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¿Cómo hacer frente a la ola de calor?

Las altas temperaturas pueden ser muy peligrosas. Protegerse del sol y el calor es vital para que la salud no se resienta.

El calor y las altas temperaturas pueden ser muy peligrosas. / D.R.

David Saldaña
DAVID SALDAÑA

Durante estos días hemos venido padeciendo la primera ola de calor del año. Todos somos conocedores, a través de los medios de comunicación, de que el mundo está sufriendo un calentamiento global. Por lo menos así lo podemos comprobar en nuestro país, recientemente hemos sufrido alguno de los años más calurosos desde que existen registros, como el año 2015 o el año 2003, entre otros. En lo que va de año han fallecido siete personas a causa de ella. Este fenómeno meteorológico nos deja todos los años secuelas irreparables en el terreno de la salud.

Los síntomas y enfermedades producidas por el calor van desde los más leves como el simple malestar o los calambres musculares ocasionados por la pérdida de electrolitos a través del sudor, a los más graves como la pérdida de conciencia por bajada de tensión, el agotamiento por calor con síntomas como confusión, vómitos, náuseas y ansiedad.

El golpe de calor es un estado grave en el que nuestro cuerpo pierde la capacidad de regular la temperatura, en casos extremos puede producir un fallo multiorgánico que puede desencadenar el coma e incluso la muerte. Existen grupos de población, como las personas ancianas, los niños o personas que padecen algunas enfermedades, que son más susceptibles de padecer los efectos producidos por el exceso de calor.

Niños y ancianos

Las personas mayores tienen disminuida la sensación de percepción del calor. Es conveniente que se resguarden en sitios frescos, beber abundantes líquidos aunque no se tenga sed, ponerse ropa ligera y de colores claros para que refleje la luz del sol y pedir a algún familiar o vecino que esté pendiente de ellos sí viven solos. Lógicamente, habrá que evitar las horas de más calor a la hora de salir de casa y, al menor síntoma, solicitar ayuda sanitaria.

Los pacientes que padecen enfermedades crónicas pueden estar tomando medicación que les sensibiliza frente al calor extremo. Las personas que padecen enfermedades respiratorias crónicas como EPOC o el asma, pueden verse afectadas.

Además, durante las olas de calor la calidad del aire empeora ya que muchas veces se produce un exceso de ozono como consecuencia de la, reacciones químicas de los gases de la contaminación en presencia de calor. Durante este periodo, también existe un incremento de las infecciones respiratorias debido a que muchas veces abusamos de aire acondicionado. Es conveniente que evitemos los cambios bruscos de temperatura.

Las personas que padecen enfermedades del corazón son más sensibles a los efectos del calor. Los que padecen insuficiencia cardíaca, por ejemplo, tienen una menor capacidad de reserva frente a los efectos del aumento de temperatura. Además, muchas veces toman medicamentos diuréticos, con lo cual se ve alterada su capacidad de sudar y de regular la temperatura corporal. Hay que extremar las precauciones e incluso puede ser necesaria una modificación en el tratamiento. Existen otro tipo de enfermedades como las neurológicas o reumatológicas, etc. que se ven afectadas por el exceso de calor.

Los bebés y los niños pequeños son muy sensibles al calor extremo, además dependen de los adultos para mantenerse frescos e hidratados. Es conveniente que los pongamos ropa ligera y suelta y, sobre todo, no hay que olvidar que nunca hay que dejar a niños y a mascotas en vehículos aparcados. Esta imprudencia, produce muchos disgustos irreparables todos los veranos.

Trabajo al aire libre

Las personas que trabajan al aire libre y los deportistas que entrenan en el exterior, por ejemplo los atletas o los corredores, deben extremar las precauciones. Evitar las horas de más calor, ponerse gorra, beber abundantes líquidos para mantenerse bien hidratados. Disminuir la intensidad de los entrenamientos y aumentar los descansos son medidas muy útiles a la hora de evitar los efectos del calor.

Consejos para hacer frente al calor

  1. 1

    Evita la exposición al sol en las horas centrales del día ­—de 12 a 17 horas— y, en general, evita exposiciones prolongadas o dormir al sol.

  2. 2

    Si notas cansancio o mareo, retírate a un lugar fresco o ventilado y aflójate la ropa.

  3. 3

    Pasa tiempo en locales con aire acondicionado. Si dispones de él en casa, acuérdate de bajar la temperatura por la noche, porque el cuerpo se enfría durante el sueño.

  4. 4

    Cúbrete adecuadamente la piel, la cabeza y los ojos con ropa, sombreros o gorros y gafas de sol.

  5. 5

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