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Antiaging dental: plan en 3 pasos

Los signos de la edad también se notan en nuestra boca. Pero con las medidas adecuadas, podrás presumir de sonrisa durante toda la vida. Toma nota. Es cuestión de salud.

Consigue una sonrisa joven para siempre / Fotolia

BEATRIZ NAVAZO Madrid

La sonrisa también delata cuántas veces has soplado las velas de tu tarta de cumpleaños. Y es que ningún rincón de nuestro organismo está libre del efecto del paso del tiempo y nuestros dientes también hablan. La cavidad bucal es un complejo entramado de tejidos, huesos, músculos, glándulas y mucosas implicado en múltiples funciones vitales que no le dan tregua. Los cambios fisiológicos son inevitables y, a partir de los 40 años, los días y días de morder, masticar, deglutir, comer, beber, degustar, fumar... acaban por pasar factura.

El mejor plan antiaging sigue siendo la prevención

Pero sobre todo, va a empezar a notarse el mimo o la negligencia con que hayamos tratado a diario nuestra boca, que es la mayor influencia a la hora de lucir una sonrisa juvenil o todo lo contrario. Es evidente que algunos efectos de cumplir años son inevitables, pero perder los dientes no es uno de ellos, a pesar de que una amplia mayoría de los españoles lo considere "normal".

Implantes y prótesis, carillas de porcelana o incrustaciones de composite y tratamientos blanqueantes de última generación se ponen al servicio de una sonrisa permanentemente joven. Sin embargo, el mejor plan antiaging sigue siendo la prevención: es decir, una correcta higiene y el mantenimiento de la salud bucodental a lo largo de la vida.

Sólo el 15%

de los españoles se realiza exámenes periódicos de su salud oral

Las cifras delatan que no nos esmeramos lo suficiente: el 90% de los españoles necesita tratamiento periodontal, el 52% lleva algún tipo de prótesis y, aunque en las últimas décadas ha descendido, el edentulismo (ausencia de dientes) sigue siendo un problema en el 30-40% de los mayores. ¿Por qué?

La respuesta la encontramos en más cifras: solo el 15% de los españoles se realiza exámenes periódicos de su salud oral y el 50% de los mayores no se cepilla los dientes a diario. Te mostramos los problemas bucodentales más frecuentes que el paso del tiempo trae consigo... y cómo puedes evitarlos.

Encías enfermas

La gingivitis es una patología de las partes blandas que rodean al diente, causada por las bacterias de la placa que producen inflamación y disminuyen el soporte de los dientes en el hueso. Es tan común que en nuestro país solo el 15% de los adultos puede presumir de no sufrirla.

  • Plan antiaging nº 1.

A pesar de lo que muchos creen, no es normal que las encías sangren. Si ese es tu caso, conviene que acudas al especialista, porque la gingivitis es reversible y, si no se trata, deriva en periodontitis, una forma más grave en la que la infección afecta al hueso. El riesgo de padecerla aumenta con la edad (afecta un 40% a las personas entre 50 y 60 años).

"Con el paso del tiempo, los pacientes acumulan más placa dental. Además, se suman factores como tomar algunos fármacos", explica la dra. Rosario Garcillán, del Colegio Oficial de Odontólogos y Estomatólogos de la Región (COEM). Existen varios tratamientos para combatir ambas patologías, desde la tartrectomía (eliminación del sarro) en el nivel más bajo de gingivitis, al raspado y alisado radicular, hasta técnicas quirúrgicas.

Caries radicular

"La exposición del cuello del diente por culpa de las enfermedades periodontales es un factor de riesgo para desarrollar caries de raíz que cursan con gran sensibilidad al ingerir alimentos fríos, calientes o ácidos", advierte la dra. Garcillán.

  • Plan antiaging nº 2.

Aunque estas caries son más complejas de tratar, se puede actuar contra la lesión con materiales adhesivos que reproducen la forma del diente. La sensibilidad , por su parte, se soluciona por medio de pastas dentales y productos fluorados.

Desgaste dentario

El esmalte dental es la sustancia más dura y resistente de nuestro organismo. Sin embargo, con el paso del tiempo, se desmineraliza. "Pese a su enorme dureza, el esmalte sufre un desgaste propio del uso que se hace de los dientes con los años: la masticación de alimentos, el cepillado dental, el contacto de los dientes al tragar saliva y los posibles hábitos nocivos de apretamiento o mordisqueo lo deterioran", explica la dra. Pepa Calvo, especialista en estética y vocal de la Comisión Científica del COEM.

Existe un desgaste totalmente normal, fisiológico, que aunque puede empeorar el aspecto de los dientes (coloración oscurecida, dientes más cortos y de bordes rectos...), no requiere ningún tratamiento, más allá, si se desea, del estético.

Sin embargo, cuando el desgaste es excesivo, puede originar sensibilidad dentaria, dolor y fracturas. En buena medida es posible evitar la erosión siempre y cuando se diagnostique la causa. Entre las más frecuentes está el bruxismo, el hábito de rechinar o apretar los dientes que puede aliviarse con el uso de férulas de descarga; las alteraciones de la posición de los dientes, que pueden tratarse con ortodoncia; o la erosión química por ácido que se trata intentando controlar la presencia de ácidos en la cavidad oral y reponiendo la cantidad de diente perdido con técnicas restauradoras.

  • Plan antiaging nº 3

En la actualidad se están imponiendo técnicas basadas en la Odontología Aditiva en vez de hacer coronas en las que hay que "reducir" el diente. Estas nuevas técnicas permiten reponer el diente desgastado añadiendo lo que se ha perdido colocando carillas, incrustaciones de porcelana o composite en su exterior.

Lo último: Test de envejecimiento

¿Cuántos años tiene tu boca? Esta es la pregunta a la que intenta dar respuesta un test genético de la Clínica Ruber Dental y la empresa Genetic Life&Health. Una muestra de ADN extraída a través de un frotis del interior de la boca es suficiente para estudiar la edad biológica bucodental de cada paciente, evaluar su desgaste y prevenir así posibles problemas. ç

Una edad biológica superior a la cronológica aumenta el riesgo de padecer otras enfermedades, incluidas enfermedades del corazón, de los vasos sanguíneos o distintos tipos de cáncer.

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