el multitudinario funeral de su padre, empezó su segunda vida. Su abuela, Katherine Jackson, se hizo cargo de ella y de sus hermanos. Por primera vez, los tres abandonaron la jaula de oro y empezaron a estudiar en un colegio convencional. Pero la "normalidad" no funcionó para ella: Paris no encajó con sus compañeros, sufrió bullying casi desde el primer día, empezó a consumir drogas y cayó en una espiral depresiva alimentada por la traumática pérdida de su padre. "Obviamente, no hay una respuesta común a la pérdida de un padre o una madre, pero si además es inesperada y ocurre en circunstancias trágicas, puede ser extremadamente traumática. Más aún si el mundo de ese niño es limitado y ese progenitor era su único referente. Sin otros puntos de apoyo, como el colegio o los amigos, la gestión de la pérdida es más complicada, el impacto emocional se agrava y la recuperación es más costosa", explica la psicóloga. Con 15 años, Jackson intentó sucidarse por primera vez ingeriendo más de 20 pastillas y tratando de cortarse las venas. Poco después, ingresó en una "escuela terapéutica" en el estado de Utah. Salió de allí casi dos años después convertida en una "persona totalmente nueva".

Mi padre lloraba a mi lado porque le odiaban por algo que no había hecho. Él era mi mundo".

En 2017, poco después de cumplir la mayoría de edad, Jackson inauguró una nueva etapa vital. Empezó contratando los servicios de Arnold Stiefel, uno de los representantes mejor conectados de Hollywood. Lo primero era salir al mundo, exponerse y hablar. Ese año, Jackson protagonizó varias entrevistas con sus correspondientes portadas. Primero, en la revista Rolling Stone y más tarde, en Harper's Bazaar. Sus confesiones no dejaron a nadie indiferente. Habló de su infancia en Neverland, explicó que se consideraba "negra" y que no tenía ninguna duda de que Michael Jackson era su padre biológico. Le defendió sin fisuras de las acusaciones de abuso y contó cómo vivió ella aquel calvario. "Por las noches, mi padre solía llorar a mi lado. Lloraba porque el mundo le odiaba por algo que no había hecho. Al ver que él, que era mi mundo entero, sufría de esa manera, yo también empecé a odiar al mundo por lo que le estaban haciendo". También dijo estar convencida de que su padre había sido asesinado y sugirió montajes y teorías de la conspiración que nunca ha vuelto a mencionar. Habló a tumba abierta de sus adicciones, de la vez que sufrió una agresión sexual por parte de un desconocido y de sus intentos de suicidio. "Sufría de baja autoestima, pensaba que no hacía nada bien y que no merecía vivir...".

Es obvio que tiene la vida solucionada -ella y sus hermanos son los herederos de una fortuna de más de mil millones de dólares-, pero en 2017 firmó un contrato con la agencia de modelos IMG Models. Debutó como actriz en la serie Star, de Lee Daniels, y el año pasado tuvo un pequeño papel secundario en Gringo, protagonizada por Charlize Theron. Quiere, ha dicho insistentemente, que su altavoz (y sus más de 3,5 millones de seguidores en Instagram) sirvan para algo. Por eso, el año pasado se convirtió en embajadora de la Fundación contra el Sida de Elizabeth Taylor, una de las mejores amigas de su padre. También canta, ha formado un dúo musical. Ella y su novio, Gabriel Gleen, son los Soundflowers. Entre el público de su último concierto, estuvieron Debbie Rowe (su madre) y Macauly Culkin, amigo de su padre (en el documental se insinúa que podría haber sido una de sus víctimas).

Unos días antes de este concierto TMZ, la misma web que anunció en exclusiva la muerte de su padre, informó de que Paris había tratado de suicidarse de nuevo, pero ella misma lo desmintió: "Los medios han exagerado todo. Sí, me he tomado una pausa en el trabajo, en las redes sociales y en el uso del móvil, porque a veces puede ser demasiado y todos merecemos un descanso. Pero estoy feliz, sana y me siento mejor que nunca". En su cuenta de Instagram la estética hippie lo impregna todo: su look, sus tatuajes y su casa, pero también los aforismos new age que comparte. "Quizá toda esa filosofía tiene un mensaje subyacente -dice la psicóloga -. Puede ser una forma de pedir paz para sí misma. Una forma de reivindicar que ella no es culpable de nada".

En una ocasión, su hermano mayor la describió como la versión femenina de su padre. "Tiene todas sus fortalezas, pero también todas sus debilidades. Es muy apasionada: a veces deja que sus sentimientos le nublen el juicio". Sobre todo, desde que hace 10 años su mundo se vino abajo. Desde entonces, contó en 2017, se limita a sobrevivir. "La gente dice: "El tiempo lo cura todo". Pero no es cierto. Solo te acostumbras. Sé que lo que venga a partir de ahora nunca será tan malo como aquello". Así es como convirtió la resistencia en su particular forma de vida.

Los (otros) hermanos Jackson

De los tres hijos de Michael Jackson, Paris es la única que ha intentado seguir los pasos de su padre en el showbusiness, mientras que sus hermanos, Prince Michael y Blanket llevan una vida lo más anónima posible. Prince, de 22 años, acaba de graduarse en Administración de Empresas y es un fanático de las motos. Tiene novia desde hace dos años y ha fundado su propia ONG, Heal Los Angeles, para ayudar a las familias desfavorecidas de la ciudad. Como su hermana, a la que está muy unido, siempre ha defendido públicamente a su padre. "Estoy orgulloso de tener su nombre y de ser su hijo", le contó al Los Angeles Times en 2016, en la única entrevista que ha concedido en su vida.

El más pequeño de los hermanos es Blanket, sobrenombre por el que se le conoce desde que en 2002 su padre lo mostró a sus fans desde la ventana de un hotel de Berlín cubierto con una manta. Lo poco que se sabe de él es que, en 2015, decidió renunciar a su famoso apodo y empezó a responder al nombre de Bigi. Tan tímido e introvertido como su padre, se ha dicho que fue el que más sufrió tras su desaparición. En febrero cumplió 17 años y aunque no tiene cuentas en las redes sociales, últimamente ha empezado a participar en un canal de YouTube donde varios miembros de la familia Jackson realizan críticas de películas y series.

21 de marzo-19 de abril

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Como elemento de Fuego, los Aries son apasionados y aventureros. Su energía arrastra a todos a su alrededor y son capaces de levantar los ánimos a cualquiera. Se sienten empoderados y son expertos en resolver problemas. Pero son impulsivos e impacientes. Y ese exceso de seguridad en sí mismos les hace creer que siempre tienen la razón. Ver más

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