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Cinderella diet: qué es y por qué es tan peligrosa

Esta dieta de origen japonés, que tiene su propio perfil en redes sociales, tiene como finalidad tener la cintura de Cenicienta.

La Cenicienta de Disney. Haz click en la imagen para conocer los cambios de peso más impactantes de los famosos./D.R.

La Cenicienta de Disney. Haz click en la imagen para conocer los cambios de peso más impactantes de los famosos. / D.R.

Raquel Alcolea
RAQUEL ALCOLEA

Tener la cintura de avispa de Cenicienta. Ese es el máximo objetivo de la llamada #CinderellaDiet no se basa en una dieta equilibrada, saludable, que aporte la energía suficiente para afrontar el día a día, ni educa desde el punto de vista nutricional, sino que persigue como objetivo parecerse lo más posible a un personaje de ficción, según explican las doctoras Mar Mira y Sofía Ruiz del Cueto.

Para ello esta dieta plantea que hay que alcanzar un índice masa corporal (IMC) de 18, nada saludable (el recomendado es 18,5 a 24,9). Según los promotores de la dieta, la fórmula para saber qué peso debe tener una chica para ser como Cenicienta consiste en elevar al cuadrado su altura y, después, multiplicar el resultado por 18. Por ejemplo, una mujer que midiera 1,70 m tendría que pesar 52 kg. Entre las consecuencias para la salud, las expertas destacan cuestiones como anemia, cansancio, mareos, v isión borrosa, debilidad, dolores de cabeza, alteraciones del estado de ánimo, insonmino, trastornos menstruales, osteoporosis, molestias digestivas, frustraciones, menor rendimiento intelectual

Por si la dieta no fuera bastante peligrosa en cuanto a la salud, también se pide a las jóvenes que cuelguen fotos o vídeos que demuestren que han perdido peso rápidamente.

Muy peligrosa para las adolescentes

La psicóloga sanitaria, dietista nutricionista y profesora de la Universitat Oberta de Catalunya (UOC) Andrea Arroyo recuerda que una cintura de avispa «en la vida real prácticamente no existe» y que esta dieta comporta una restricción alimentaria muy drástica para conseguir un peso a «cualquier precio y a toda costa», dejando de lado «el autocuidado».

Pasa lo mismo –considera‒ con todas las dietas milagrosas, que aparecen cíclicamente en los medios. «Ni la de grupo sanguíneo, ni la dieta Dukan, ni la de sirope de arce no tienen ninguna base científica», explica la nutricionista, que recuerda que tienen «carencias generalizadas que pueden comportar problemas de salud». «Como ser humano, hay unas necesidades que hay que cubrir y si hacemos una restricción muy importante, existe un riesgo grande de déficits nutricionales», apunta la psicóloga sanitaria. Así, asegura que se puede traducir en desequilibrios metabólicos y neuroendocrinos. Estas dietas son especialmente peligrosas para mujeres embarazadas, mujeres en periodo de lactancia y para las adolescentes, que tienen unas necesidades nutricionales específicas.

Los trastornos alimentarios

Ante estos hechos, la nutricionista alerta de que esta obsesión por estar delgada puede derivar en trastornos alimentarios. «Las chicas están buscando una solución momentánea para tener un cuerpo como el de la Cenicienta», denuncia Arroyo, que añade que vivirán constantemente frustradas porque «es imposible conseguirlo». Lo mismo opina el nutricionista y colaborador de la UOC Alex Vidal, que recuerda que nunca se debe olvidar la constitución que tiene cada uno. «A mí me gustaría ser como Lebron James y jugar en la NBA, pero no puedo», ironiza Vidal, que reivindica que lo que hace falta «es encontrar la mejor versión de un mismo». «Cada persona es un mundo y en temas de nutrición la clave del éxito es la personalización», explica el nutricionista, que considera que cualquier propuesta que tenga como objetivo lograr un estereotipo es «errónea».

Para conseguir un peso y una figura saludables, Vidal recomienda seguir «unos buenos hábitos» y «huir de todo lo que lleve la palabra dieta».

  • Beber agua,

  • Hacer ejercicio según las capacidades de cada uno.

  • Seguir una alimentación equilibrada con variedad de verdura, legumbre y fruta.

  • Dormir correctamente.

«No tiene ningún sentido buscar en Google una dieta porque hay muchas cosas que deben cuidarse», reivindica Vidal, que recuerda que el problema es que la mayoría de personas buscan resultados inmediatos. El nutricionista explica que las personas que quieren perder peso a menudo quieren que pase de manera «rápida y fácil» y considera que por este motivo triunfan las dietas milagro. «De entrada, el planteamiento inicial ya no es correcto», lamenta Vidal, que afirma que con dos días «nadie se puede poner en forma, ni conseguir unos objetivos de calidad y definitivos». Con dietas tan estrictas como la de la Cenicienta, Vidal cree que se constata la « presión social hacia la mujer para que esté delgada». «Siempre tiene que estar perfecta y estupenda», afirma el nutricionista, que opina que si el hombre está más gordo de lo que tocaría, no «pasa nada».

Tanto es así, que la profesora de comunicación de la UOC Ana Isabel Bernal Triviño, denuncia que las mujeres viven con un constante «bombardeo» y lamenta que con dietas como esta incluso se les exija convertirse en muñecas. «Se ha vendido que eso es la liberación de la mujer, pero se trata de su cosificación», alerta la profesora, que recuerda que a los hombres no se les exige tanto. A pesar de que el feminismo ha avanzado considerablemente en los últimos años –con una huelga de mujeres sin precedentes el 8 de marzo‒ Bernal-Triviño recuerda que las dietas todavía son una de las batallas pendientes para conseguir la igualdad.

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