El ruido de las obras de los vecinos de Marjane Satrapi (Rasht, 1969) se cuela en su apartamento parisino. “¿Me oyes a pesar de todo?”, pregunta la autora de Persépolis, la novela (autobio)gráfica que vendió más de dos millones de ejemplares. No hay estruendo capaz de frenar a esta mujer torrencial, que durante la entrevista no para de agitar los brazos, pone los ojos en blanco cuando algo le resulta obvio y engancha un cigarrillo con otro. Desde que llevó su cómic a la gran pantalla en 2007, se ha reconvertido en directora de cine. Su nueva película es Madame Curie (estreno 2 de diciembre), un biopic sobre la científica que ganó dos premios Nobel y que está protagonizado por Rosamund Pike (Perdida). No es lo único que estrena en los próximos días. Ha aprovechado el confinamiento para hacer su propio perfume. “Huele a ámbar, cuero y otras cosas que me gustan”, describe.
Marjane Satrapi. ¡Totalmente! Nunca actuó de la manera que se presuponía a una mujer. Y hay otro paralelismo más: también cambió sin dejar de ser ella y en ese proceso liberó una energía enorme.
En el instituto me gradué en Física y Matemáticas. Todavía me sé la tabla periódica de memoria. Durante mucho tiempo, me debatía entre una carrera científica o artística, aunque acabé inclinándome por lo segundo. Siempre me ha atraído de las ciencias que aún basándose en hechos constatables, en datos puros y duros, requieren una gran imaginación. Marie Curie no se despertó un día y le dijo a su marido: “Vamos a descubrir dos elementos y de paso la radioactividad”. Para acceder a un mundo nuevo, tienes que construir primero unas puertas. La mayoría de las veces al otro lado no hay nada, pero de vez en cuando... ¡boom! Se parece mucho a mi proceso creativo.
Lo curioso es que cuando hice cómics no había leído ninguno antes... Al final es una cuestión de lenguaje, de expresar algo con imagen y texto. El ser humano está diseñado para aprender. Si además eres un poco curiosa como yo, todo es mucho más fácil.
Que me gusta enseñar. Este año me hicieron profesora honoraria de una escuela de arte. Siempre creí que dar clase era horrible. También que yo sería la peor profesora del mundo. Pero compartir experiencias y opiniones con gente de veintipocos años es divertidísimo y muy enriquecedor. Lo que les das te lo devuelven multiplicado por 10. Esos tipos viejos que dicen que las nuevas generaciones están echadas a las redes sociales y las nuevas tecnologías no tienen ni idea. Hay que entenderles y perder el miedo al futuro.
No estaba en el guión, pero la nieta de Marie Curie me pidió que la incluyera. “Es un símbolo del feminismo y mi abuela nunca formó parte de un movimiento de ese tipo”, me insistió. A menudo me preguntan por las dificultades que encontré cuando empezaba por el hecho de ser mujer. Sí, era la única chica en un entorno de hombres cuando dibujé mis primeros cómics, pero me trataron de forma excepcional. Por supuesto que me encontré con hombres que, cuando me hablaban de cuestiones técnicas, lo hacían como si fuera idiota; en realidad, los idiotas eran ellos. Como le pasaba a Marie Curie, mi obsesión ha sido siempre mi trabajo. No hago películas con las tetas, sino con el cerebro. ¡Que yo sepa!
Se la ha presentado casi siempre como la musa de su marido. No lo era. Tampoco estaba eclipsada por Paul. El suyo era un caso de colaboración perfecta, el encuentro de ambos es lo que dio lugar a la radioactividad. Lo que pasa es que, si un hombre es un genio, se acepta que tenga una personalidad difícil y compleja. En cambio, con una mujer eso no se tolera; debe ser ejemplar e inspiradora. ¡Esa no es la vida real! El arte tiene que interpretar la verdad pero no contribuir a una mascarada. Además, ¿a quién le interesa alguien perfecto como Superman?
A no tener miedo. En lugar de ir por ahí como pollos sin cabeza, es mejor tomárselo con calma, sentarse y pensar. También el valor de la ciencia. Toda esa gente que dice que no se va a vacunar porque Bill Gates nos quiere meter un chip en la cabeza... ¡Si no fueran tan ignorantes, sabrían que es imposible! En situaciones de pánico, Marie Curie tuvo la tranquilidad de buscar soluciones.
19 de febrero-20 de marzo
Como elemento de Agua, los Piscis son soñadores, sensibles y muy empáticos. La amistad con ellos es siempre una conexión profunda que dura toda la vida... Si puedes soportar su carácter pesimista y su tendencia a guardar secretos y a ver siempre el lado negativo de las cosas. Ver más
¿Qué me deparan los astros?