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¿Cómo evitar un atargantamiento con la maniobra Heimlich?

Este gesto puede salvar la vida de quienes están a nuestro alrededor. Se trata de un movimiento que elimina cualquier cosa que obstruya de las vías respiratorias.

Ronald y Nancy Reagan en la Casa Blanca. / Gtres

David Saldaña
DAVID SALDAÑA

El destino del mundo pudo cambiar en segundos. Era el año 1976. El candidato republicano a la presidencia de EE.UU. viajaba en el avión de la campaña, bebiendo un refresco de cola y comiendo cacahuetes, mientras comentaba pormenores con su asesor, Mike Deaver. Repentinamente, el futuro presidente comenzó a toser profusamente y a respirar con dificultad, adquiriendo una tonalidad azulada en su piel.

Había sufrido un atragantamiento con uno de los frutos secos. Deaver se percató de la situación, e inmediatamente dio un salto, situándose a la espalda del futuro presidente, le rodeo con sus brazos por encima del ombligo presionando con fuerza.

El señor Reagan consiguió expulsar el cacahuete y salvar su vida, alcanzó la presidencia por primera vez en las siguientes elecciones y recompensó a la persona que le había salvado la vida con el cargo de jefe de personal de la Casa Blanca. Una situación similar ha sido experimentada por otros personajes famosos como la cantante Cher, que casi muere tomando una pastilla de vitaminas, Elisabeth Taylor, Nicole Kidman o Halle Berry, entre otros. Fue muy llamativo el caso del papa Adriano IV que falleció atragantado con una mosca.

Lo que salvó la vida del político fue la maniobra de Heimlich. Esta maniobra consiste en colocarse detrás de la persona atragantada y, desde la espalda, rodear fuertemente con los brazos al nivel de la boca del estómago. Hay que sujetar fuertemente las muñecas y dejar un pulgar situado sobre la pared abdominal. La persona atragantada deberá estar inclinada ligeramente hacia delante, lo siguiente consistirá en apretar repetidas veces hasta que se expulse el objeto que produce el atragantamiento.

¿Quién la inventó?

Henry Heimlich fue un controvertido cirujano americano, conocido también por haber inventado otros dispositivos utilizados en cirugía (la válvula de Heimlich) y por haber intentado curar el SIDA infectando a pacientes con malaria, algo que le supuso un gran desprestigio internacional.

Falleció en el año 2016 a la edad de 96. Pocos años antes salvó, él mismo, con 87 años de edad, a una compañera del centro de mayores en el que residía. Era la primera vez que utilizaba su técnica, según declaró. Su maniobra la investigó con perros anestesiados a los que introducía cuerpos extraños en la vía aérea y después les realizaba su maniobra.

Gracias a ella se han salvado miles de pacientes a lo largo y ancho de nuestro mundo. Aunque se habla de más de 100.000, su número es incontable. Es raro no conocer ningún episodio de atragantamiento con mejor o peor desenlace.

El protocolo en caso de atragantamiento ha cambiado un poco hoy en día. En caso de estar consciente, si la persona afectada tiene tos, hay que dejarla que tosa, ya que este reflejo natural muchas veces es muy efectivo para eliminar un cuerpo extraño en la vía aérea. En caso de no ser efectivo lo siguiente es dar cinco golpes fuertes con la palma de la mano en la espalda entre ambas escápulas, si con ello no se consigue lo deseado lo siguiente es realizar la maniobra de Heimlich apretando cinco veces y así sucesivamente hasta que se resuelva la situación. En caso de pérdida de conciencia y parada cardiaca tendremos que iniciar maniobras de resucitación con masaje cardíaco y respiración boca a boca si fuera preciso.

En caso de tratarse de niños se los puede colocar boca abajo (cuando se pueda), sujetándolos por las piernas y dándoles golpes en la espalda para intentar que expulsen el cuerpo extraño. En caso de que no se logre, se puede proceder igual que con los adultos.

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